-McKellen, abejas y Roger-
Para
despedir el mes de septiembre llega la producción genuinamente inglesa,
dirigida por Bill Condon, ‘Mr.Holmes’.
En esta historia estamos en 1947, nuestro protagonista, Sherlock Holmes lleva
jubilado más de tres décadas, tiene 93 años y su intelecto, al igual que su
memoria, ya no es lo que era. Tras años y años de casos resueltos, vive ahora
en una pequeña casa a los albores del mar, tratando de recordar su último caso.
Sherlock es ahora un hombre atormentado por su propia condición, quien fuera
uno de los detectives más reconocidos de su tiempo, es consciente ahora de su
edad y salud mental. Todo lo que parecía claro y cristalino en su vida, se va
sumiendo ahora en un mar de nebulosas y dudas. Baker Street lejos queda ya. De
esa época, algunos recuerdos perecederos y los escritos de su buen amigo Watson
es todo lo que le queda.
Estas novelizaciones de sus aventuras, escritas por su
ya fallecido amigo, se han convertido en una guía a seguir para recordar la
verdad sobre su inacabado caso. La curiosidad del joven hijo del ama de llaves
de su casa, Roger, y su propia senilidad le servirán como incentivo para
acelerar el proceso de búsqueda y saqueo de sus propios recuerdos.
‘Mr.Holmes’, de mano de Bill Condon, nos
trae las aventuras del libro (Un sencillo
truco mental, convenientemente reeditado ahora como Mr. Holmes) escrito por
Mitch Cullin. En esta nueva adaptación, no ha perdido ni un ápice de su
prepotencia y carácter amargo, aunque se verá obligado a aceptar su situación,
tanto en sí mismo, como con los que le rodean. El tratar de aceptar esta nueva
condición hará que tenga que aceptar, por las malas, una gran lección de
humanidad.
Sherlock
Holmes es un nombre que todos conocemos, tanto es así que sus derechos
literarios se declarasen hace ya un tiempo de dominio público y patrimonio de
la humanidad. Es un personaje que ha sido representado en todo tipo de
pantallas y por toda suerte de repartos.
Hoy en día los nombres de mayor peso
que han redescubierto sus aventuras serían; Robert Downey Jr. y Benedict
Cumberbacht. Mientras que el Holmes de Downey Jr. es una versión totalmente
comercial, el de Cumberbacht se acerca mucho más al personaje y a una visión
mucho más artística, profunda y literaria, pese a tomarse muchas libertades
creativas a la hora de adaptar las clásicas historias del detective.
Si algo
han dejado claro estas adaptaciones tomadas como ejemplo, es el carácter propio
de los personajes. Sherlock Holmes siempre ha sido un hombre de carácter culto
e intelectual, pero de trato difícil, casi asocial. Este carácter henchido de
orgullo y chulería, con una falta alarmante de humildad, le confieren un tono
amargo al personaje que hace de Ian McKellen la elección perfecta para
representarlo en sus últimos días. Además de su talento como actor, la mirada
de McKellen, tan pronto frío acero, como calor hogareño, le dan a esta
reflexión sobre la senilidad y la soledad, un poder mucho mayor que el que
tiene la propia película, por méritos ajenos al actor.
La
historia se centrará en tres niveles narrativos: el presente, donde Holmes es
un anciano viviendo amargamente sus últimos días. El pasado lejano, donde nos
remontamos a la reconstrucción del último caso de Holmes, que ahora le tiene
tan preocupado y el pasado cercano.
En este último nivel narrativo, la película
de Condon nos muestra como este anciano Holmes, desesperado por la evidente
pérdida de capacidades facultativas, se embarca en un viaje a Japón en busca de
un remedio para su vejez. De esta forma el filme pone en contexto político e
histórico tanto al personaje como al propio espectador, que visitará muy a su
pesar las ruinas de Hiroshima.
En
el pasado lejano, veremos como Holmes acepta el encargo de un marido lleno de
dudas sobre su mujer, que ha estado sustrayendo dinero de la cuenta común a sus
espaldas. Por ello contrata los servicios de Holmes, para que la siga y
descubra si está aún acudiendo a ver a su maestra de música, a quién el
considera demoníaca y responsable de la –supuestamente- inestable condición de
su mujer.
El caso evoluciona por fascículos y no será hasta el tramo final del
filme, cuando averigüemos por qué un caso aparentemente sencillo ha
–auto-condenado a Sherlock Holmes al exilio. Mientras tanto, en la línea del
presente, la magnífica interpretación de McKellen, sumada a un doblaje más que
digno, nos harán ver el palpable y acelerado deterioro del detective.
‘Mr.Holmes’ como película, se centrará
en construir un relato reflexivo centrado en sus personajes –más bien en uno y
medio-, para sacar así a relucir los valores más humanos, que su protagonista
creía ya olvidados. ‘Mr.Holmes’ no es
ni una película policíaca, ni detectivesca, ni tan siquiera de tono
criminalista. Es el estudio de un personaje, mediante el contraste de cualidades
en una lucha interna que lleva directa al redescubrimiento del mismo.
Lo malo,
es que si dejamos de lado su poderosa fotografía, el filme no aporta nada fuera
de la titánica interpretación de Ian McKellen. Tanto es así, que su revisión
del personaje y su acercamiento al lado más sentimental, pasional y reflexivo,
llenarán todos los huecos vacíos que la historia adaptada y dirigida por Bill
Condon dejaban entrever.
Todo en ‘Mr.Holmes’,
toda su magia, viene dada de McKellen, quien con su apariencia amarga, pero
inmediato carisma y calidez, hace de una película menor, un gran atractivo para
el espectador y todo un placer para quien no espere de este ‘Mr.Holmes’ a un aventurero dado a la
acción exagerada y los incoherentes y constantes líos de faldas.
Pero los que estén
interesados por ver la auto aceptación de la vejez de un carismático, educado, amargo
pero amable y tremendamente interesante Sherlock Holmes, se verán emocionados y
muy satisfechos a la salida del cine.
NOTA: 7,6
Jorge Tomillo Soto-Jove
No hay comentarios:
Publicar un comentario