Ghost in the Shell: El traje azul y la censura. (OPINIÓN) | POPCOKEN


Poco queda ya para el estreno de 'Ghost in the Shell' y, además de haber recibido ya mi tomo del manga "revisado", he tenido la infeliz casualidad de toparme con la calle con un póster de la película y me ha parecido que habla tanto por sí mismo, que la idea para este artículo ha ido creciendo sola.




Normalmente con la películas que me interesan trato de informarme lo menos posible. Casi ir al cine, pagar por mi entrada, mi refresco y mi cubo de palomitas y ya está, no quiero saber más de antemano. Pero 'Ghost in the Shell' es un caso particular. Primero porque es la heredera directa de 'Lucy', —una de las peores películas que he visto jamás—, ya que por mucho que la gente compare este peli con 'Matrix' y otras sandeces (más bien fue 'Ghost in the Shell' quien hizo nacer 'Matrix') es 'Lucy' y sólo 'Lucy' quien hizo esto posible. Y segundo por la desorbitada polémica tras la elección de Scarlet Johansson y el blanquear a personajes asiáticos.




 Es un tema que voy a zanjar rápidamente: la elección de Scarlett es un hecho que habla por sí mismo, desde el punto de vista de a qué sector de población se espera llegar para vender entradas y merchandising en torno a esta franquicia, que no es otro que el Estadounidense, ese es su principal objetivo en mente.




La elección de Scarlett es 'El último samurái' cyberpunk, está hecha para vender entradas a cascoporro. Es como el comodín llamado Samuel L. Jackson que la industria saca cuando no confía en que su película venda bien: llamas a Samuel L. Jackson y la película, sea mala o buena, hace una taquilla óptima. Lo mismo pasa con Scarlett, la metas donde la metas —sobretodo los últimos años— es una vende entradas brutal y eso es innegable.




 Desde el punto de vista del racismo, aquí juegan a dos bandas: que Kusanagi sea Scarlett me parece perfecto porque le sienta estupendamente, y, ni en el anime, ni en los mangas, Kusanagi parece asiática en ningún momento. Pero lo que me escama, es que el resto de personajes —al menos la mayor parte— sean asiáticos, ahí 'Ghost in the Shell' juega con un doble rasero raro y poco claro que quizá la película explique por sí misma o sea básicamente eso, racismo e hipocresía. Pero en cuanto a Scarlett, es una Kusanagi estupenda, al menos a nivel estético antes de ver el film.




Y entonces llegó el póster con el body (me perdonen los fans de la saga, pero utilizaré el término "body" para no meterme en detalles sobre el traje de Kusanagi) azul. Si habéis visto el tráiler o fotos de rodaje habréis visto el body, a modo de traje de combate, que lleva Scarlett en la película, sí, yo también me di cuenta de ese detalle —al igual que, básicamente, todo el mundo— el body es de color carne, un color muy parecido al de la piel de Scarlett. 




Hasta he llegado a escuchar a gente quejarse o alarmarse porque "Scarlett va desnuda en 'Ghost in the Shell'" y a otra gente alegrarse de que "por fin vamos a ver desnuda a Scarlett Johansson". Este segundo punto me resultó particularmente extraño si, obviando las fotos filtradas de Scarlett, recordamos que en 'Under the skin' se ve a la actriz desnuda integralmente y sin censura alguna. Dejémoslo ahí, como curiosidad. El problema llega cuando me encuentro con este póster azulado por la calle y me acuerdo de esas personas que se alarmaban por ver a Scarlett desnuda en el cine. 




El traje azul es justamente esto, una respuesta cobarde e innecesaria a una sensación de desnudo que nunca llega a pasar de ahí. Es como poder ver la línea de pensamiento de quién haya tramado esto como una gran estrategia de contención.




 Yo de esta forma tonta de censura entiendo que la persona que lo estableció —ya que dudo mucho de la existencia del traje azul en el filme, y de haberlo me pienso retractar o responder a este artículo— piensa que, mediante el exagerado uso de las luces de neón del póster, teñir el traje de azul hará que la gente no vaya por la calle pensando que ponemos pósters de mujeres desnudas en nuestras ciudades.




 Y esto no es una crítica a España, ya que me imagino que el póster de marras sea una versión internacional, pues he visto otros oficiales de la película y he observado que nunca vemos el body color carne. Lo que vemos es la cara de Scarlett, el título del filme y una suerte de sombra o borrón de color para que el body no se confunda con el cuerpo de Scarlett.




Este tipo de censura resulta absurdamente innecesaria; en primer lugar porque la mayor parte de la gente no va a hacer una apreciación sobre el propio traje, ni sobre el cuerpo de Scarlett con el, porque no hemos visto la película y no sabemos si lleva puesta una armadura, un body o un cybertraje.




