— Casi hat-trick—
Antes
de nada, queda advertido todo lector que no haya visto el capítulo (o leído u
oído sobre él) que no voy a reparar en SPOILERS. Dicho eso, ¿listos? Espero que
si.
Por cómo
se comportan las redes sociales, particularmente twitter, me he visto en la
obligación de hacerme unas palomitas, coger un par de sprites y sentarme en mi
silla a ver la premier del piloto de la séptima temporada de ‘The Walking Dead’ en FOX. Minutos antes
ya estaba listo y recordando cómo el equipo de guionistas de la serie
estableció un peligroso precedente lanzando al aire uno de los finales de
temporada más rastreros y económicamente acertados de la historia de la
televisión. ‘The Walking Dead’ comparte
con ‘Juego de Tronos’ esa pasión por
los momentos cumbre.
Sólo que estas dos series no conocen un propósito en la
construcción de personajes más allá de la muerte, ya que los que no sean
brutalmente asesinados para recrear ese “elemento sorprendente” en el
espectador, vivirán rodeados por la muerte de los que sí cayeron así. Y al
igual que con ‘Juego de Tronos’, nos
vamos a pasar las temporadas con altibajos dignos de una montaña rusa.
Por lo
menos ‘Juego de Tronos’ tiene más acercamientos a un punto de vista artístico
que ‘The Walking Dead’, quién sólo
mete relleno del malo —incluso peor que el de ‘Naruto’— para gastar minutos únicamente y, a ser posible, conseguir
otra muerte tremendamente chocante que suba los índices de audiencia.
Decidí
ver este capítulo en directo, porque, además de no querer que ningún listillo
me clavase un dardo spoilerico en la frente, quería ser parte de un movimiento
que esperaba que fuera como yo ya sabía por estar al tanto de los cómics. Pero
este es otro factor que la serie aprovechó para atar tanto a lectores como no, con su final rastrero. La serie sabe que muchas veces se ha distanciado de los
cómics y por ello, por qué no aprovechar hasta el último maldito segundo para
hacer a todos dudar de cada cosa que salga en pantalla. Esto es así, lo vemos
bien pronto cuando, al comenzar el capítulo no arrancamos directamente bajo el
bate de Negan, si no tras sus acciones.
Lucille ya ha obrado y la sangre
recorre el suelo. La serie se ha saltado deliberadamente el comenzar el episodio
abriendo cabezas para poder explotar hasta la saciedad el que puede que sea el
último momento de lucidez de la serie. Una serie que venía necesitando una
remontada urgente y, desde aquí no estirarse mucho más, llegando así a un final
antes incluso que el cómic. Eso sería tener clase, pero temo que AMC no va a
dejar de rebajarse a sí misma y a su producto con olor a dólar.
Los
ojos azul acero de Rick y su alma a sus pies sólo relatan los terrores que
acaba de vivir, y que el espectador clama por saber. Necesitamos que nos digan
quién ha muerto. Llevamos meses especulando, calculando con cada ángulo de cada
toma y cada sonrisa de Negan para intentar anticiparnos a la serie, pero esta
jugada no es anticipable porque está muy bien calculada. Hayas leído los cómics
o no, Lucille va a ir a por ti y a por toda tu familia y no podrás hacer nada
para detenerla. De eso se ha dado cuenta Rick, atrapado en el tejado de la
caravana de Negan, que lo ha mandado en mitad de un banco de zombies a recoger
su hacha.
Desde aquí veremos flashazos para tentar aún más al fan fiel y cansar
a todos los demás, el plumero se ve a kilómetros y empieza a cansar que estiren
tanto los discursos para poder tener su momento de gloria en antena. Pasados
estos apoteósicos y pesados minutos, vemos de nuevo el pito pito de Negan, que
acaba eligiendo a Abraham y a su cabeza para regar de sangre y vísceras el
suelo. El espectador medio está en shock y el lector de cómics decepcionado,
pero como ya he dicho esta jugada está muy bien calculada y tiene para todos.
Negan
sigue inmerso en gustarse a sí mismo, se deleita y saborea cada una de sus
palabras, hasta que le abre la cabeza a Glenn con Lucille, y el fan de cómic
entra en éxtasis, ya que la escena está calcada a las viñetas.
El primer golpe no
es el definitivo pero al villano no le importa ver que de Glenn sólo queda lo
presente y que hasta balbucea incoherencias varias sobre su mujer embarazada,
allí presente. Unos cuantos golpes de Lucille más tarde y el fin llega para la
agonía, pero aún queda una sorpresa bajo la línea de un rotulador, que no
amargaré a quién aún no haya visto el capítulo ni leído todo esto.
La
moraleja de este capítulo es como el mundo postapocaliptico donde se desarrolla
—de mala manera— la historia de ‘The
Walking Dead’; Es cruda y jodida, no tiene piedad ni reparos. Rick ha ido
escalando sobre quién se le pusiera en medio para sacar a los suyos adelante,
con víctimas en todos los bandos. Lo que nunca esperó este antihéroe, que ni
necesita ni pide moral alguna, es que hubiera un pez más grande. Mucho más
grande y sin reparos por demostrarlo. Por eso quizás es por lo que, al margen
de toda su sangre y crueles giros, es por lo que puede que estemos ante uno de
los mejores capítulos de la serie, por ver a nuestro referente de líder caer
con todo, por ser arrogante en el fin del mundo.
Lo
malo de que este 7x01 haya dejado un buen regusto —ya me entendéis—, es que
volveremos a tender la mano a esa falsa promesa de calidad por venir que no se
va a cumplir. ‘The Walking Dead’ volverá
a prostituir su trama hinchándola de relleno y falso sentimentalismo torpe y
sin gracia alguna, para continuar hasta que su producto no convenza a nadie y
desencante a todos los que una vez se creyeron sus mentiras. O puede que no,
puede que me equivoque y que de aquí en adelante la cosa remonte hasta un final
que dignifique a una serie de la que ya se podía dar todo por perdido.
NOTA: 7,8
Jorge Tomillo Soto-Jove
Tu crítica es un poco bazofia la verdad. Bueno en el estilo del blog
ResponderEliminarGracias por su visita, vuelva pronto!
Eliminar