NO ME LEAS SI NO HAS VISTO LOS TRES PRIMEROS CAPÍTULOS DE LA T7
Seamos sinceros, desde
que George R. R. Martin se bajase del barco de HBO, todo tenía pinta
de irse al traste y rapidito, pero la trama heredada de lo hecho
hasta el “momento Julio César” del final de la quinta temporada
y dos episodios buenos como una pepita de oro del tamaño de la luna, al final de la sexta, disiparon esos temores y, peligrosamente, pusieron el listón y el
hype por las nubes. Ahora que hemos llegado casi a la mitad de la
temporada siete (será la mitad cuando estemos al principio del
cuarto capítulo) es un buen momento para darse cuenta de que, si
esto sigue así no vamos a ninguna parte buena.
La temporada se estrena
con un ansia que ha llevado a las plataformas digitales de HBO hasta
el colapso en varias ocasiones, y a todas las revistas/blogs de cine
a apuntarse a llenar internet de spoilers desde que acaba el capítulo
hasta todo el día siguiente. Confieso que yo también tenía un mono
como para dar palmas sin mover una mano por voluntad propia, pero
según pasan los capítulos se me está bajando esa sonrisa de
ilusión pura que tenía tres capítulos atrás.
Ojalá acabe la temporada
y me tenga que comer este artículo con patatas, pero no tiene
ninguna pinta de ir a pasar, ya que la T7 va cuesta abajo y sin
frenos y, encima, parece que a todo el mundo le encanta este producto
de baja calidad en el que se está convirtiendo Juego de Tronos. Lo
que yo no entiendo de este bajón es que, supuestamente para HBO esta
serie es su mayor gallina de los huevos de oro de todos los tiempos y
la están matando con prisas, como si les quemase en las manos el
terminarla. No estoy pidiendo que le hagan la vejación y humillación
que se le ha hecho —y está haciendo con Boruto— a Naruto, pero
sí un tratamiento con algo más de respeto del que están sacando a
colación.
Lo voy a decir alto y
claro, los tres primeros capítulos son mediocres y repiten una
estructura pobre y evidente que presume de una mezcla rara de
fanservice y efectismo. Todos los capítulos están cerca de abusar
del solapamiento de tramas para ganar dinamismo. Pones una escena
corta de cada personaje —por irrelevante que sea—, la contrastas
con la de otros y en medio metes algunas aún más cortas de lo
importante. Así das la sensación de que pasa mucho más de lo que
ocurre en realidad. Pero si ordenásemos el metraje de los tres
capítulos, se vería la trampa, y el cartón casi tanto como a Sir
Jorah. Tendríamos una serie de escenas irregulares con unos saltos
injustificables que uno no se sabría encajar.
Voy a tratar de explicar
mi punto de vista llamando a esto “la fórmula TWD”: Que es
estirar una temporada con un inicio potente, un final mejor y un
intermedio absurdamente malo y con pretensiones. Pero de mientras
metes algunos picos en la linealidad más absoluta y así sales en
las redes sociales, retroalimentando tu producto mediocre con la
polémica.La fórmula TWD aplicada a JDT supone que vamos vernos
sumidos en la misma espectacular puesta en escena —al menos aquí a
un nivel muy superior en presupuesto a TWD— y ambientación de la
cual la serie hace alarde.
Tras ese escaparate de efectismo visual
debería estar un guión coherente y de calidad, porque buenas
actuaciones de esta serie yo ya no espero ninguna —después de
aquel discurso famoso de Tyrion no espero nada más a nivel
interpretativo—, pero no, el guión rozará el absurdo y lo inocuo.
Pero lo peor de todo esto, es que en le medio de este bonito sandwich
están metiendo los sueños húmedos de los fans sin ningún tipo de
reparo o vergüenza para hacerlo sin ninguna clase. La temporada
siete es una manguera de salsa ranchera metida en la garganta de una
patada, al principio sabe bien, pero luego cansa, y cansa, y cansa, y
cansa. Ahora mandan los personajes inútiles a nivel de
entretenimiento como Sam o El Perro, para que esos sean los momentos
bajos del capítulo y luego puedan llegar y colocarte un discurso con
aires y toda la prepotencia, pero vacío en contenido.
