The last of us (T1) HBO | POPCOKEN

 


El mundo sin y con nosotros

Oh boy, oh boy. Esto se siente familiar. Imaginadme con una sonrisa cálida mientras escribo estas líneas. Sí, dije que me retiraba y lo mantengo, pero me he visto obligado a desempolvar la capa y añadir una entrada más a esta mi querida página web. Así que sin más dilación vamos a cumplir con el título de esta review: esta es mi crítica de la primera temporada de 'The last of us'.

Antes de entrar en materia os tengo que dar algo de contexto: yo he tenido una relación complicada con el juego. Lo compré de salida y... lo devolví. Me pareció insoportable por una sencilla razón: la prensa de videojuegos no sabe puntuar. Ni en 2013 ni hoy existen buenas formas de puntuar un videojuego, el 10 es la única medida positiva que existe y si baja de ahí "el juego es malo". Imaginad que un 7,8 pueda ser una puntuación basura, pero lo es. Así que yo escuché que TLOU era el "Ciudadano Kane de los videojuegos", algo así como el reinventor definitivo de la formula, el gran y definitivo gamechanger generacional y... no. 


TLOU es una gran historia, y un buen juego de coberturas naturalmente heredero de lo que ya hicieran otros. Es un buen sándwich: capa de sigilo, en medios buena historia y otra capa más gruesa de acción. Es el paso lógico a las tendencias narrativas y kinestéticas de la época y desde luego, no reinventa nada. Pero como es un juego que aprende tanto del cine y lo incorpora bien al lenguaje jugable... pues bueno, digamos que no me sentó bien que hablasen así de este tipo de obra. Me agobié. Más tarde lo pude jugar en PS4 y luego en PS5, incluso lo emití entero por twitch. Desde PS4, con cierta perspectiva y otra madurez sí he podido valorar sus puntos fuertes (y los flacos) en conjunto. Es un gran juego y adaptar eso ahora a un formato audiovisual se antojaba imposible.

La serie aprovecha muy y mucho a su favor el formato episódico. Neil Druckman y HBO han hecho una gran labor ordenando qué contenido debería aparecer en la serie y cual no. Esa frase es discutible dependiendo de qué expectativas tenga cada uno de lo que debería ser una adaptación de TLOU. Para algunas personas la presente falta de acción o que realmente los infectados casi ni salgan en una serie sobre ellos les escama. Lo veo lógico, no estoy de acuerdo, pero lo veo lógico. Creo que la serie ha orientado qué aparece en pantalla y qué no eligiendo un núcleo temático en torno al cual orbitar. Ese núcleo sería el amor. 

La moral de la historia es que incluso en el fin del mundo todo puede cambiar, moverse y transformarse por el amor. El amor en todas sus formas, el amor en todos sus colores, pero siempre orbitando en torno a una historia sobre las diversas caras del amor. Todos sus personajes se mueven por esa simbiosis con los demás, ese aprendizaje, ese viaje, esa intimidad. Sólo que en algunos momentos el amor se transforma y la gente impone sus necesidades a las de los demás. Ahí, la violencia se hace camino, sentenciando el futuro de los personajes de una forma u otra. 

En mi opinión la serie da una respuesta muy directa con cómo cuenta su historia "si quieres mata mata y muchos zombies, para eso ya tienes el juego" y es totalmente cierto. La serie es casi una escala 1:1 con respecto al juego, de hecho el parecido por momentos es tan cercano que empieza a surgir una sensación de innecesario en el aire. Pero deja el espacio suficiente a sus actores y el equipo creativo como para que sea una relectura y no un calco. Es cierto que se echa de menos un poco más de crueldad y que tanto humanismo acaba por suavizar el tono de la historia original, pero eso no es nada malo porque (casi) todas sus revisiones de las historias originales son buenas.

Digo ese casi principalmente por la historia de mierda de "matemos a Henry porque potato", para mí ese episodio sobraba contado de esa manera y casi hace patinar el inmenso logro que supuso el capitulo 1x03, que es de lejos el mejor de la temporada. Y es únicamente por lo añadido extra, salvo la revisión del hermano pequeño. Esta idea de humanizar a los villanos genéricos no es extraña en la obra de Druckman: en TLOU II todos los personajes que matas tienen un nombre propio y los que les sobreviven comentan cómo los mataste y arruinaste sus vidas. Pero la historia de los perseguidores de Henry es tan mala que a ratos pensaba que estaba viendo las temporadas finales de 'The Walking Dead' y casi me pego un tiro en los cojones.

