La vida secreta de Walter Mitty


-Ben Stiller protagoniza el anuncio de Coca-Cola más largo de la historia.-



Como siempre, lo primero que tenemos que hacer es ponernos en situación, de esta manera seremos capaces de analizar cada cosa en su contexto. ‘La vida secreta de Walter Mitty’ es una de las apuestas en cartelera más fuertes para esta campaña navideña, pero lo que muchos desconocíamos de esta obra al entrar a la sala, es que se trata de un remake homónimo de una peli de 1947. En la original, un hombre tímido, oprimido por su mujer de carácter imponente, se sumergía en su propio mundo de fantasía. Allí se coronaba héroe de su propio destino, felizmente libre. Todo parece dulzura hasta que conoce a otra mujer, perseguida por una jauría de ladrones. Hasta ahí, sinopsis en mano, podemos decir que los parecidos son más bien escasos



Unos cuantos años después, Walter Mitty vuelve a desfilar por las pantallas de cine con más de un cambio. En esta versión –dirigida con destreza por su protagonista, Ben Stiller- Mitty sigue siendo un hombre en extremo tímido, tanto que resulta un poco tonto en primera instancia, pero que acaba llegando a resultar entrañable e interesante. 


Para esta cita, Mitty es un hombre soltero y no tiene mujer que lo oprima –gran parte de la trama es la búsqueda de su alma gemela, por no decir que toda- pero sí que es una persona introvertida que ‘se ausenta’ de las situaciones problemáticas en las que se ve inmiscuido. Durante estos periodos transitorios de autismo, Walter se proyecta a sí mismo puramente como un alter ego que soluciona todos sus problemas justo como a él mismo le gustaría solucionarlos. Pero al final sigue siendo el pobre, tímido y sumiso Walter Mitty que no protesta, se calla y acata estoicamente la orden dada o el problema en ciernes.
Partimos de un día cualquiera en la vida de Walt, trabajo, trabajo y más trabajo, pero en un momento dado, lleva sus pasos hasta una encrucijada. Se ha inscrito en una web de contactos para ir en busca de esa pieza que falta en su engranaje, de esa media naranja que poder comer cada día por el resto de sus días. Sin embargo, en la web, tendrá que enfrentarse a una decisión ‘arriesgada’. Ha encontrado el perfil de su nueva compañera de oficina –en la revista LIFE- y la idea resulta aterradoramente apetecible, de modo que tiene que arriesgarse, jugárselo todo y ofrecerse al destino. 



La web no permite el contacto. Por más que él lo intenta, lo bloquea por incompatibilidad. En una estación de tren –a la que hemos llegado de la mano de unos muy artísticos créditos, aceptablemente integrados en la fotografía de la cinta, que bien recuerdan a los créditos de la serie ‘Sherlock’ con un toque de la originalidad de la apertura de ‘007: Skyfall’- Walter Mitty se pone en contacto con el servicio técnico de la web. Ellos, arrojando luz sobre su camino, señalan que su perfil no tiene apenas información. Walt contesta que no cree haber hecho nada interesante en su vida que valga la pena señalar en un perfil para conocer gente. Cuán equivocado estás Walter Mitty…



De regreso un buen día al trabajo, le comunican que su empresa ha sido comprada y va a ser reformada para pasar a ser LIFE ONLINE. Este nuevo nombre, escasamente prometedor, asegura una cosa bien cierta que Walter detesta: cambios. La parte más negativa, como no podía ser de otro modo dentro de la narrativa exagerada de esta película, le toca al departamento que dirige Mitty, el de revelados. Una revista online no necesita fotografía tradicional, o eso dice el barbado villano de la cinta, con el cual Walt tiene un apasionado combate DragonBallesco a lo largo y ancho de la ciudad.



 De este modo, todo el departamento de revelado se ve entre la espada y la pared en el momento en que Sean O'Connell, afamado fotógrafo y viejo colaborador de Walter -interpretado por Sean Penn-, decide enviar un carrete de fotos para el último número de la revista y, justamente, la foto número 25 destinada a ser la portada, falta. El paquete contiene incluso una cartera con una dedicatoria grabada para Walter por esos buenos 16 años de colaboración, pero la foto no está.
Debido a este nuevo problema, Walter Mitty se verá en la tesitura de tomar la decisión más complicada de toda su vida. Ha de rastrear a Sean para conseguir su foto estrella, pero al ser éste un hombre conservador que ni móvil, ni email usa y que, como fotógrafo freelance, no se detiene más de unas horas en un mismo sitio, se verá obligado a rehacer sus últimos pasos basándose en las enigmáticas fotos restantes en el carrete. Sus pasos le llevan a recorrer Islandia, Groenlandia e incluso Afganistán –donde también hay un Himalaya- pero siempre parece que Sean esté un paso por delante.



‘La vida secreta de Walter Mitty’ es, sin duda alguna, la comedia del año, pero en ningún caso procede llamarla tamañas tonterías como ‘El nuevo Forrest Gump’. Es una comedia agridulce, muy al estilo de ‘El show de Truman’, con dulzura y comedia mezclados con drama. Pero, más que una comedia, se trata de la historia de un viaje de redescubrimiento personal, muy bien sazonado con dosis generosas de brillante fotografía –Óscar cantado de antemano este año- que retiene la vista y el corazón. En más de una ocasión se ponen al espectador los pelos de punta. Y pequeñas, pero ocurrentes, dosis de BSO que, además de tener a Of Monsters And Men, ofrecen pequeños detalles que realzan aún más la escena.



 En esencia, esta es una película que transmite una idea básica mediante conceptos bellamente exagerados, pero puede que sea la única forma de hacer que una idea cale hondo. ‘La vida secreta de Walter Mitty’ es una de las opciones más interesantes del año, por llevar a un hombre sencillo hacia un destino espectacularmente humano. Ben Stiller dirige, protagoniza y –junto al cameo ocasional de Sean Penn- cautiva al espectador con una historia de belleza y originalidad exuberantes, haciéndonos así entender que, sea como fuere nuestra vida, siempre vale la pena vivirla.

Nota: 8,2

Jorge Tomillo Soto-Jove 





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