Scott Campbell: The Fix (opinión) | POPCOKEN ENTINTADO

Antes de empezar a hablar de este tema me gustaría dejar claro que siempre he sido un gran fan del trabajo y estilo de J. Scott Campbell. Fue de los primeros dibujantes de los que decidí aprender su nombre de niño y he seguido todos sus (inconfundibles) trabajos desde... siempre, vaya. Pero admito que me va a ser imposible afrontar este artículo desde la neutralidad. PD: este va a ser un artículo largo.


La primera semana de Mayo Campbell anunciaba en su instagram, visiblemente molesto y un poco dictando desde su púlpito; que un usuario random de internet (nonbinaryfinnmertens) había lanzado un post corrigiendo una de las portadas más icónicas del dibujante (la portada del 601 de The Amazing Spiderman). Este admitía que no suele hacerse eco de estas tonterías, pero que este caso concreto se estaba viralizando tanto que amigos y familiares se lo estaban mandando y que, lamentablemente había entrado al trapo. Campbell, aún más ofendido y afectado por la crítica y dedo acusador, redibujó la imagen central re-corrigiendo a Finn Mertens, que mientras se escribe este artículo está en ebay a un precio de 3,300 dólares (al terminar de escribir el artículo ya ronda los 6000). Puja que se destinará a fines benéficos.

Bien... le he estado dando muchas vueltas al temita de marras. Me parece que Campbell ya tiene una posición como artista y una edad como para tomarse mejor estas cosas. Pero como persona que ha pasado por linchamientos y acoso en internet, entiendo que se haya tomado todo este tema tan a pecho y se haya querido coronar tan vigorosamente como rey de la colina. Campbell se ha visto atacado en un tema delicado sobre su trabajo y se ha defendido cerrando fronteras y líneas de conversación de forma tajante.

 Aunque me parece irónico que tache al corrector de mostrar a MJ como "un perrito sumiso y dócil" por cambiar su postura, cuando él es el primero que la ha convertido no sólo en eso, si no en un escaparate de tetas. Cuando lo único que es cierto es que el original no centra únicamente su narrativa en una única diagonal sin interés. Sí, Scott, el tuyo tiene mucho más movimiento y mucho más de todo. Pero no presumiría muy alto de qué destaca tu dibujo y para qué.

Sin embargo, entiendo perfectamente la corrección de Mertens. Uno cuando posa por primera vez sus ojos por una obra de Campbell ve a esta chica infinita, esta chica escultural en torno a la cual Campbell ha construido toda su carrera. Desde que Jim Lee lo lanzase al estrellato durante el nacimiento de IMAGE Cómics, Scott se ha convertido en un referente innegable del sabor del cómic de los 90s, pero al igual que Jim Lee, nunca ha podido terminar de escapar de esas acusaciones de "same face syndrome". Que a mi me parecen totalmente ciertas y no veo ningún problema en ello. Es algo bastante común, tanto en manga, como comic americano, como europeo, como manwa.

 Cuando se desarrolla un estilo TAN icónico e identificable (que tantos otros han tratado de replicar con mucho menos gusto. Sí, te estoy mirando a ti Elias Chatzoudis) es muy fácil acusarlo de retroalimentado. Y, no me malentendáis, en su mayoría es cierto, sobre todo en sus primeros años. Otra cosa es hoy en día, donde se nota mucho más estudiado y con mejor gusto. Así como una necesidad mucho menos pujante de ofrecer todo como sexual (Al contrario que Chatzoudis y tantos otros).

Lo curioso para mi, es que Scott Campbell de lo que más parecía estar molesto era de las acusaciones que le hacía Finn Mertens con esta corrección. Campbell dibuja a Mary Jane en una pose totalmente forzada a destacar su relación pasiva con la figura de Spiderman; mientras este se marcha a combatir el crimen, ella espera en el sofá con una camiseta de Spiderfan, un café y los codos presionando de forma exagerada e innecesaria para destacar (más) el pecho, que convertido en protagonista revela el foco de atención e intención del creador. Su mirada triste hacia Spidey queda en un segundo lugar narrativo ante el despliegue de pechuga más obvio del mundo. Un clásico vaya. Pero no podemos acusar a Campbell de falta de coherencia. 

