-Mi retrato de Ian MacKellen como Gandalf-
La Tierra Media a 48 tramas por
segundo
Han pasado más de diez años del
estreno de 'El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo', probablemente
la saga con los títulos más largos. Por aquel entonces, los que no habíamos
leído el libro quedábamos prendados de la magia y el buen hacer de la obra
recreada por Peter Jackson. La frase "un anillo para gobernarlos a todos"
sellaba la trama de la saga de acción, aventuras y fantasía más importante de
los últimos años. Bilbo Bolsón recibía en su casa al mago Gandalf, con su
sobrino Frodo de por medio. En 'El
Hobbit: Un viaje inesperado' la situación es muy pareja, con la diferencia
de que esta visita de Gandalf se remonta sesenta años en el tiempo y Frodo, por
tanto, no aparece. El mago se presenta en la casa del amable Hobbit de una
forma que no se acaba de explicar muy bien a lo largo de la cinta y que
desmerece un tanto la solidez del personaje interpretado por Sir Ian McKellen -también
conocido por su papel de villano encarnando a Magneto en la saga de los 'X-Men'- pero igualmente consigue
atrapar nuestra atención y justificar el resto de la trama.
Ante el rechazo de su propuesta,
Gandalf marca la puerta de Bilbo y, a lo largo de la noche, una comitiva de
enanos con rimbombantes nombres se va presentando en el humilde hogar de
nuestro amigo, a quien por defecto cometeremos el error de atribuir el
protagónico de la cinta.
Pronto descubriremos que el líder de los enanos,
Thorin, (Richard Armitage; 'Capitán
América: El primer vengador', 'Frozen'
y 'Robin Hood 2006') es quien
realmente lleva las riendas de la historia, según la cual, tiempo atrás, un
dragón que escupe fuego llamado Smaug invadió el reino de su padre, desterrando
así a toda su estirpe a vivir fuera de su hogar. Cuando el tiempo parece
propicio se deciden a recuperar el hogar perdido, a retomar el bastión de
Elebor.
Uno de los principales valores
añadidos que los fans echaban en falta en ESDLA era la falta de magia. Tranquilos,
porque esta vez la hay por doquier. En esta ocasión Gandalf ejerce realmente de
mago. Cabe destacar que los efectos especiales resultan abrumadores. La
iluminación, que convierte decorados de papel cartón en duras rocas y profundas
cavernas o preciosos palacios y bastiones, se suma al logrado trabajo de
transformar a los personajes. Tanto con un vestuario bañado en un sinfín de
detalles, como con unas barbas y pelucas que dan su fruto gracias a verse recreadas
con pelo real y muchas horas de retoques técnicos.
Esta es la primera película,
distribuida a nivel internacional, que se recrea grabada en un formato de visionado
de 48 tramas por segundo. Las películas normales, hasta ahora, se grababan con
24 tramas por segundo (las tramas son esas pequeñas láminas integradas en los
rollos de los filmes). Al multiplicar por dos este formato de grabación, el
resultado se acerca bastante a la forma en que una persona contemplaría la
acción dentro de la propia aventura. Si a esto le sumamos que el formato con el
cual debuta esta cinta es 3D48FPS (3 dimensiones a 48 tramas por segundo), el
resultado es increíble.
Llegamos a apreciar con nitidez detalles muy concretos
y abundantes, reconociendo aún más el trabajo muy logrado con el tratamiento de
la imagen, los escenarios, el vestuario y, sobre todo, las batallas. En 'El Señor de los Anillos', por ejemplo,
hay muchas coreografías de las escenas de acción que el público percibe
difuminadas debido a su excesiva rapidez o complejidad. Pero, en esta ocasión, el
defecto queda suprimido casi por completo. Cuando un Orco trate de degollar a
algún personaje, veremos perfectamente su brazo moverse adelante y atrás, y no
una mera sombra con forma de brazo.
Otro de los aspectos interesantes
es que, en esta película, se añaden muchos detalles que explican situaciones
sin justificar en la saga de 'El señor de
los Anillos' -como la caída de minas Moria, o ciertos asuntos relacionados
con el anillo de poder-. A su vez es de agradecer la presencia de personajes
que aparecían -o aparecerán- en esta saga archiconocida. De esta forma, las
aventuras vividas de aquí en adelante nunca llegan a resultarnos ajenas. Otro
de los puntos candentes es la duración del filme, que llega casi a las tres horas
para la mitad del libro original. Puede que sea una duración excesiva para algo
más de 300 páginas, pero no lo es tanto si consideramos que incorpora partes no
contadas de las escrituras de J.R.R Tolkien. Peter Jackson, que en un principio
rechazó llevar a la gran pantalla 'El
Hobbit' por considerarlo demasiado infantil, se acabó decantando por
hacerlo al descubrir que el propio Tolkien estaba reescribiendo el Hobbit para
parecerse más a 'El Señor de los Anillos'.
En definitiva, 'El Hobbit: Un viaje inesperado', pese
al excesivo precio a pagar por verla como Jackson la ha diseñado y pese a los
seis años de espera para visionarla en nuestros cines, es una obra
absolutamente genial, rozando la perfección. Lo que se puede criticar
negativamente es que, para el espectador poco acostumbrado al cine de verdad,
pasar tres horas frente a la pantalla es complicado. Otro defecto es que, quien
no haya leído los libros tanto de 'El
Hobbit' como de 'El Señor de los
Anillos', no podrá disfrutar de todos los detalles de la trama que enlazan
una saga con la otra Aún siendo pequeños detalles, son sumamente jugosos. Puede
que esta película guste o no, que se dé el visto bueno a sus ampliaciones o no.
Pero lo que no se puede negar es el incalculable talento de este equipo y el
cuantioso valor artístico de cada escena de la trama. El que vaya pensando en
ver 'El señor de los Anillos IV', mejor que se desengañe o se verá
terriblemente decepcionado.
Nota: 9,5
Jorge Tomillo Soto-Jove
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