 Lo que va a hacer la gente, con o sin la película es ir al cine por Scarlett, pero no por su talento como actriz si no, porque —nos duela cuanto queramos—, Scarlett Johansson ha llegado hasta donde está porque es uno de los mayores iconos sexuales de nuestra sociedad. Por lo tanto, la gente, con traje o no, nunca va a dejar de hacer una apreciación sobre su cuerpo. 




Aquí llega el que es para mi el argumento más estúpido de teñir de azul el traje: Si contratas a Scarlett Johansson para ser tu heroína es por que es un icono —a todos los niveles, desde el sexual, al estético, al artístico, para la gente ella es ese icono— y que, por lo tanto va a vender muchas entradas a muchos blanquitos de todas las edades. Pero en lo que se ha centrado siempre, como punto de partida, el fenómeno Scarlett Johansson es por su exuberancia, belleza y carisma; porque la gente es así y las cosas entran primero por los ojos, lo queramos negar o no.




 Entonces ¿por qué no presumir de esa gran baza que es Scarlett a nivel estético y presencial? ¿Por qué escondernos de sus curvas? Que simplemente se intuyen, pues es evidente que lleva un traje y que está sugiriendo sus formas. Es uno de los mayores méritos del trabajo de Weta Workshop (los que hicieron todos los chismes de 'El Señor de los Anillos'), que sacaron un modelo 3D del cuerpo de Scarlett para poder hacer un traje tan realista, que además de ser funcional en la vida real, no dejase una sensación de pliegue alguno ante el ojo del espectador (vídeo al final del artículo), pero manteniendo la sensación de estar viendo claramente, que esa actriz lleva una capa de "algo" por encima.




Puede que este artículo sea una exageración para algunos, pero para mi, que a día de hoy se le siga teniendo tanto miedo al cuerpo de la mujer, dice muy poco a favor de nosotros como sociedad y de la industria del cine, por lo tanto, de nuevo de nosotros como sociedad, pues la industria no habría llegado hasta donde está sin el público y su ansia de consumo.




 ¿Tan terrorífico y contaminante sería ver el póster sin los colores adulterados o la figura difuminada? Pues no, porque ni aunque fuera un desnudo integral sería alarmante, pero he ahí lo más estúpido y básico de esta protesta, ni si quiera hay un desnudo.




 Y si alguien conjura el meme de Los Simpson, como argumento conservador, rezando la máxima de "¿Es que nadie va a pensar en los niños?" me reiré recordando cómo para esta sociedad sí está bien que los niños vean todo tipo de violencia o vayan al cine a ver una película como 'Ghost in the Shell' en la que, sin acritud, ni pinchan ni cortan y sí que haya una alarma porque ellos, y el resto de la población, no sean testigos de la insinuación del cuerpo de una mujer.




 Este debate sobre la sensibilidad se ejemplifica muy bien con una familia de EEUU que protestó sobre la serie 'The Walking Dead' porque en pantalla se estaban viendo a "unos homosexuales" y que "cómo pretendían exponer a sus hijos a tamaña ofensa" —vale no eran esas palabras textualmente, pero sí el mensaje—. Este argumento deja muy claro que para cosas tan básicas y normales como el amor entre personas del mismo sexo, o la insinuación de un desnudo, la gente sí puede llegar a sentirse ofendida y verse herida su sensibilidad, pero ver todo tipo de violencia en forma de golpes físicos, armas de fuego y zombies es algo totalmente válido y aceptable.




Me gustaría que llegase un día en el que la figura de la mujer no sea algo a valorar , o que, de llegar a hacerlo, al menos no se valore de una forma negativa —centrándose únicamente en su perfil sexual— por el mero hecho de ser como es —de normalizar la sexualidad homosexual no cito, porque no creo que lo llegue a ver en mi vida, aunque me gustaría—. Al final es todo por a quién le beneficia económicamente la causa y a quién no. 




Ejemplo final es el propio manga de 'Ghost in the Shell' donde el autor mismo retiró varias páginas de contenido puramente sexual —donde se veía a Kusanagi manteniendo relaciones con otras mujeres de una forma totalmente gratuita— y la razón dada para crear esta versión "revisada" del manga fue que, con el cartel de "lectura para adultos" las ventas del tomo bajaban un 40%. Desde entonces no dejan que se reedite otra versión que no sea la revisada.




 Al final lo del póster del traje azul es lo mismo; antes siquiera de que la gente pudiera alarmarse —o no— por esa sensación de desnudo, la compañía ya se ha asegurado de que sea una vez ya vendida la entrada cuando la gente se tope con el magnífico trabajo de Weta Workshop, y no antes.




 Toda esta tontería de campaña de censura es para que ni un 1% de las posibles ganancias estimadas se vean afectadas, esta es nuestra industria del cine y, por lo tanto, estos somos nosotros como sociedad; la cuna del capitalismo que le tiene miedo al color carne y no al color verde.

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