Parasite | POPCOKEN


—"...y, aún entonces, yo seguía sonriendo"—

Ya he podido ver Parasite. Me alegro de haber llegado virgen a esta película, porque es lo que pasa con los guiones originales, que es mejor que no llegue nadie a jodértelo. Aún así, tengo problemas con ella. No porque no sea una buena película, Parasite o más bien lo que vende Parasite, está a años luz de ser para todos los gustos. No, no es una película rara para nada y tampoco os pienso decir cuál es el misterio ni datos que impliquen cualquier tipo de spoiler, así que... empecemos por lo fácil, por favor.


Parasite es una película condenadamente bien hecha. No hay nada estética o plásticamente que estaque fuera de lugar. Todo navega en una armonía orgánica tan elegante que cuesta ver por dónde y cómo surge. Pero todo esto nos lleva de cabeza al núcleo de su punto más fuerte, su composición fotográfica. En una escena, tenemos dispuestos a nuestro alrededor una serie de elementos que, contra la cámara componen la escena. Para ello se usa la técnica de blocking, o lo que es lo mismo, la disposición sobre el escenario de los elementos: los estáticos y los vivos. 



Parasite, utiliza esta técnica en consonancia con cada movimiento de cámara, siempre y cada vez de forma perfecta. No hay ni una secuencia que no sea excelsa. no la hay. Visualmente es ofensivamente perfecta. Si embargo, para Parasite la línea visual no es un complemento. No es un adorno. Parasite es una de esas películas que suman su visual al propio ritmo interno de la película, así, al establecer este balance entre ritmo externo e interno, surge la uniformidad. Una tan innegable que permitiría contar bajo este prisma cualquier tipo de historia. 


Y me refiero a cualquiera, para los que ya hayáis visto la película, CUALQUIERA, con letras bien grandes. Así que, la opinión que pueda tener vuestro amigo, compañera de clase o yo mismo sobre las proporciones, acabado o finalidad de la historia, no vale una mierda. Y digo esto por que quiero ser crítico en este punto. Con la película y conmigo mismo. Por que sé que esta es la intención única e innegable de su autor y, después de esa decisión y su perfecta ejecución armónica, todo se vuelve subjetivo.


Ahora bien, a nivel de guión la película saca a jugar unas señoras licencias que ayudan a que la trama llegue a donde su director quiere llevarla y que, posiblemente sin haberlas tomado, no hubiera llegado a funcionar. Es decir, se nos presenta a unos personajes sumidos en la miseria, pero se hace de una forma cómica, aunque sin llegar a endulzar su situación. Desde ahí se construye la idea de que son el ideal de protagonista. Ese tipo de personaje al que seguirías hasta el confín de la tierra porque es lo bastante guay y a mi, ahí esta peli me perdió porque odio a todos los protagonistas.


 Lo sé, es totalmente subjetivo y ajeno a la obra en sí. Pero para mi como espectador, el introducirme sus tramas bajo este prisma cómico, hizo crecer en mi interior una sensación de desasosiego e ira homicida de constante crecimiento. Aunque luego, se ahonda lo suficiente y lo bastante bien en sus perfiles psicológicos como para darle una nueva vuelta a eso. Ahí, Parasite te posiciona donde siempre quiso y tenía planeado desde el principio, para dejarte ante el abandono y amargor totales.


Parasite es de lejos una de las mejores películas de 2019, pero de las que entran en esta categoría es la que más se aleja de un... umm, digamos perfil de "cine steak" (aka esas pelis diseñadas para Oscarizarse y llenarse de premios). Es de lejos a la que menos le importa complacer al espectador medio y eso le suma puntos a su carisma, aunque siga siendo muy difícil de tragar y comprar por entera. 


Pero sus lugares comunes y paralelismos son tan potentes que su mensaje te llega aún en medio de todo el camino de locura y demencia que has vivido en medio. Además tiene buenas actuaciones y una banda sonora muy superior a lo esperado por "el tipo" de peli que parecía que iba a ser.


Si os gusta el cine, es un visionado obligatorio. Pero si os gusta por pasar el rato y desenfadaros un par de horas, salid corriendo en dirección contraria antes de desperdiciar todo este talento para acabar refunfuñando en el sofá. Si uno de los premios máximos acabase cayendo aquí, —como en Mujercitas o en 1917— sería un buen resultado. Puede que no el que yo elegiría, pero si sería totalmente justo.

Nota: 9,2

Jorge Tomillo Soto-Jove

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