Spider-man: Homecoming | POPCOKEN

—A la sombra de Iron-Man o la esperada virtud de la ignorancia—

Ya he podido ver ‘Spider-man: Homecoming’ y, por mucho que Spiderman sea mi superhéroe favorito —y uno de los personajes con los que siempre me he sentido más identificado— he de decir que Homecoming ha sido la decepción del verano y posiblemente del año.

Tranquilos todos, no vamos a volver a verse morir a tío Ben. De hecho, no vamos a escuchar mención alguna a su persona. En cuanto al origen de Spiderman per se habrá un par de segundos de diálogo y ya. Está muy bien distanciarse pero da la sensación de que, para Marvel, este nuevo y joven Spiderman no es de fiar. O puede que realmente el acuerdo de cesión con Sony pese más de lo que les gustaría reconocer y esta película no ensalza tanto tanto al trepamuros como debiera. O puede que yo sea demasiado fan y mis expectativas hayan acabado conmigo.

Sea como fuere, estamos ante una novedad —una de verdad— en el MCU; la primera primera película de un superhéroe de Marvel que no parte de una historia de orígenes, si no que la da por sabida —gracias—. Eso era interesante, hasta que ves pasar la primera hora del reloj con pesadez y poco o nada construido. De aquí en adelante puede que haya spoilers menores, pero spoilers al fin y al cabo así que, ¡hasta otra!

La película es totalmente errática, va dando tumbos sin saber si ser una peli más de acción o la gran novedad que se diferencie de todo lo hecho hasta ahora, fallando en el intento. A menos claro, que su único público objetivo sea la gente de quince años para abajo, lo cual, siendo Marvel Studios… es bastante posible. Veremos a Spiderman en pantalla desde menos de un cuarto de hora de metraje, pero no he llegado a sentir una sensación de plenitud. 

La estética de la versión de Sam Raimi pesa demasiado y aún se siente reciente. La banda sonora junto con esos magníficos paseos en telaraña contra… este Spiderman torpón, de vuelos bajos, cuyo grueso de escenas ocurre de noche, para ahorrar costes de producción. Al tiempo merma el sesenta por ciento de la espectacularidad cuando más se la necesitaba. No es que quiera que el Spiderman de principios de los 2000 vuelva, es que necesitaba que este nuevo estuviera a la altura de su espectacularidad durante ‘Capitán América: Civil War’. En unos pocos minutos de película se robó el show y dejó a todos con sed de más. Hasta había una escena post-créditos para confirmar que volveríamos a verlo. Todo para una decepción bien grande.

‘Spider-man: Homecoming’ no es tan mala película, pero a Marvel se le empieza a notar el síndrome episódico en sus películas, igual que se le notaba a Harry Potter. Es como si ya sólo hicieran el siguiente episodio de su universo cinematográfico y no películas, olvidando cosas básicas. Y encima luego está Tony Stark. Marvel sigue desesperadamente necesitada de Robert Downey Jr. tanto como para convertir al lanzaredes en una burda copia del mismo.

 Porque sí sólo fuera como en el tráiler, que la película va más de las aventuras de Iron-Man con Peter Parker como secundario —un secundario con muchos minutos, pero secundario—, dolería, pero no tanto. Lo que molesta de verdad es ver todos esos dejes de Iron-Man por aquí, por allá ¡en todas partes! Incluso el final de la película es para Tony y no para Peter, por mucho chistecito de May que cuelen como suerte de cierre. Que tenga seis personas a cargo del guión se nota, y mucho.

Pero además, a mi parecer, otro problema de núcleo es la terriblemente mala utilización de todos los personajes, Peter incluido. Ninguno tiene peso argumental o una caracterización más allá de lo físico y para colmo han hecho de Peter Parker el Eminem de los superhéroes. No es que esté en contra de que los amigos de Peter sean de color, lo que no me gusta es que casi todos ellos hereden el nombre de personajes que eran blancos. Lo malo...

Eso me da a entender que estos personajes —por ser negros— necesitan la reputación del personaje blanco para ser populares, porque —según esta lógica— crear personajes nuevos de color, desde cero, no funciona y no es cierto. Pero supongo que así Marvel se puede sentir un poco mejor al mirar su porcentaje de personajes de color en su MCU, aunque si miran los personajes de color —o mujeres— con peso argumental…Oopsies!

 Luego están Shocker y el Escorpión… No sé bien cual de los dos está más desaprovechado, pero eso sólo enfadará a los fans de los cómics, y visto el distanciamiento que está cogiendo el MCU con los tebeos igual hasta mejor.

‘Spider-man: Homecoming’ es una comedia adolescente —mala—, que a veces se permite despuntes de aventura y acción, un desarrollo argumental general pésimo y un villano desaprovechado: El Buitre. Vale, puede que esta versión no se parezca mucho al original, y yo que me alegro, pero al menos, si contratas a alguien como Michael Keaton, déjale minutos. En un par de escenas donde puede coger algo de carrerilla, Keaton se hace con la película, hasta que el guión surge para ningunearlo, haciéndolo family friendly y dándole el final más cutre que recuerdo para un villano importante —superado por Bane y poco más—.

 Todo da la sensación de ser un puzzle con las piezas pegadas a la fuerza con super glue. El ritmo es malo, el tono es pobre y el conflicto está cogido por los pelos. Marvel necesitaba su excusa para sacar a Spiderman en las próximas películas de Los Vengadores y no se ha molestado demasiado en construir más allá. Para colmo, crecidos en su prepotencia, nos cuelan un main event con un Peter Parker en chandal y…bueno, demasiado para mi.

Lo cierto es que ‘Spider-man: Homecoming’ tiene todo el Robert Downey Jr. y el humor genérico que necesita para vender otra película más al público, pero para los que pedimos un poco más, admitir que esta es realmente una adaptación del Spiderman de la serie animada ‘Ultimate Spiderman’ hubiera sonado más coherente.

PD: Hay dos escenas post-créditos.

PD2: Sólo una vale la pena.

PD3: Sí, que digan “8 años desde el incidente Vengadores” y no “8 años desde que Tony Stark se dio a conocer al mundo” supone un error de continuidad temporal.

Nota: 5,5

Jorge Tomillo Soto-Jove