-El ego de Seth McFarlane-
Hemos
visto cientos de historias filmadas sobre niños. Todos ellos se presentan en
ellas temerosos, inocentes y casi siempre abrazados a un 'Teddy Bear', un osito de peluche cuyo nombre viene de Theodore Roosevelt
(quien impidió -aseguran- la caza de un oso con el propósito de hacerle una
foto promocional, bautizando así a estos juguetes tan representativos), en
busca fervientemente de su compañía y protección. Seguramente el Teddy sea el símbolo universal de la
infancia y la inocencia. Este dato, en
concreto, hace del protagonista un dulce anzuelo que morderemos sin mucha
dificultad.
-mi retrato de Mark W. y Ted (click en la imagen para ver más grande)-
La
historia de Ted también trata de un niño. Nuestro muchacho es introvertido, un
tanto especial y víctima por ello del rechazo de los niños de su barrio. Por
navidad, sus padres deciden regalarle un Teddy
Bear bastante clásico para ofrecerle un amigo con quien jugar. El chiquillo
prácticamente se enamora de su nuevo amigo y pide como deseo poder hablar con
él. A lo largo de la película veremos cómo seguramente la idea no acaba
resultando del todo buena.
Seth
McFarlane -creador y eje central de la serie de TV 'Padre de Familia' (creador a su vez y doblador de los tres
protagonistas: Peter, Brian y Stewie)- debuta en la industria cinematográfica
por entero. En este caso vuelve a demostrar ser bastante posesivo: él escribe
el guión, dirige la película y, en la versión original, él mismo pone la voz al
protagonista recreado completamente por ordenador: Ted (doblado para nosotros
por Santi Millán, 'La habitación de
Fermat' y 'Siete Vidas'). Al
principio tratarán de vendernos la idea de que el centro de la película es el
dueño del osito, John Bennet (Mark Wahlberg, 'The Lovely Bones', 'The
Fighter' e 'Infiltrados'), pero comprendemos
pronto que la acción apenas se va a desarrollar mediante la actuación de Mark. El
carisma de su amigo de peluche es quizás demasiado para el pequeño Johnny, que
no acaba de quitarse ese aire de la película 'Infiltrados' donde hacía el papel de un agente de la ley con rudos
modales.
En toda su interpretación hay un cierto halo de violencia inherente,
que no acaba de quedar del todo justificado.
El peso del carisma de Ted recaerá, a su vez, sobre su compañera
sentimental en el filme, Lori Collins (Mila Kunis, a quién no nos extraña nada
ver en la cinta debido a que es la voz de Meg Griffin en la versión original de
'Padre de Familia'; también la hemos
visto en 'El Cisne Negro' , 'Con derecho a roce' y hace algunos años
más en 'Aquellos maravillosos 70').
La novia de John es el pilar sobre el que recae toda esta comedia desmadrada. En
muchas ocasiones se podría interpretar este personaje como una imagen no
demasiado idílica de lo que es una novia. Lori se muestra siempre como un freno
en la interminable fiesta descontrolada que es la amistad de Ted y John, cuando
realmente la culpa de todas las aventuras y desmadres ocurridos a lo largo de
esta historia es de los dos personajes masculinos.
En
cuanto a estructura, Ted es una película bastante clásica, aún cuando a primera
vista pudiera parecer todo lo contrario. El principio, el nudo y el desenlace
están perfectamente hilados, aunque se le podría achacar que el nudo tarda un
tanto en llegar y que la introducción de los dos protagonistas resulta
excesiva, quitando así valiosos minutos en pantalla a Mila Kunis. Esta
talentosa actriz poco puede hacer en la adversa situación en la que se pone, de
forma continuada, a su personaje. La historia tiene a su vez un villano bien
introducido, Donny (Giovanni Ribisi, 'Avatar'
y 'Salvar al soldado Ryan') que,
junto a su hijo, buscará la forma de acercarse todo lo posible a nuestro amigo
relleno de algodón con siniestras consecuencias. El desenlace es puramente al
estilo Seth McFarlane y no será raro que provoque alguna que otra lágrima.
Antes
de ir a ver esta película, debemos plantearnos cuan negro es nuestro sentido
del humor para aquellos que encuentren algún tipo de perjuicio a nivel personal
o ético en una ristra de bromas de dudoso calado moral. Para quienes las
fiestas plagadas de tacos, borracheras y drogas sean algo molesto o incómodo,
Ted los dejará con un amargo sabor de boca. Es un peluche adorable y sus aventuras
son súper entretenidas pero, a medio camino, desprenderán pestes y chistes
contra todo lo imaginable, sin importar condiciones raciales o temas de
sensibilidad general. Han de ir avisados los padres: un osito de peluche no le
cuelga a esta comedia el cartel de 'Niños
Bienvenidos'; todo lo contrario. Ted es una película cuyo mínimo de edad
para alcanzar a entenderla y disfrutarla son los dieciocho. Siendo este el
valor más bajo de la escala. En cambio, para el público que vea en todo lo
anteriormente mencionado un aliciente y guste de las cosas llevadas hasta
extremos imposibles, habrá entretenimiento en torno a este chiste egocéntrico
de Seth McFarlane.
Un desfile de diálogos con bastante ingenio y algún que otro
punto brillante, se propondrán la máxima de dejarnos sumidos en la afonía de
tanto reír. Esta, sin duda alguna, es la comedia del verano de libro, dejando bastante
lejos los intentos manidos de Adam Sandler. Ted es, en definitiva, una película
que solo puedes odiar o amar. Difícilmente dejará a nadie indiferente.
Nota: 5,5
Jorge Tomillo Soto-Jove
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