Ghost in the shell: El alma de la máquina | POPCOKEN


—Mayor Johansson—




Esta crítica contiene spoilers.



Hoy he asistido al estreno de ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’, concretamente al primer pase disponible y la verdad es que he salido muy contento tras la proyección.

Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ es la versión americana del icónico filme anime ‘Ghost in the shell’ de 1995 y en parte del manga homónimo creado por Masamune Shirow. Para esta ocasión Hollywood ha decidido coronar como heroína de cine de acción Scarlett Johansson, a quien ya pudimos ver en un rol parecido en la fallida ‘Lucy’, de la cual lo único bueno que se puede decir es que haya abierto la veda para esta adaptación. Gracias por todo ‘Lucy’ y hasta nunca.



Tras una corta escena de acción tendremos ante nosotros un calco casi idéntico a la secuencia que da inicio a la original, donde somos testigos de la creación del cuerpo cibernético de la Mayor. Digo casi idéntico porque para este filme han decidido pasar de introducir la música que le da ese tono tan sombrío. Resulta irónico ver esa melodía durante los créditos, si la tenían ¿para qué pasar olímpicamente de ella? No lo llego a comprender, pero es uno de los pocos detalles fallidos de esta adaptación, hasta que llega el que casi es el mayor de todos ellos.



 Cuando nuestra heroína despierta la doctora responsable del proyecto nos sorprende a todos llamando a Scarlett Mira Killian y no Motoko Kusanagi. Este es el mayor spoiler de toda la cinta. No es que no se llame Motoko Kusanagi, es que Mira Killian es el nombre que le han dado al construir su nuevo cuerpo y su renovada identidad. Prometo a todos que el nombre Motoko Kusanagi saldrá en pantalla.



El detalle que sí que puede disgustar a los fans es que en esta película no se menciona al Titiritero por ninguna parte, en su lugar tendremos como villano a Kuze (interpretado por el actor de ‘Boardwalk Empire’, ‘Hannibal’ y ‘El Bosque’ Michael Pitt) que es básicamente lo mismo que el Titiritero, pero con mucha más presencia y una caracterización mucho más clara. 



Este hecho es uno de los reflejos de la intención de este salto a la gran pantalla; coger lo narrado por la película de 1995 y por el manga, y darle una identidad mucho más clara. Si hay algo que sí se le puede echar en cara tanto a Masamune como a Mamoru Oshii —director de la versión anime— es su total falta de coherencia narrativa para el primero y la grandilocuencia anti-ritmo del segundo, que seda cualquier atisbo de dinamismo en toda la dirección y narrativa. 



En ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ han cogido esos personajes y esa historia, y la han contado de una forma con la que pueda venderse a un público internacional acostumbrado al cine comercial y a su dinamismo, pero sin perder nada de la historia base.



 Gracias a esta dinámica los personajes por fin tendrán una identidad bien definida —alejada de esa falsa grandilocuencia— ya no necesitaremos de unos diálogos que nos expliquen selectivamente qué está pasando para que se pueda seguir la historia. Puede que no guste que se haya encuadrado así a estos personajes, pero sacrifica poco en favor de una coherencia mucho mayor.



 Claro ejemplo de esta tendencia será la primera escena donde la Mayor se cruce con Kuze. El encuentro era una trampa con bomba y Batou saldrá herido pese a la cobertura de la Mayor, dando así una justificación para sus peculiares ojos mecánicos. O de dónde sale el terror de la Mayor a sumergirse bajo el agua, ya  que según su nuevo origen, ella ha sido rescatada de ahogarse en el accidente donde murieron sus padres. 



Algunas de esas nuevas historias serán para dar funcionabilidad a los personajes en la historia y, al tiempo, para provocar un poco al espectador fan, que acabado el filme verá esas pequeñas trampas funcionando a su favor y, nuevamente, a favor de un mejor desarrollo de la trama.



Por todo lo mencionado anteriormente, a los fans de la franquicia sólo cabe advertirles de que no tomen como inamovible todo lo que se les va contando, pues la verdadera y casi idéntica historia original, se irá abriendo camino para revelarse como lo que es, una buena historia que bien contada tiene mucho jugo. Además esta adaptación poco tiene de “a la americana” ya que podemos ver su presente respeto por la obra original en las muchísimas escenas calcadas de su predecesora. 



El único cambio —otra vez a favor— es que aquí la acción obedecerá a un propósito narrativo y no a un mero intercambio de golpes sin sentido. Hay algunas cosas que se ven reducidas, como la parte de los basureros, pero su pequeño recorte aporta cuerpo a esta reconstrucción de la historia original. Para mi casi todo han sido aciertos, casi.



Scarlett encarna a una heroína aún por alzarse y no a una ya desarrollada sin mayor justificación que la puramente estética. Por ello en cada combate veremos como muerde el polvo constantemente hasta que se vuelve esa combatiente indomable. 



Extrañamente también se recortarán sus inclinaciones bisexuales, como ya hiciera Shirow con su “versión revisada” del manga, parece que la escena donde Scarlett Besaba a la prostituta no llegó al metraje final —y sí al tráiler—. ¡Qué casualidad!.



En cuanto al tema del racismo, ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ ha sabido justificarse respecto a eso con el tema Mira Killian – Motoko Kusanagi. Si tiene el aspecto de Scarlett no es porque no sea asiática, es porque quien la reconstruyó decidió darle ese aspecto y esa belleza occidental. 



Si esta justificación no os convence el filme se va a tambalear bastante, pero para mi funciona y puedo llegar a creérmelo sabiendo que pretenden crear una saga en torno a esta franquicia. Por ello la deconstrucción de Kusanagi se ve como un elemento necesario para encarar futuras entregas.



Un detalle que sí que le resta muchos puntos es que en la cabina de doblaje decidieran suprimir la palabra “Ghost” de toda la película, dejándola en la ambigua y poco clarificadora “espíritu”. Ese detalle sí fue decepcionante, pero no es una verdadera tara del filme, al igual que el innecesario subtítulo de “el alma de la máquina”.




Por lo demás, la película funciona muy bien equilibrando el manga, la película anime original y su nueva propuesta, aunque hay rarezas como Aramaki hablando únicamente en japonés y algunos tópicos más propios de Frankenstein,Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ es, la adaptación del mundo anime por Hollywood mejor y más respetuosa hasta la fecha, y por mucho que se queje la crítica internacional para mi gusto estamos ante una buena película que aúna la robótica, la estética cyberpunk y el cine de acción sobre los hombros de Scarlett Johansson, que soporta la carga y mucho más.



Nota: 7,7

Jorge Tomillo Soto-Jove

No hay comentarios:

Publicar un comentario