We don't talk about Bruno y cómo contar una historia por capas. (Análisis de escena) | POPCOKEN

 He de decir que la primera vez que vi este número musical no retuve ni el 10% de la información que te tira a la cara, pero es que es MUCHA información y no es tan fácil de sacar en el primer visionado, en el cual sigo pensando que resulta excesivo visualmente. Además creo que 'Encanto' hace maravillas con su cámara y las coreografías, así que si, me he visto en la obligación de hacer un análisis de escena. Vamos a ello. y sí, con Spoilers. 

'We don't talk about Bruno' comienza en la habitación de Mirabel, un espacio empático para el espectador (un lugar seguro) por cómo nos cuentan que ese cuarto aséptico de poderes hace sentir a nuestra protagonista. Partir de este punto hacia la historia de cómo percibe su familia a Bruno, representa de maravilla el viaje de Mirabel en esta peli. Que decidan contarle sobre Bruno en su habitación da fuerza a la idea de que es un secreto prohibido. Encima toda la escena está ambientada en medias sombras para que sientas que "Bruno" como tema es un misterio envuelto en dudas y medias verdades, para que lo percibas con cierta sensación de amenaza.

Según Pepa y Félix van cediendo y, ejem, cantan todo sobre Bruno, el plano deja de ser estable, saca a Mirabel de frame y coloca la primera piedra de la narrativa por personajes contrastando al matrimonio. Ella dice que era "su boda" y él que era "nuestra boda". Lo bonito de esta primera opinión de Bruno es que está perfectamente usado el lenguaje audiovisual para demostrar que es una opinión contada por dos personas, una negativa y una positiva. Es una opinión polarizada venida de un conflicto, es parcial.

Tan pronto habla Pepa como Félix, el plano se balancea hacia la izquierda y hacia la derecha, reflejando que hay disparidad de opinión y humor en esta conversación. El eje de la cámara nunca mantiene el horizonte recto. 'Encanto' nos deja claro y reclaro que esto no es la realidad, que es subjetivo y que eso genera una situación antinatural dentro del esquema familiar, que se ve cada vez más descompensado. Todo muy apropiado si recordamos que el poder de Pepa es el clima según su humor.

La cámara pasa siempre a Mirabel como si le pasásemos la pelota, para que nos hagamos preguntas con ella y de ahí saltamos a otro miembro de la familia. Pasamos a estar dentro de la casa, con una luz velada y que recrea colores más amables. Dolores canta en un rango más bajito que los demás y cada sonido diegético que ocurre en escena suena mucho más fuerte que en el resto de la canción. Así, cada paso, gesto de vestido o roce con una caja se remarcará mucho más porque Dolores tiene el oído mucho más fino. Aquí entramos con spoilers y datos en varios niveles de capas. 

Dolores nos dice que asocia a Bruno con el sonido de la arena cayendo (como en el cuarto de Bruno, ya que ambos tienen las habitaciones pegadas) y dirá más adelante, entre las voces de los demás, que es "como si aún pudiera oírlo" por la casita. Y no es para menos, por eso la escena está ubicada dentro de la casa, porque ahí es donde realmente está Bruno. A quien, si prestamos atención podremos ver en escena. Dolores parece querer dar más información de la que le dejan. Todo su segmento tiene la cámara mucho más baja para que sea la casa la que enmarque todo el tramo de Dolores y que dudemos de nosotros al hacernos sentir chiquitos. Además la luz superlativa que entra desde arriba, mientras nuestras dos chicas se mueven entre las sombras realza la naturaleza esquiva de lo que realmente Dolores querría decir. 

Camilo hace su entrada entre los pasillos oscuros de la casa con la forma y colores de Bruno. Aquí encanto ya nos traslada directamente a una percepción parcial de Bruno, un retrato estético. Con este rango cromático y la forma en la que gesticula Camilo, va entrando en nosotros la idea de que Bruno no es una persona con buena imagen y de quien no hay que fiarse. Camilo, además, tocará todo lo relacionado con el aspecto de Bruno, ya que él mismo tiene poderes que rigen su forma y apariencia. Después, de nuevo recorriendo los bajos fondos, acabamos en el patio donde los ciudadanos dando sus opiniones sesgadas sobre el pobre Bruno y de pronto la canción cambia de tercio de forma magistral.