A día de hoy su estilo de línea y entintado han alcanzado un nivel de calidad y sofisticación difíciles de ignorar. Su línea elegante y distribución de volúmenes mediante las líneas curvas hiper-estilizadas y su uso de los negros en las tintas, se ajustan tanto a hombres como mujeres para ofrecer esta idealización del personaje de cómic. Así, el lector siempre se encontrará con este mundo idílico de gente super guapa al que escapar. Y eso está bien, y darle más importancia empezaría a cobrar perspectiva de censura y de mojigatería. 

Con su corrección, Campbell entona el "admito que cometí errores en mi diseño" pero lo único que deja en claro es lo superior de su trabajo vs el de un "aficionado demasiado idiota para entender mi gran gran nivel de dibujante superior". O lo que es lo mismo: el hecho de haber corregido la corrección te deja como un inseguro y un poco pomposo, Scott, querido.

Lo que sí que tenemos que decir bien alto es que: el estilo de Cambell, tanto ahora como (sobre todo) antes, es un reflejo y resultado de la mirada masculina dentro de la industria del cómic y dentro de la sociedad. Sí, su estilo hiper-estiliza y sexualiza la figura del héroe masculino, pero no derriba los muros del convencionalista retrato donde ellos son héroes y ellas... un producto a consumir. Para mi, Finn tiene razón en lo que dice. MJ en el 601 de TAS va a provocar en mucha gente ese instinto, ese reflejo de sexualidad consumible. Y, sinceramente... esta es una imagen que debería dejar de ser tan habitual. No creo que Campbell sea ni un misógino, ni un machista, pero desde luego se posiciona como figura totalmente pasiva a la hora de renovar la imagen y percepción del cómic como medio.

Tanto aquí, como en cine, los héroes masculinos llevan armaduras, trajes de máscaras, alas misiles... Ellos son retratados con los colores positivos (heredados de cuando los héroes llevaban los pocos colores en los que se podía imprimir que fueran positivos, y los villanos los desagradables al ojo). Las líneas con las que se construyen sus trajes ofrecen un refuerzo positivo de fuerza, tecnología y poder. Los de ellas priorizan retratar esa imagen el cuerpo en forma de reloj de arena. Las líneas sirven para describir los cuerpos y realzar volúmenes que reiteran esa idea de que la mujer es un producto de consumo para el hombre (que, naturalmente es la unidad de medida de todas las cosas). Donde ellos saltan hacia la batalla, ellas sacan pecho y lucen escotes imposibles en trajes de cuero.

Es cierto que esto ya no funciona tan así. Por suerte hoy en día ellas empiezan a llevar las armaduras y a tener historias propias que no usen al hombre como unidad de medida. Pero siguen siendo excepciones alejadas de la norma del mainstream. Hay que estar muy dentro de un medio de entretenimiento para encontrar estos ejemplos que realmente son de refuerzo positivo tanto para ellos como para ellas. En la sociedad en la que vivimos el hombre blanco aún es la unidad de medida universal, tristemente.

Ahora bien. Campbell tiene razón en defender su propia coherencia como dibujante. La estilización y diseño que el da a sus dibujos, no responden a decisiones arbitrarias. Su estilo de dibujo mantiene una relación anatómica totalmente coherente y está diseñado así para lucir más, lucir mejor. Quien hoy en día no admita que su primera interacción con una persona es el físico, miente. Literalmente pasa. te topas con alguien y ves su imagen física. Otra cosa es limitarnos sólo a esa primera interacción inmediata, como imagen total.

En el cómic sucede lo mismo, esa es tu primera relación con la obra. Mi problema en medio de este debate es que les tengo que exigir a los dos, y a todos nosotros, que esta no puede ser la única lectura que hagamos. Ni de una obra, ni de una persona, ni de nada. Los ogros tienen capas y los diseños tienen distintas capas de lectura. Por eso es tan disfrutable el estilo de dibujo de Campbell actual. Ahora que ha abandonado la sexualización onanísta por una sexualización estilizada universal, que trata de alejarse de la educación preconcebida de la mirada masculina que enmarcó a su generación.

Lo que, como autor consagrado, y con ese caché, podría haber meditado más es que ha puesto en el ojo del huracán a Finn y otros tantos que al final hacían lo mismo que él ha hecho en sus redes, pero sin 384.000 seguidores que te respalden. Que sí, que al hacer el primer edit, el usuario se arriesgaba también a una respuesta negativa, pero aquí el adulto responsable y figura pública es quien podía haber sabido manejar mejor su respuesta y no sólo cómo ha lavado la imagen de la historia al final en un muy bien aprovechado y elegante cierre.


