Los Increíbles 2 | POPCOKEN



Todo queda en familia

Antes de comenzar quiero decir mi opinión subjetiva respecto a la peli. Me he aburrido, y ha sido a base de bien, pero es porque tampoco me entretuvo especialmente la fórmula de su predecesora. Es entretenida, amena y le coges cariño, pero para mi es olvidablemente infantil, porque todo lo que tocan Los Increíbles, lo he visto ya en el cine o en cómics y de formas mucho menos conformistas. Para mi una aproximación con mucho más interés al género fue ‘Megamind’.  Pero dicho esto, tengo el suficiente espíritu crítico como para poder analizar esta película sin imponer sobre ella mi opinión personal. ¿Funciona ‘Los increíbles 2’ como película? Yo diría que sí, y bastante.




Nada más empezar tenemos un evento para los héroes como sacado de la primera película. Sólo que en este caso, este evento superheroico sumirá a los personajes en su caída. Un tropiezo que situará a la familia, y al mundo que representan, en su punto más bajo. Que se plantee así la secuela resulta totalmente natural, por lo que hacerla no se ve como relleno o una deliberada necesidad de explotar la franquicia. En ese sentido lo han traído muy bien para que no parezca un calco literal de la anterior. Al lanzar a los héroes al fondo de un pozo, se establece el tópico universal de la redención de los buenos. 




‘Los increíbles 2’ se lanza algunas veces a establecer una conversación sobre la naturaleza de su universo, pero acotan mucho, y en corto, todo el debate político que pueda tener la trama. Su objetivo no es ser los X-Men o hacerse eco de Watchmen o The Boys o Invencible, su propuesta es ser unviersalmente entretenida. Pero eso le hace perder enteros con el guión, porque notar se le notan mucho las costuras. Aunque tampoco es algo malo porque, pese a su forma sencilla de hablar y de establecer su empatía con los espectadores, ‘Los increíbles 2’ balancea su ritmo en dos direcciones distintas. Estos dos focos de atención son la madre de la familia, Elastigirl, que es elegida para lavar la cara de los “super”, marchándose así del hogar para una noble e importante misión —tópico muy necesario para el cine actual, también sea dicho—. En la otra cara de la moneda queda la unidad familiar, que se tambalea bajo el ingenuo y algo torpe mando del padre, Mr. Increíble. 




La película establece así un contraste que le dará su verdadera naturaleza, que es el debate sobre los roles de familia. “Lo que se supone” que tiene que hacer una madre o un padre, o incluso cuales deben de ser los cargos de los hijos, son temas que se darán la vuelta, aunque tampoco arriesgando nada, porque nuevamente el filme pretende ser universal y mantener su tono infantil.




Que la madre sea la nueva portavoz de la familia es algo que el género necesitaba y lo necesitaba de esta forma, sin amarillísmo o sin abusar de chistes absurdos y las tareas de cada género predeterminadas por una sociedad aún afincada en el heteropatriarcado. A partir de este punto, quien demande más para Elastigirl se está saliendo de la propuesta de la película, porque complicaría la estructura y el tono tanto, que los más pequeños de la casa no podrían seguir el ritmo o se aburrirían. Tristemente parece seguir siendo demasiado pronto para pasos tan grandes, o eso dice el tono de esta peli. Y por conformarse con ese público objetivo es por lo que yo manifiesto mi opinión subjetiva un poco más arriba. Porque para mi, Los Increíbles, como franquicia aún no es Toy Story, ni necesita serlo. O no quiere encontrar la forma.




Es una película muy colorida, con muchas cosas atractivas y mensajes muy buenos para las nuevas generaciones. ¿Que podría haberse planteado más o de mejor forma? Si, pero se alejaría del perfil tan mainstream y comercial que tanto necesita la franquicia para demostrar ser viable a quienes les ha llevado catorce años confiar en su producto lo suficiente como para sacar una secuela. Supongo que las oportunidades de crecer, manteniendo el mismo perfil amigable, dependerán de esa viabilidad futura. De haber un margen suficiente de beneficios, puede que se nos plantee una trama más compleja o un guión con más debate y alguna que otra lectura más allá de lo meramente obvio y estético.




Hablando de un nivel estrictamente visual, la película es otra joya del diseño en 3D. Todo su juego de luces, la paleta de colores, las texturas y volúmenes, es todo perfecto, 10/10. Y las animaciones no deslucen, ni son demasiado “elásticas”, cosa que personalmente encuentro muy molesto. Además, para esta ocasión tendremos una gran dirección de escenas de acción, siendo este uno de los puntos más interesantes de la película. Aunque todo esto debe hacerle hueco al bebé de la familia. Cuando Jack Jack se desata, se apodera totalmente de la película y con muy buenos motivos. El bebé es el claro protagonista cuando se le da espacio. Aunque está lo suficientemente bien traído, y contenido, como para que —por ahora— no se convierta en otro Minion, arruinando así futuras secuelas. Toco madera de todo corazón para que eso no ocurra. Eso y que me iré preparando para silenciar Twitter, los grupos de WhatsApp y demás redes sociales para cuando se llenen de memes y gifs con la carita de Jack Jack y todos me hagáis odiarlo.




En definitiva, bien podría ser la película de Los Increíbles diseñada para estas generaciones, cuando podrían haber sido más conscientes de que la mayor parte de la gente que va a irla a ver al cine tiene entre catorce o el doble de eso en edad, mínimo. Así que para los que su tono tan infantilón y sencillo os resulte aburrido os diré que os comprendo de corazón. Pero para aquellos que la vayan a ver por lo que es y no por lo que podría haber sido, para vosotros queda disfrutar su frescura e ingenua naturalidad en todo su esplendor.

Nota: 7

Jorge Tomillo Soto-Jove






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