Eso si, la
trampa será aún más burda porque HBO, cuando hablen Tyrion, Jon
Nieve, Daenerys o Sansa —o el personaje de turno que quieran
colarnos en ese momento como super importante— soltará la banda
sonora como en esas comedias con público, en las que a los
espectadores en realidad les están diciendo cuando reírse y cuando
no —como Big Bang Theory—. Traducido, aquí te están diciendo
cuando tienes que alucinar e impresionarte, y con todo el descaro y
poco tacto que había disponible. Es como forzar a una serie con
calidad a ser únicamente una máquina de hacer dinero rentable y
gastando lo menos posible en el intento.
Pero lo peor de todo es
su línea temporal ¿Qué estás haciendo HBO? Yo pensaba que estirar
esta serie un poco sería lo natural, pero acabarla en trece
capítulos y que encima ahora los personajes tarden en viajar por el
mapa lo mismo que se tarda en mandar un email... El mejor ejemplo de
esto, para no hacer spoilers de esta temporada es la escena final de
la anterior. En ella veíamos que además de malmeter y conspirar,
Varys puede teletransportarse, estando en el mismo capítulo en Dorne
y cinco minutos después subido en el barco de Daenerys como si nada. Casi casi tan mal como Vikings. Y encima los showrunners tuvieron las narices de justificar eso como
una elipsis y no admitir la cagada. Pues bien, eso al parecer les ha
dado alas, porque ahora todo el mundo se teletransporta o está cerca
de ello. Los viajes en barco duran tan poco como a la narrativa le
convenga.
Si quieren meter tensión al tema, durarán un capítulo,
pero si quieren recompensar al espectador por un capítulo de largos
y agónicos debates sin sentido, los personajes viajarán a la
velocidad de la luz y listo. Parece que a HBO se le ha olvidado que
su serie se puede ver más allá del día del estreno, y que algunos
hasta la ven entera y como un producto con conjunto y coherencia
completa. Así que esa rara gente se va a encontrar con que su serie
favorita no guarda ningún tipo de coherencia entre sus seis primeras
temporadas y las dos últimas.
Otra cosa que para
algunos no será un fallo y que para mi si lo es: Todo cuanto gira en torno al titán Euron —porque eso es lo que es
un hombre que resiste puñales envenenados en los testículos—
apesta. Desde sus discursos pobres hasta sus escenas de acción. Y
las consecuencias de Euron, que básicamente son librarse de
personajes con rapidez. Las hijas de Oberyn y su mujer = lamentable.
Un tratamiento argumental pobre y limpio para quitárselas de en
medio sin prestar atención a los personajes.
Es como si la cadena
hubiera dicho ¿qué es Juego de Tronos? Pues es una serie con giros
inesperados, violencia y crueldad. Todo adornado con discursos
prepotentes que realmente solo rellenan minutos y que no terminan de
aportar nada a la trama general. Vamos, que según ellos son una
sucesión de escenas y secuencias que no deberían pasar el corte
general. Eso sí, vais a tener a Jon Nieve y a Daenerys juntitos y
charlando de... de nada hasta que llega una resolución del conflicto
sin saberse bien por qué, eso y Emilia Clarke mirando a cámara directamente cuando no debería como si se tratase de un alivio cómico tipo The
Office.
Como fan espero que esto
sean tres capítulos flojos —y particularmente aburridos—y que el
resto de la temporada, y de la serie, no huela tanto a fanservice
barato. Es como si quisieran recompensar al fan fiel con lo que nunca
ha tenido, pero llevaba tanto esperando. Y luego, se sacarán uno —dos
máximo— capítulo espectacular donde sí se habrán currado todo,
desde narrativa a cada detalle del vestuario con un fin argumental y
todos reiremos y haremos como que no nos han vendido la moto el resto
del tiempo.
En resumen, HBO está
tratando a sus espectadores como idiotas y parece que le va a salir
bien y sin consecuencias. O puede que no, si el hackeo es tan grave como pueda parecer. Tiempo al tiempo, y a esperar una remontada poco clara.
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