Al final de día, Scott Campbell ha sabido ser el ganador de entre las dos partes, y ha terminado usando esta polémica (agrandada por sus propias necesidades de defenderse de lo que se le lleva acusando toda la vida) para un fin honorable, donde el se corona como vencedor absoluto. O al menos esa imagen ha de quedar. Ya que seguir rascando en las obvias inseguridades del autor ofendido, solo revierten en perpetuar una conversación en bucle, de muy pocas capas de profundidad. Sí, su estilo ha sido más obvio y mucho más machirulo de lo que es hoy en día (donde poco o nada queda de eso por voluntad propia del autor). 


Ahora bien, si ya queremos entrar en el debate de por qué seguir perpetuando esta estética como la que más vende y no haber usado su posición y oportunidad para cambiar un poco el ritmo de tendencia... bueno, esa es una historia muy diferente. Una que sería injusta de tratar desde aquí, ya que suprimiría la voz del autor y su historia. Una historia que son las decisiones tomadas para llegar hasta aquí y no más allá. Pero tampoco es justo convertir a un autor con una imagen pública tan presente como JSC en este objeto de reconversión idílica.

Una reconversión que se basa en una versión idealizada y totalmente subjetiva que sólo existe en nuestras cabezas. Unas cabezas que se creen con derecho a cambiar el estilo y forma de pensar de un autor de una forma injustamente unilateral. No es culpa de Campbell en qué momento de la historia nos topemos con qué época de su trabajo, como para reducirlo todo a un comentario: sexualizado. Igual lo que podríamos tratar es de ser menos obvios y darle el peso que realmente tiene. Campbell es un portadista que dibuja estilizado y sexy, sí ¿y qué?

Es decir, ¿no podemos asumir ver a gente sexy en una portada de cómic? Cuando lo que realmente no se aborda es por qué se retrata con la idea de género tan presente, al margen de presentar al lector una versión tan idealizada centrada en lo físico. Ahí habría que decidir como industria si realmente el cómic quiere ser un producto para niños o no (o ser percibido como tal). Si quiere ser para niños, comprendo que quiera mandar mensajes sencillos de forma rápida: colores chillones, héroes de colores y dimensiones extraordinarias, son mensajes que entiendes rápido y de forma sencilla para el fin que se quiere alcanzar.

Si por el contrario, asumiéramos al fin que el cómic tiene una gran base de lectores adultos (por no decir que es su mayoría) ahí si que podríamos echarle en cara qué, cómo y por qué sigue vendiendo sus estereotipos en masa como un big mac y no trata de apostar por renovar más su propia mitología y normas internas que ya damos por naturales y necesarias, cuando nada es fijo e inamovible. Para mi, Scott Campbell no ha quedado como el ganador de nada, encarándose y destruyendo a esta cuenta casi anónima de tumblr. Lo que ha hecho es anunciar que sí que están sexualizados sus dibujos y que podían adecuarse mejor a una mirada más justa con un público que ya no pide a gritos la misma unidad de medida universal. 

Un público que empieza a despuntar por un poco de diversidad y aceptación de otro tipo de imagen idílica dentro del cómic. Y si no buscan nada de esto, desde luego lo que no buscaba nadie era ver a un autor consolidado y luciendo canas, bajar de su trono a humillar públicamente a alguien que le criticó (con razones de peso, por cierto) hace 7 meses en tumblr. Campbell no sólo ha quedado como un presuntuoso para mi en el primer post. Ha quedado como un presuntuoso en los cuatro posts que le ha dedicado a alimentar su círculo del eco personal. Su fijación infantiloide con el tema, deja más que claro que esto no se trata de un debate de arte, ni de sociedad, ni de mirada masculina o unidades de medida absolutistas. Esto se trata de que este es mi ego y no me lo toques, que al parecer es bastante frágil.

Igual sería buen momento para, al igual que tantos otros, dejar que un asistente lleve el instagram. Alguien que no se lo tome todo personal y que no ponga en juego su imagen por una chiquillada, a la cual sólo ha dado voz y razones en un debate que no le favorece. O eso me ha parecido a mi ¿qué opináis vosotros?

PD: Actualización, el dibujito de marras terminó saliendo, tras 57 pujas a 14,700$.

Jorge Tomillo Soto-Jove

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