Creo sinceramente que por mucho que se currasen la gran ambientación (tremendo acierto encargarles la serie al equipo de 'Chernobyl'), la música de Gustavo Santaolalla y el resto de homenajes al fan del juego, todo eso iba a dar igual si Ellie y Joel no funcionaban. Y joder que sí funcionan. 

Yo siempre le he tenido un profundo asco al Joel del juego porque me parece un puto imbécil que se justifica por su incapacidad de seguir adelante y por eso impone que todo vale a los demás, al coste que sea. Eso y que es un personaje bastante desagradable de aguantar en pantalla. Pero está hecho así de grumpy para que Ellie sea el faro que nos guie y funciona. En la serie es de una forma muy distinta. Gracias a Pedro Pascal Joel no es un personaje absurdamente unidimensional. Su humanidad dirige la historia, sus fallos y sus aciertos, llegando al punto de que se haga raro verle ser el Joel del juego a veces. 

A este Joel no le pega tomar el mismo camino que al del juego, pero se entiende que lo haga. Así el  gran trabajo de Bella Ramsey, que está a un par de octavas por debajo del carisma de la Ellie del juego se mezcla de una forma natural y más ligera. Sin embargo, gracias a la química entre ambos recorrer esta historia con sus variantes y sus tropiezos acaba resultando familiar y nueva para todos los que vemos la serie y ese es el gran acierto de esta producción. Ese y no haber convertido a Ellie en otro avatar de la cultura lolita. Bella Ramsey es una elección mucho más interesante, sobretodo cuando retrata esa fascinación natural de esta Ellie por la violencia y la muerte. Ahí le gana de calle a su versión digital.

De haber recorrido el mismo camino que el juego, paso a paso, ángulo de cámara a ángulo de cámara y demás, hubiera sido un peñazo de ver porque el medio no es el mismo. En un videojuego tú mueves la historia hacia delante, los personajes tienen que ser vehiculares y mucho más empáticos en sus decisiones. Pero en una serie se tiene que contar una historia por sí misma. Se tiene que desgranar la narrativa y los personajes se tienen que ganar el evolucionar y llegar a ser ellos mismos sin que nadie les lleve de la manita. Por eso hay menos acción y más narrativa, porque para eso, ya estaba el juego.

A nivel personal he disfrutado la serie, ahora sólo espero que sean lo bastante valientes para trasladar la historia de la segunda parte sin quitar o cambiar nada de lo que había, aunque el final de temporada apunta a que sí van a ir con todo, pero veremos. Entendería que la ampliasen en mayor o menor medida porque da mucho más pie que el primer juego, pero que lo que ya hay no se cambie, esté o no (nuevamente) el lado más incel y homófobo del fandom preparado para ello. 

Jorge Tomillo Soto-Jove

Otros enlaces:

-Chernobyl

-Serie de gameplays de The last of us I remastered (PS4)

-The last of us II no es el problema (spoilers incluidos)

Señales | POPCOKEN


Con la que está cayendo hoy en día ir al cine es algo que no hago a la ligera y que, tristemente veo espaciarse cada vez más. Entre precios y falta de verdaderos estrenos interesantes como para jugármela a exponerme a cierta pandemia, voy cada vez menos. Así que me puse a pensar y creo que podría ser bonito cubrir un puñado de películas de Shyamalan, por ello qué mejor que empezar con la que seguramente es mi favorita.


Afrontar una crítica como esta, no sabiendo quién ha visto qué me lleva a querer plantearla como si se acabase de estrenar, aunque al mismo tiempo hay que recoger el testigo del tiempo y las relecturas. En el caso de 'Señales' esto está más presente que en muchas obras del director porque es una película increíblemente juguetona y que recompensa sobremanera al espectador que la ve por segunda vez. Uno podría pensar que, sabiendo los misterios y las respuestas a todos los trucos de magia planteados la peli se quedaría sin fuelle, sin chica, pero no. 


'Señales' es una de esas películas cuyo principio siempre me sorprende porque la he visto tantas veces empezada en la tele que se me suele olvidar que sé como empieza: con todas las fichas puestas en la mesa. Shyamalan es un director que muchas veces puede quedar de obvio o pedante, porque se le suele ir la mano con los diálogos expositivos hasta parecer que sus personajes han perdido la cabeza. Eso... pasa en 'Señales' pero con truco. 


