- ¡Que el
protagonista se llama Kaneda! –
Con el trasfondo de los Game Awards sobre si el mejor videojuego del año debe ser aquel que reúna lo mejor en cada aspecto individual o si sin embargo hay factores externos que puedan condicionar dicha decisión, Selecta Visión trae a los cines españoles Akira en formato 4K (me uno a la petición de que hubiera estado muy oportuno llamarla 4KIRA). Que es un clásico es algo indudable. Iniciadora de corrientes (otras obras revolucionarias como Ghost in the Shell o Matrix tienen claras influencias del manga y película de Katsuhiro Otomo), pero… ¿qué pasaría si la descontextualizamos? ¿Si le quitamos todo el legado? Vamos a ver qué tal.
Tras una pequeña introducción con narrador para presentar el escenario de la película – no se añadirá nada más durante el resto, así que el espectador tendrá que estar atento para seguir el trasfondo – se nos lleva rápidamente a la vertiginosa pelea entre la banda del grupo protagonista contra una rival. La primera escena de una película generalmente establece el tono del resto de la cinta. No seguirlo de forma injustificada resta puntos. Akira lo tiene claro: la vida tiene poco valor, se puede acabar fugazmente y va a presumir de fondos y explosiones. Una disputa entre bandas una noche cualquiera se resuelve con mínimo cuatro o cinco muertos, siendo que un grupo ronda los dieciséis años.
Tras pararme a pensar qué situación puede llevar a adolescentes a matarse casi sin motivo en una futurista NeoTokyo, hace que la angustia y el terror psicológico empapen la cinta hasta prácticamente la mitad de la misma. Sobrentiendo, gracias a las consignas de las protestas y a la escena en comisaría que la situación presente es debida a algo relacionado con los impuestos, pero nunca se llega ni a arañar superficialmente ni mucho menos profundizar durante el proceso de creación de mundos de la película. La brevedad de los actos narrados (tan solo un par de días) hace que no dé tiempo a explorar la metrópoli de manera más extensa.
De las guerrillas entre bandas a una conspiración para derrocar el proyecto más secreto del gobierno en una sola tirada de caña, la película introduce a prácticamente la totalidad del reparto en alrededor de cuarenta minutos. La banda de Kaneda, el grupo terrorista junto con la brigada del Coronel. Acotando más la relevancia, conque nos quedemos con Kaneda, Tetsuo, Kei, el Coronel y los niños, más que suficiente. Siendo el arco de estos personajes bastante limitado y con casi carente de evolución, salvo Tetsuo, quién es el que más cambios sufrirá. El resto de personajes apenas tienen relevancia, casi en su totalidad sirviendo tan solo de apoyo para el quinteto protagonista.
Al borde de la batalla final, me pregunto: ¿por qué ha ocurrido un cambio tan brusco en Kei por Kaneda? Siento como si hubieran faltado varias escenas en el desarrollo de su relación. Entiendo la sucesión de escenas, pero me faltan puentes entre ellas. Ya en la última media hora es fácil dejarse llevar por el frenesí de la pelea entre los dos protagonistas, siendo lo único reprochable es la facilidad que tiene Tetsuo en cargarse una satélite espacial pero las muchas dificultades que tiene para acabar con Kaneda. Me chirría lo suficiente como para que me pregunte porqué no hay diez, veinte o treinta cañones láser (como el que porta Kaneda) apuntando a Tetsuo para darle fin, pero tampoco tanto como para emborronar la experiencia del clímax.
El final, ¿es un final bueno, o un final malo? Pues bueno, es un final. Si con un metraje de dos horas (saltándose explicaciones de varios aspectos) ya debió ser complicado, con razón de más podemos comprender las dificultades de Otomo para concluir el manga dos años más tarde del estreno de la película en cine. También entiendo que se decidiera que la película anduviera su propio camino en cuanto al final. ¿Y qué resolución de esta descontextualización saco? Pues que Akira es una película interesante, pero totalmente incompleta.
¿Qué reformas fiscales planea el gobierno? ¿Cómo funciona exactamente el proyecto Akira, es decir, como hacen desarrollar a los niños los poderes mentales? ¿Por qué es Tetsuo quién desarrolla poderes, es porque estaba ya predispuesto, por el choque con Takashi o podría haber sido cualquiera? ¿Cómo fue el proceso de reconstrucción de NeoTokyo después de la tercera guerra mundial? De hecho, ¿cómo transcurrió esta guerra?, ¿cuáles fueron sus participantes?, ¿cómo está organizado el mundo? No existe respuesta alguna dentro de la película para estas cuestiones.
Aunque recientemente las
películas han aumentado de duración de forma considerable (el irlandés,
estrenada en 2019, dura tres horas y media) estos casos siguen siendo más la
excepción que la norma. Una adaptación cinematográfica casi siempre va a contar
con el hándicap del tiempo frente a series, mangas, libros o casi cualquier
otro medio. No sé si en su momento se le
ocurrió a Otomo, pero quizás dos partes o incluso una trilogía podría haber
hecho que su legado fuera incluso mayor. Aunque la historia contrafactual
(también conocida como historia alternativa o historia virtual) es interesante,
tampoco es el núcleo de esta reseña, así que lo dejaré estar.
Siendo que esta es una reseña con
pelos y señales, es bastante probable que ya hayas visto Akira. Si no es así y aun
así has llegado hasta aquí, por favor, guárdate dos horas los próximos días
para poder dedicarle el tiempo que se merece. Que este pequeño ejercicio de imaginación que he plasmado no te eche
para atrás, Akira fue innovadora en su momento y su visionado sigue
sorprendiendo a día de hoy. Sigue siendo mejor que Cyberpunk 2077, al menos
por el momento.
Nota: 8,2
Javier Tatay
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