The Lighthouse (+ final explicado) | POPCOKEN

—"Mañana ya te habrás bajado de esta roca"—

He podido ver al fin 'El Faro', película que en españa ha tenido un estreno limitado a, literalmente, un puñado de cines. Y, desde la perspectiva de las cadenas nacionales de cines, he de decir que lo comprendo. Me molesta, sí, terriblemente, pero tengo que entender qué tipo de película es a los ojos de alguien que ve lógico estrenar bombásticamente 'Doctor Dolittle', pero rechazar siquiera estrenar películas como 'La vida de Adele' o 'Flores de Guerra'. Sí, el público de 'El Faro' igual somos otro puñado de personas, pero eso no debería definir a una película como esta.

'El Faro' es, de lejos, la película más compleja de 2019. Os lo voy a decir ya, no es una película "lúdica". Desde que vi 'La Bruja' —y luego 'Midsommar'—, he encontrado ese cine de terror que existe para acojonar a los adultos. Y por adultos quiero decir alguien que está harto de películas con jumpscares (todo lo que esté relacionado con Insidious y demás basura infecta, que deseas borrar de tu cabeza nada más acabar de verlas). Un tipo de película que sin recurrir a artificios o trucos baratos te sume en una atmósfera tan desagradablemente pesada como para desear que todo acabe de una vez. Pero no por ser una película mala, si no porque realmente te está haciendo sentir incómodo de forma voluntaria.

Según llega Robert Pattinson al faro sabes que no va a ser un camino de rosas. Willem Dafoe es el reflejo en el espejo de lo que ese tipo de vida, sumida en el más terrible aislamiento, puede hacerle a un hombre. Pero a un hombre que se sabe adaptar a ello. Al contrario, según pasan los primeros compases vemos claro como el día que Robert Pattinson no va a poder estar a la altura de las exigencias de ese tipo de aislamiento total. Y es ese descenso a los infiernos lo que concentra el núcleo temático de la película. Un núcleo que se sustenta por cuatro elementos, que de haber fallado cualquiera de ellos sumirían al filme en un desastre: Robert Pattinson, Willem Dafoe, la banda sonora y la dirección. Sí, tiene una excelente fotografía, pero para no extendernos podemos dejar eso bajo la responsabilidad final del director, Robert Eggers.

Desde esta película Robert Pattinson se ha coronado como completa y totalmente indiscutiblemente incuestionable. Por papeles como 'The King', yo ya intuía que el tío tiene mucho que ofrecer, pero en este filme ofrece todos y cada uno de los rangos y recursos que uno puede soñar de un actor. Es absurdamente abrumador y descarnado, es brillante y fascinante de ver. En ese nivel de grandeza, se sitúa un imponente Willem Dafoe, de quien ya sabíamos que tenía talento, pero eso no lo hace más fácil de asimilar con papeles como este. 

Así, cuando uno va sacando filo al otro, entran la excelente banda sonora y la buena mano de Robert Eggers, quienes sumirán al espectador en los delirios y paranoias de los personajes. Y, creedme, habrá un festival de eso en esta peli.

Unos dirán que es la enésima revisión del mito de Prometeo. Otros que este es un duelo de poder entre dos hombres con unas fuertes percepciones de sí mismos y otros os dirán que esto no tiene ningún sentido. Y, todos tendrán razón a su modo. 'El Faro' es una película que no se va a molestar en ningún momento en llevar a nadie de la mano. No va a haber explicaciones o sobrexplicaciones de nada. Eggers soltará la información que le de la gana, cuando a él le salga de las pelotas y dependerá de ti como espectador estar ahí para tomar nota. Después llega la parte complicada, la verdaderamente subjetiva, que define a esta historia como obra, como un todo. 

Pasarán los días y Robert Pattinson empezará a sufrir por el aislamiento, ahí, con maestría, Eggers llevará al filme al surrealismo y al retrato psicológico. Dicho de otra forma, en esos momentos, será criterio tuyo como espectador decidir y discernir qué es real y qué es delirio. En ese momento es donde se vuelve tan interesante esta película; en función de los sentimientos que despierte en cada uno, al acabar la peli todos habremos visto cosas distintas con la misma importancia. Sí, hacia un punto común, pero algunos detalles serán más importantes para unos que para otros y eso, al final del mito, dará un valor u otro a la historia.

'El Faro' es una de las pocas películas que consigan llegar a ser buenas de verdad, dentro de un año para olvidar. En esta ocasión sé que lo único a lo que se puede aspirar en premios recaería en las manos de Willem Dafoe, tristemente. Mientras tanto, Robert Pattinson se habrá ganado sus galones y Robert Eggers, de seguir en esta línea, aspirará a convertirse en uno de los directores de terror más importantes de la historia. Uno que trató al género con dignidad y respeto, sin caer en los viejos tópicos o trucos baratos. Uno, en definitiva con buen gusto y buen hacer, que pasará desapercibido unos años más, si no toda su carrera.

Nota: 8,8

Jorge Tomillo Soto-Jove

EXPLICACIÓN DEL FINAL:

Bueno, si has llegado hasta aquí o te dan igual los spoilers o realmente quieres esta explicación, así que al lío. Bueno, la última escena es literalmente una alusión al mito de Prometeo, eco que no parará de sonar en este último compás. Pero a mi modo de verlo, este castigo le viene a Robert Pattinson, por penetrar de forma antinatural en el faro, que es una entidad mágica, un ser vivo que gobierna el último albor de tierra antes de la gran tormenta. 

Dentro del faro existe este ser, de soberano poder que es Willem Dafoe, quien con los años ha podido adaptarse a la naturaleza y fuerte presencia del faro, sin volverse completamente loco. Por eso se empeña en contarle todas esas historias a Robert Pattinson, porque así es como ha sobrevivido él tantos años gobernando la luz del faro. Pero al matar a la gaviota rompe esas reglas y lanza la furia del mar sobre ellos, hasta el punto de condenarlos a ambos, naturaleza mágica al margen.

Robert Pattinson termina su duelo fatal con el gobernante —el mago— del faro y se introduce violentamente en un sitio en el que no pertenece. Así, el faro le pone a prueba, abriendo las puertas de su mayor tesoro a quien, de habérselo ganado, hubiera podido ser el sucesor del farero. El segundo al mando, introduce tímidamente su mano en el corazón del faro y es terrible y violentamente rechazado por el mismo, porque no ha seguido las reglas, mutilando y destruyendo parte del espíritu del faro. Así pues cae con dureza escaleras abajo, hasta salir al exterior, donde, cumpliendo con su destino mitológico es devorado por las gaviotas mientras aún respira.

 Siendo esta escena, la venganza final de los marinos fallecidos en el mar, cuyas almas, al no poder llegar a tierra, habitan los cuerpos de estos terribles animales. Quienes siempre sintieron, con rechazo, la verdadera y corrupta naturaleza de Robert Pattinson, que creía que huyendo al fin del mundo podía empezar de cero, aún con toda la mierda que traía a cuestas.