Por eso me refiero a su comienzo, porque vemos esta forma de narrar nada más empezar, justo en el tejado de la casa familiar. Pero pensamos, na na na, no puede estar "eso ahí" con trece minutos de film delante de nosotros (créditos de apertura incluidos). Así que empiezas a dudar, con una oreja puesta y una semi posición de defensa lógica hacia lo que vaya a venir de ahora en adelante.


Aquí entra Shyamalan literalmente a sembrar. 'Señales' es un baile con el espectador, con esa persona que desde el principio está buscando pistas en cada esquina, en cada fotograma, así que comienza el diálogo expositivo. Para mi, 'Señales' es una película maravillosa porque te presenta a sus personajes y sus historias mediante diálogo orgánico entre ellos, pero en medio va metiendo exposición falsa y exposición cierta. Me explico. Si todo un pueblo empieza a ver símbolos en los cultivos y se rumorea que se viene una invasión alienígena, lo normal es que todos hablen de ello y traten de encontrar respuestas a lo que pasa. Por eso es natural que la película te tire a la cara todo tipo de teorías sobre qué está pasando, pero es que también te va diciendo qué va a pasar de una forma nada sutil. 


Esta falta de sutileza es Shyamalan dejando pistas al espectador en su cara para que al acabar se sienta recompensado y tratado como un pez grande en una pecera pequeña. Pero este truco no lo notas la primera vez que ves el filme porque tú también estás dudando de las cosas que pasan y de lo que estás viendo. Eso es algo que esta película hace de forma mágica: insinuar sin mostrar. Si nos parasemos a estudiar la composición fotográfica de este filme tendríamos material para una clase entera, pero hay que tirar para adelante hacia lo importante.


'Señales' es una película que se las arregla de forma magistral para no enseñarte nada y picarte, incentivar tu curiosidad, incluso más allá de unos Mel Gibson y Joaquín Phoenix totalmente sobreactuados, a quienes rescata un doblaje magistral. Tú sabes en el fondo que hay algo ahí fuera, pero Shyamalan se las arregla para que tengas muy poca información visual de los misterios y mucha de la gente a quienes les ocurre ¿para qué hace esto? bueno, pues para lo mismo que todos los personajes hablan de cara a la cámara. 


La historia de esta película es antes un drama familiar y de fé, que una película sobre ovnis. La invasión y nosotros llegamos en un punto muy concreto de las vidas de esta familia, y por aprender su contexto nos situaremos en un marco completamente empático. Uno que forzará a la familia a avanzar en sus traumas y conflictos internos. Vaya, como si esta raza alienígena fuesen psicólogos que le quisieran decir a Mel Gibson que colarles a tus hijos una última cena y ponerte violento no está ok.


Cuando se resuelve el misterio, queda un poso suave y metido un poco a la fuerza sobre el debate de seguir o seguir la fé, pero la recompensa positiva hacia el espectador tan parecida a 'La guerra de los mundos' y tan mejor manejada, hace que aceptemos como aceptable la resolución final, ya que ni traiciona a los personajes, ni al espectador y tampoco parece querer venderte nada. Entiendo perfectamente a quienes no les guste esta película. Su forma de contar sin mostrar y centrarse en el drama familiar por encima de naves, lásers y bombas, puede hacer parecer que es una peli menor. Incluso para quienes buscaban algo más íntimo puede parecer menor, porque Shyamalan es bien especialito y a mucha gente su estilo de lanzarte info a la cara, para luego recogerla y hacerse el misterioso, no le funciona. Y lo comprendo porque yo también lo veo, pero en conjunto adoro todo el tono y misterio de esta historia.


Puede que me vea influenciado por la extraordinaria banda sonora y que sea una de mis primeras pelis vistas, pero para mi siempre tiene ese algo mágico el volver a este pequeño pueblo que no sabe qué hacer ante lo desconocido. Porque ahí es donde me posicionaría yo, aunque seguramente sería el que ve trece anuncios por la tele pero shhh, hacemos esto por la magia del cine y todo eso. Una peli fantástica, incluso por encima de sus muchas tonterías dignas de scary movie. Sólo que con buena dirección, fotografía y una música excelente. En mi caso siempre se me hará un nudo en el estómago con el flashback final de Graham en la carretera. Así como pocas cosas me pondrán los pelos de punta como el momento "batea fuerte", y eso es algo que sólo algunas pelis consiguen.

