Halt and catch fire (Temporada 3) | POPCOKEN


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Halt and Catch Fire’ es para mi como una de esas cajas de dulces que escondes para que nadie te la robe. Tanto he esperado este año para verla que casi me coincide con el estreno en AMC España —2 de diciembre—, pero la espera ha merecido la pena totalmente, y al tiempo, no.



Halt and Catch Fire’ ha recuperado ese ritmo narrativo demoledor de su primera temporada. Se toma su tiempo para añadir detalles y explicar personalidades, pero lo hace igual de rápido que introduce elementos nuevos. En las temporadas anteriores veíamos cómo nos adentrábamos en este mundo de egos, cables, bits y relaciones turbulentas. 



En la segunda temporada el ritmo bajaba para poder adentrarnos en los personajes un poco más, pero se perdía en sus buenos propósitos y se antojaba algo anquilosada, como si el peso de sus méritos y errores tirase abajo su ritmo.



Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta ‘Halt and Catch Fire’ es a ser la vecina de al lado de los ordenadores. La serie nos situará en el auge de la informática, los videojuegos e internet, pero desde una perspectiva de seguridad creativa que permita a los guionistas nutrirse de esa atmósfera sin tener que volver a contar las historias de Jobs y Gates.



 El problema, es que hay méritos de esa época que estos personajes no van a poder conseguir si queremos respetar nuestra propia coherencia histórica. Por eso ni Cameron, ni Gordon, ni Donna o Joe, van a inventar la primera consola de videojuegos, ni van a inventar el primer ordenador de sobremesa, ni nada parecido. 



Por eso se nota tanto que a la serie le cuesta un poco arrancar sin poder jugar la carta del mejorismo americano, aunque es también otro de los factores que hacen a sus personajes tan interesantes  y humanos, por mucho que se note de vez en cuando esa limitación argumental.



Retomamos el hilo unos cuantos meses después y, además de ver cómo a Mutiny le parece ir viento en popa; Cameron y Donna están ahora en california siendo una empresa más dentro del gran boom de silicon valley, sólo que ahora viven todos juntos —Gordon incluído— en la misma casa y las tensiones, sumado a la constante guerra de egos entre estas dos mujeres, van a hacer de la trama de Mutiny un nuevo aliciente.



 Esta parte de la historia se alejara de lo bohemio y se acercará a un sector mucho más empresarial, donde los negocios —y el machismo de la época— están por encima de los sueños y los buenos deseos. 



Halt and Catch Fire’ se reserva de entrada la carta de Joe. La serie sabe que una vez puesta Cameron sobre el tablero, que Joe se convierta de nuevo en un personaje polémico es cuestión de tiempo, por eso postergan su aparición. Cuando volvemos a ver a Joe nos lo encontramos haciendo una presentación al más puro estilo Steve Jobs.



 Un teatro abarrotado y un producto que salta al mercado con un discurso lleno de palabras bonitas, que venden la idea de que el usuario medio puede derribar los muros de todas las limitaciones y que se puede creer en todo. No dice estrictamente eso, pero es la idea que suelen mandar este tipo de discursos.



 Gracias al software que le robase a Gordon, Joe está al frente ahora de una gran empresa que desarrolla antivirus. Un punto bastante inteligente sobre el que construir una trama que no resulte tan intrusiva históricamente y que no desluzca a la hora de darle ese aire grandilocuente.



En una temporada donde los secundarios tienen mucha importancia y donde los principales se balancean perfectamente entre sí, llega el personaje de Ryan. Ryan es un cerebrito, un chico listo que está cansado de que todos sus compañeros de Mutiny se pasen el día siendo el programador medio, cuando tienen talento para mucho más. 



Este nuevo personaje supondrá un contrapunto muy bien traído a todos los principales. Donde el público se va a acabar hartando de las pataletas de Cameron —y de sus aires de genio incomprendido—, o de la necesidad de poder y autorrealización de Donna, o del conformismo de Gordon, o el plurigenialismo de Joe; ahí estará Ryan para darles la vez y la contra al mismo tiempo.



 El problema es que esta trama tan efervescente, refrescante y maravillosa, se acaba a dos capítulos del final. El personaje de Ryan explota en su propia ambición y los eventos llevan a meter con calzador una elipsis que nos llevará hasta los noventa directamente.



 Lo malo de este giro es que deja la sensación de que estos dos capítulos sobran, dado lo impresionante que ha sido el arco argumental de los ocho anteriores.



 Esta trama está perdida en todas las taras de ‘Halt and Catch Fire. Donde se abría un mundo de posibilidades para exponer el boom de las consolas y del ordenador personal —así como de internet— la serie nos traslada de vuelta a la base de los problemas base de los personajes y se carga todo lo construido en la tercera temporada, para crear esa atmósfera de distanciamiento y cinismo.



 Cuando los personajes y el momento tecnológico estaban manteniendo el diálogo más fluido y mejor planteado de toda la serie, damos dos pasos para atrás y relanzamos tópicos que no le interesaban a nadie.



 No es que estos dos capítulos sean malos, es que no pegan ni con cola en la tercera temporada y se los podían haber guardado para comenzar la cuarta con fuerza; que, por cierto, será su última temporada después de que AMC haya decidido —finalmente— cancelar. Siempre quisieron que fuera la sucesora de ‘Mad Men’, pero la propia serie nunca se prestó a ello, más allá de un par de formalidades.




Por otro lado que no haya más de cuatro temporadas, se recibe con cierto alivio, ya que estos personajes —al ritmo que va pasando todo—, van resultando cada vez menos creíbles de cara al futuro. Les ha pasado de todo, y a todos los niveles, y cada temporada siguen liándola parda. 



Como fan sólo me cabe esperar que esta serie, tan poco valorada y alejada del público mainstream, consiga llegar a un final coherente y bien cerrado que sea digno de sus propias ambiciones y planteamiento si prostituir la esencia de lo que siempre ha sido.





NOTA: 8,5

Jorge Tomillo Soto-Jove



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