Oh boy, oh boy. Esto se siente familiar. Imaginadme con una sonrisa cálida mientras escribo estas líneas. Sí, dije que me retiraba y lo mantengo, pero me he visto obligado a desempolvar la capa y añadir una entrada más a esta mi querida página web. Así que sin más dilación vamos a cumplir con el título de esta review: esta es mi crítica de la primera temporada de 'The last of us'.
Antes de entrar en materia os tengo que dar algo de contexto: yo he tenido una relación complicada con el juego. Lo compré de salida y... lo devolví. Me pareció insoportable por una sencilla razón: la prensa de videojuegos no sabe puntuar. Ni en 2013 ni hoy existen buenas formas de puntuar un videojuego, el 10 es la única medida positiva que existe y si baja de ahí "el juego es malo". Imaginad que un 7,8 pueda ser una puntuación basura, pero lo es. Así que yo escuché que TLOU era el "Ciudadano Kane de los videojuegos", algo así como el reinventor definitivo de la formula, el gran y definitivo gamechanger generacional y... no.
TLOU es una gran historia, y un buen juego de coberturas naturalmente heredero de lo que ya hicieran otros. Es un buen sándwich: capa de sigilo, en medios buena historia y otra capa más gruesa de acción. Es el paso lógico a las tendencias narrativas y kinestéticas de la época y desde luego, no reinventa nada. Pero como es un juego que aprende tanto del cine y lo incorpora bien al lenguaje jugable... pues bueno, digamos que no me sentó bien que hablasen así de este tipo de obra. Me agobié. Más tarde lo pude jugar en PS4 y luego en PS5, incluso lo emití entero por twitch. Desde PS4, con cierta perspectiva y otra madurez sí he podido valorar sus puntos fuertes (y los flacos) en conjunto. Es un gran juego y adaptar eso ahora a un formato audiovisual se antojaba imposible.
La serie aprovecha muy y mucho a su favor el formato episódico. Neil Druckman y HBO han hecho una gran labor ordenando qué contenido debería aparecer en la serie y cual no. Esa frase es discutible dependiendo de qué expectativas tenga cada uno de lo que debería ser una adaptación de TLOU. Para algunas personas la presente falta de acción o que realmente los infectados casi ni salgan en una serie sobre ellos les escama. Lo veo lógico, no estoy de acuerdo, pero lo veo lógico. Creo que la serie ha orientado qué aparece en pantalla y qué no eligiendo un núcleo temático en torno al cual orbitar. Ese núcleo sería el amor.
La moral de la historia es que incluso en el fin del mundo todo puede cambiar, moverse y transformarse por el amor. El amor en todas sus formas, el amor en todos sus colores, pero siempre orbitando en torno a una historia sobre las diversas caras del amor. Todos sus personajes se mueven por esa simbiosis con los demás, ese aprendizaje, ese viaje, esa intimidad. Sólo que en algunos momentos el amor se transforma y la gente impone sus necesidades a las de los demás. Ahí, la violencia se hace camino, sentenciando el futuro de los personajes de una forma u otra.
En mi opinión la serie da una respuesta muy directa con cómo cuenta su historia "si quieres mata mata y muchos zombies, para eso ya tienes el juego" y es totalmente cierto. La serie es casi una escala 1:1 con respecto al juego, de hecho el parecido por momentos es tan cercano que empieza a surgir una sensación de innecesario en el aire. Pero deja el espacio suficiente a sus actores y el equipo creativo como para que sea una relectura y no un calco. Es cierto que se echa de menos un poco más de crueldad y que tanto humanismo acaba por suavizar el tono de la historia original, pero eso no es nada malo porque (casi) todas sus revisiones de las historias originales son buenas.
Digo ese casi principalmente por la historia de mierda de "matemos a Henry porque potato", para mí ese episodio sobraba contado de esa manera y casi hace patinar el inmenso logro que supuso el capitulo 1x03, que es de lejos el mejor de la temporada. Y es únicamente por lo añadido extra, salvo la revisión del hermano pequeño. Esta idea de humanizar a los villanos genéricos no es extraña en la obra de Druckman: en TLOU II todos los personajes que matas tienen un nombre propio y los que les sobreviven comentan cómo los mataste y arruinaste sus vidas. Pero la historia de los perseguidores de Henry es tan mala que a ratos pensaba que estaba viendo las temporadas finales de 'The Walking Dead' y casi me pego un tiro en los cojones.
Creo sinceramente que por mucho que se currasen la gran ambientación (tremendo acierto encargarles la serie al equipo de 'Chernobyl'), la música de Gustavo Santaolalla y el resto de homenajes al fan del juego, todo eso iba a dar igual si Ellie y Joel no funcionaban. Y joder que sí funcionan.
Yo siempre le he tenido un profundo asco al Joel del juego porque me parece un puto imbécil que se justifica por su incapacidad de seguir adelante y por eso impone que todo vale a los demás, al coste que sea. Eso y que es un personaje bastante desagradable de aguantar en pantalla. Pero está hecho así de grumpy para que Ellie sea el faro que nos guie y funciona. En la serie es de una forma muy distinta. Gracias a Pedro Pascal Joel no es un personaje absurdamente unidimensional. Su humanidad dirige la historia, sus fallos y sus aciertos, llegando al punto de que se haga raro verle ser el Joel del juego a veces.
A este Joel no le pega tomar el mismo camino que al del juego, pero se entiende que lo haga. Así el gran trabajo de Bella Ramsey, que está a un par de octavas por debajo del carisma de la Ellie del juego se mezcla de una forma natural y más ligera. Sin embargo, gracias a la química entre ambos recorrer esta historia con sus variantes y sus tropiezos acaba resultando familiar y nueva para todos los que vemos la serie y ese es el gran acierto de esta producción. Ese y no haber convertido a Ellie en otro avatar de la cultura lolita. Bella Ramsey es una elección mucho más interesante, sobretodo cuando retrata esa fascinación natural de esta Ellie por la violencia y la muerte. Ahí le gana de calle a su versión digital.
De haber recorrido el mismo camino que el juego, paso a paso, ángulo de cámara a ángulo de cámara y demás, hubiera sido un peñazo de ver porque el medio no es el mismo. En un videojuego tú mueves la historia hacia delante, los personajes tienen que ser vehiculares y mucho más empáticos en sus decisiones. Pero en una serie se tiene que contar una historia por sí misma. Se tiene que desgranar la narrativa y los personajes se tienen que ganar el evolucionar y llegar a ser ellos mismos sin que nadie les lleve de la manita. Por eso hay menos acción y más narrativa, porque para eso, ya estaba el juego.
A nivel personal he disfrutado la serie, ahora sólo espero que sean lo bastante valientes para trasladar la historia de la segunda parte sin quitar o cambiar nada de lo que había, aunque el final de temporada apunta a que sí van a ir con todo, pero veremos. Entendería que la ampliasen en mayor o menor medida porque da mucho más pie que el primer juego, pero que lo que ya hay no se cambie, esté o no (nuevamente) el lado más incel y homófobo del fandom preparado para ello.
Jorge Tomillo Soto-Jove
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