Jorge Tomillo Soto-Jove

We don't talk about Bruno y cómo contar una historia por capas. (Análisis de escena) | POPCOKEN

 He de decir que la primera vez que vi este número musical no retuve ni el 10% de la información que te tira a la cara, pero es que es MUCHA información y no es tan fácil de sacar en el primer visionado, en el cual sigo pensando que resulta excesivo visualmente. Además creo que 'Encanto' hace maravillas con su cámara y las coreografías, así que si, me he visto en la obligación de hacer un análisis de escena. Vamos a ello. y sí, con Spoilers. 

'We don't talk about Bruno' comienza en la habitación de Mirabel, un espacio empático para el espectador (un lugar seguro) por cómo nos cuentan que ese cuarto aséptico de poderes hace sentir a nuestra protagonista. Partir de este punto hacia la historia de cómo percibe su familia a Bruno, representa de maravilla el viaje de Mirabel en esta peli. Que decidan contarle sobre Bruno en su habitación da fuerza a la idea de que es un secreto prohibido. Encima toda la escena está ambientada en medias sombras para que sientas que "Bruno" como tema es un misterio envuelto en dudas y medias verdades, para que lo percibas con cierta sensación de amenaza.

Según Pepa y Félix van cediendo y, ejem, cantan todo sobre Bruno, el plano deja de ser estable, saca a Mirabel de frame y coloca la primera piedra de la narrativa por personajes contrastando al matrimonio. Ella dice que era "su boda" y él que era "nuestra boda". Lo bonito de esta primera opinión de Bruno es que está perfectamente usado el lenguaje audiovisual para demostrar que es una opinión contada por dos personas, una negativa y una positiva. Es una opinión polarizada venida de un conflicto, es parcial.

Tan pronto habla Pepa como Félix, el plano se balancea hacia la izquierda y hacia la derecha, reflejando que hay disparidad de opinión y humor en esta conversación. El eje de la cámara nunca mantiene el horizonte recto. 'Encanto' nos deja claro y reclaro que esto no es la realidad, que es subjetivo y que eso genera una situación antinatural dentro del esquema familiar, que se ve cada vez más descompensado. Todo muy apropiado si recordamos que el poder de Pepa es el clima según su humor.

La cámara pasa siempre a Mirabel como si le pasásemos la pelota, para que nos hagamos preguntas con ella y de ahí saltamos a otro miembro de la familia. Pasamos a estar dentro de la casa, con una luz velada y que recrea colores más amables. Dolores canta en un rango más bajito que los demás y cada sonido diegético que ocurre en escena suena mucho más fuerte que en el resto de la canción. Así, cada paso, gesto de vestido o roce con una caja se remarcará mucho más porque Dolores tiene el oído mucho más fino. Aquí entramos con spoilers y datos en varios niveles de capas. 

Dolores nos dice que asocia a Bruno con el sonido de la arena cayendo (como en el cuarto de Bruno, ya que ambos tienen las habitaciones pegadas) y dirá más adelante, entre las voces de los demás, que es "como si aún pudiera oírlo" por la casita. Y no es para menos, por eso la escena está ubicada dentro de la casa, porque ahí es donde realmente está Bruno. A quien, si prestamos atención podremos ver en escena. Dolores parece querer dar más información de la que le dejan. Todo su segmento tiene la cámara mucho más baja para que sea la casa la que enmarque todo el tramo de Dolores y que dudemos de nosotros al hacernos sentir chiquitos. Además la luz superlativa que entra desde arriba, mientras nuestras dos chicas se mueven entre las sombras realza la naturaleza esquiva de lo que realmente Dolores querría decir. 

Camilo hace su entrada entre los pasillos oscuros de la casa con la forma y colores de Bruno. Aquí encanto ya nos traslada directamente a una percepción parcial de Bruno, un retrato estético. Con este rango cromático y la forma en la que gesticula Camilo, va entrando en nosotros la idea de que Bruno no es una persona con buena imagen y de quien no hay que fiarse. Camilo, además, tocará todo lo relacionado con el aspecto de Bruno, ya que él mismo tiene poderes que rigen su forma y apariencia. Después, de nuevo recorriendo los bajos fondos, acabamos en el patio donde los ciudadanos dando sus opiniones sesgadas sobre el pobre Bruno y de pronto la canción cambia de tercio de forma magistral.