Todo se apaga y se vuelve mucho más íntimo según Isabela entra en escena. Mirabel la percibe de forma negativa porque "es perfecta" y donde todos han tenido premoniciones negativas sobre sus vidas, Isabela no. Para ella Bruno dijo que sus poderes se fortalecerían y que sería aún más perfecta. Pero ¿eso es algo bueno? Averiguamos después que esta premonición, aunque Mirabel la percibe como algo bueno, es un castigo para Isabela, quien lucha por salirse del encorsetamiento de ser percibida como la perfecta flor que no comete errores, ni se puede permitir fallos.

 La canción (en inglés, obvio) nos da a entender que algo está mal, aunque la cámara se mantenga estable. Cuando ella dice "he told me that the life of my dreams..." ese "me" está musicalmente alterado, deformado con un poquito de reverberación. Recurso que se repite la siguiente vez que lo dice, todo ello acompañado a la perfección por unos golpecitos de cuerda en su mismo rango tonal. Este tramo y esta premonición se basan en autoimagen y la realidad contra la que pelea en secreto Isabela. Así, aunque aún no lo sabemos nos acaban de dar otra mala noticia sobre las premoniciones.

Cuando volvemos a ver a Dolores al atardecer, mirando el exterior (al hombre de sus sueños) y volviendo dentro de casa, la canción establece un tempo de dos golpes melancólico y todos los personajes empiezan a reforzar sus opiniones de Bruno en torno a la misión de Mirabel y a la inmediatez de que no pueden escapar al casamiento de Isabela. Cuando Mirabel se decide a enfrentar todo eso y saber "la verdad y toda la verdad" el plano vuelve a desestabilizarse, reforzando ese sentimiento de antinaturalidad e inestabilidad en casa y en la familia.

En la coreografía mientras ponen la mesa los personajes, van orbitando unos a otros siguiendo el eje y ritmo de la cámara y finalmente vemos a ese personaje de la familia que no interviene en la canción con voz. Mirabel llega a la habitación de Luisa, que va perdiendo su brillo y vemos a la pobre sufriendo por arrastrar una maceta. Aquí y ahora todas las voces se pegan por tener un momento en la canción, reforzando la persecución a Mirabel mientras esta escapa y no hay ningún familiar en escena, para acabar finalmente en su cuarto, donde empezó la escena. 


Mirabel se sumerge en el vació de un soliloquio mental donde, literalmente todas las opiniones que le han dado sobre Bruno orbitan en torno a ella. La cámara gira en círculos para perfilar más esta sensación de que Mirabel está asimilando todo lo que le han dicho, mientras reconstruye la profecía sobre sí misma y obre el destino de la familia. En esta imagen vemos nuevamente a Mirabel, pero tras de ella la casa está hecha pedazos. Ella se pregunta por qué narices diría nada sobre Bruno y BAM, trueno. Fin. Maravilla.

Este número musical es una narración en múltiples capas que, sinceramente es una pasada. Como el propio filme, construye su historia desde los personajes para y por los personajes. Nunca deja que el conflicto se imponga y no deja a nadie fuera, cante o no. Al empezar y acabar en la habitación de Mirabel se crea una sensación de circularidad que hace que todo quede atado y bien explicado de forma orgánica. 

Esto hace que asimilemos lo que se dice de Bruno como algo terrorífico y que se escapa a nuestro control porque siempre terminamos las escenas con Mirabel. Escuchamos sus dudas, vemos cómo reacciona. Así la narración de sus familiares nunca la va a dejar fuera, ni se impondrá a sus dudas y necesidades, que son, por ende, las nuestras.

Ha sido un placer y una obligación analizar esta escena, ya que cada vez que la vuelvo a ver y escuchar su multinarración genera en mi sensaciones nuevas y voy descubriendo detalles qué personajes ayudan de qué manera o no a Mirabel.

Jorge Tomillo Soto-Jove

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