Todo se apaga y se vuelve mucho más íntimo según Isabela entra en escena. Mirabel la percibe de forma negativa porque "es perfecta" y donde todos han tenido premoniciones negativas sobre sus vidas, Isabela no. Para ella Bruno dijo que sus poderes se fortalecerían y que sería aún más perfecta. Pero ¿eso es algo bueno? Averiguamos después que esta premonición, aunque Mirabel la percibe como algo bueno, es un castigo para Isabela, quien lucha por salirse del encorsetamiento de ser percibida como la perfecta flor que no comete errores, ni se puede permitir fallos.

 La canción (en inglés, obvio) nos da a entender que algo está mal, aunque la cámara se mantenga estable. Cuando ella dice "he told me that the life of my dreams..." ese "me" está musicalmente alterado, deformado con un poquito de reverberación. Recurso que se repite la siguiente vez que lo dice, todo ello acompañado a la perfección por unos golpecitos de cuerda en su mismo rango tonal. Este tramo y esta premonición se basan en autoimagen y la realidad contra la que pelea en secreto Isabela. Así, aunque aún no lo sabemos nos acaban de dar otra mala noticia sobre las premoniciones.

Cuando volvemos a ver a Dolores al atardecer, mirando el exterior (al hombre de sus sueños) y volviendo dentro de casa, la canción establece un tempo de dos golpes melancólico y todos los personajes empiezan a reforzar sus opiniones de Bruno en torno a la misión de Mirabel y a la inmediatez de que no pueden escapar al casamiento de Isabela. Cuando Mirabel se decide a enfrentar todo eso y saber "la verdad y toda la verdad" el plano vuelve a desestabilizarse, reforzando ese sentimiento de antinaturalidad e inestabilidad en casa y en la familia.

En la coreografía mientras ponen la mesa los personajes, van orbitando unos a otros siguiendo el eje y ritmo de la cámara y finalmente vemos a ese personaje de la familia que no interviene en la canción con voz. Mirabel llega a la habitación de Luisa, que va perdiendo su brillo y vemos a la pobre sufriendo por arrastrar una maceta. Aquí y ahora todas las voces se pegan por tener un momento en la canción, reforzando la persecución a Mirabel mientras esta escapa y no hay ningún familiar en escena, para acabar finalmente en su cuarto, donde empezó la escena. 


Mirabel se sumerge en el vació de un soliloquio mental donde, literalmente todas las opiniones que le han dado sobre Bruno orbitan en torno a ella. La cámara gira en círculos para perfilar más esta sensación de que Mirabel está asimilando todo lo que le han dicho, mientras reconstruye la profecía sobre sí misma y obre el destino de la familia. En esta imagen vemos nuevamente a Mirabel, pero tras de ella la casa está hecha pedazos. Ella se pregunta por qué narices diría nada sobre Bruno y BAM, trueno. Fin. Maravilla.

Este número musical es una narración en múltiples capas que, sinceramente es una pasada. Como el propio filme, construye su historia desde los personajes para y por los personajes. Nunca deja que el conflicto se imponga y no deja a nadie fuera, cante o no. Al empezar y acabar en la habitación de Mirabel se crea una sensación de circularidad que hace que todo quede atado y bien explicado de forma orgánica. 

Esto hace que asimilemos lo que se dice de Bruno como algo terrorífico y que se escapa a nuestro control porque siempre terminamos las escenas con Mirabel. Escuchamos sus dudas, vemos cómo reacciona. Así la narración de sus familiares nunca la va a dejar fuera, ni se impondrá a sus dudas y necesidades, que son, por ende, las nuestras.

Ha sido un placer y una obligación analizar esta escena, ya que cada vez que la vuelvo a ver y escuchar su multinarración genera en mi sensaciones nuevas y voy descubriendo detalles qué personajes ayudan de qué manera o no a Mirabel.

Jorge Tomillo Soto-Jove

Encanto | Popcoken


-Abuela get the umbrellaaaa-

 Finalmente he podido ver 'Encanto' y no negaré que venía a ver esta peli un poco reticente. Con todo el tema de la pandemierda y demás, cuando voy al cine ahora es porque creo que va a ser una experiencia de pantalla grande, sin riesgos. Pero la cosa está calentita. Así que como no fui al estreno no paraba de ver fanarts y más fanarts de la peli y... tenía la sensación de que no era mi cup of tea. ¿Al final? Bueno, me quedé entre medias.

'Encanto' es una película con una muy trabajada presencia estética. Es decir, es algo que Disney ha conseguido el mérito de desvirtuar pero... cada película que hacen tiene un acabado mejor, es una cosa muy loca. De hecho estuve mucho rato (y por mucho rato quiero decir el primer tercio del filme) intentando seguirle el ritmo a toda la cantidad de información que lanzan en pantalla. Llegando hasta el punto de que no sabía qué parte de la pantalla tenía que mirar.

 No sé si es dirección, fotografía, ambos o si simplemente es Lin-Manuel Miranda pasándoselo pipa. Pero sé que es intencional y no creo tampoco que sea un problema. Me explicaré. A veces las productoras, guionistas, directores u otros miembros del equipo sienten que sus películas necesitan un poco de "gancho" al comienzo. Un inicio potente, uno que desborde azúcar y haga querer más y más al espectador, que se comportará el resto del metraje como un adicto esperando la siguiente subida de la montaña rusa. 

Con el principio de 'Encanto' me he llevado esa sensación de extralimitarse para retener a un espectador que no lo necesitaba. Esta película toca un tema que todos hemos vivido en menor o mayor grado y lo toca bastante bien: la unidad familiar. Si, para mucha gente esta peli va a ir a hacer daño, pero ya contábamos con eso a la hora de darle al play ¿o no?. O también puede que sea que han elevado el estilo de Miranda a la enésima potencia y a este señor le encanta el musical con diálogo entrelazado en la canción. Sin embargo hay momentos en los que resulta excesivo visual y musicalmente. Aunque, extrañamente eso le hace ganar puntos en revisiones.

Este mundo de colores, flores y esa textura tan presente (y que amplia las miras de la industria a la hora de perfilar y retratar personajes por sus aspectos y formas) que tiene de todo, nos irá introduciendo a sus personajes con un rapidísimo visionado de las bases de su mitología. Luego lo volverá a hacer, pero un poco más largo y más refrescante, añadiendo a la mezcla las subtramas de cada uno. Aunque orientará siempre las historias de todos y cada uno de los personajes hacia la coralidad, por aquello de la idea constante del filme sobre la unidad familiar.

Entre toda la magia y toda la imaginación de este pequeño mundo, posicionarán a un personaje diferencial, nuestra protagonista: Mirabel. Que vendrá hueca de serie para que sea nuestro avatar, uno que podrá hacer las preguntas al guion que toda la trama necesita para avanzar. Este es un recurso tópico y típico que nunca va a pasar de moda porque resulta natural. Si Mirabel ignora la solución al problema nosotros, que también la ignoramos, nos subiremos de golpe a su causa y la asumiremos como nuestra de una forma completamente empática. Aquí basta con que este personaje no tire de un lado, ni del otro, mucho. Es decir, no puede no saber nada de nada, pero tampoco tener todas las respuestas o no habrá revelaciones por encontrar que mantengan nuestra atención.

De eso va la gran mayoría del filme, pero para mi se queda en una cómoda posición intermedia (a la hora de elegir cómo de alto habla) y... creo que eso no es algo malo. 'Encanto' es una película que no cumple con ese topicazo de que el cine de animación de tiene que hacer el corazón trizas. Sí, es cierto, hay momentos en los que coge tu corazón de babuino en un puño y lo estruja... pero no mucho. 

Donde podía haber impuesto la causa a la historia, 'Encanto' deja espacio para que su protagonista respire y pueda reconstruir sus errores, así como los de otros personajes, para apuntar hacia el final a una nueva y mucho más apropiada versión de su mitología. Así, se desliga de las preguntas con las que empieza la película para hacer esa separación parte de lo que crea su nueva e importante realidad. Veremos cómo cada personaje tiene algo bonito que añadir al tapiz y que son todos (y digo todos) empáticos y muy bien desarrollados para y por lo que salen en pantalla.

'Encanto' es una fabula que apuesta por un toque más cercano a la realidad, uno que te dice que tus problemas no se solucionarán solos, que no hay magia en el mundo que arregle los roces de una familia y que sois todos los que podéis hacer normas nuevas y ser felices, aún con esos cambios. Esa es la gran lección que deja este filme. Y creo que es una importante, no ya tanto por cómo lo dice si no para qué. 'Encanto' no usa a sus personajes como excusas para hacer avanzar la trama, 'Encanto' los hila dentro de ella y no se nota tanto que uno sea más importante que el otro porque, eso debería ser una familia ¿verdad?

Jorge Tomillo Soto-Jove