-Hasta Crepúsculo y más allá.-
Las historias de amor no tienen límites. Da igual la
distancia, la raza o el mundo entero. Mientras uno quiera al otro, no hay que
temer, hasta cierto punto. La llegada de 'La
huésped' o 'the host', asegura
que tenemos de vuelta la moda que muchos daban por muerta y que muchas
lloraban. 'Crepúsculo' de Stephenie
Meyer, fue todo un éxito en librerías y cines. Su calidad cinematográfica dejaba
mucho que desear; mal reparto que no sabe actuar -ni se parece a los personajes
originales-, mal maquillaje, argumentos desordenados e infieles a la historia
original y, sobretodo, unos efectos especiales deleznables.
Teniendo en cuenta
la época tecnológica en la que vivimos, ver efectos especiales dignos de los
años 70, no tiene perdón. En 2008 la autora publicó 'The host', aún sin tener el mismo éxito comercial, se ganó a pulso
una adaptación cinematográfica -dudaremos, si tenemos en cuenta que la cinta la
produce la propia Meyer-, es así como llega a nuestras salas, liderada por el
soliloquio de Saorise Ronan, 'La huésped'.
Arrancamos en nuestros propios orígenes, el espacio exterior.
Una profunda e imponente voz nos relata cómo, a lo largo de los años, el
planeta tierra se ha ido recuperando de todos nuestros errores. La razón de
esta súbita mejora, es nuestra inminente extinción. Colonizados por una especie
alienígena, los humanos han sido invadidos y relegados de sus cuerpos,
sustituidos por la conciencia de 'las almas'. Luminosos seres que introducen en
los cuerpos de la gente, cuya conciencia desaparece y un brillo plateado
asegura que la sustitución ha sido exitosa o suele serlo. La moraleja es
bastante tópica y desgastada; el planeta está mejor sin nosotros. Mejor
extintos que egoístas, gracias Stephenie.
No todo es tragedia en este agónico futuro. Existe, aún, un
grupo indefinido de seres humanos, puros y libres, que aún no han sido
capturados. Melanie (Saorise Ronan
'Expiación; más allá de la pasión', 'The Lovely Bones' y 'Camino a la libertad')forma parte de
esta última horda de humanos libres. Aunque, nada más comenzar, esa situación
cambia. Melanie acaba atravesando una ventana desde varios pisos de altura para
escapar mediante su muerte del acoso de los colonizadores. Para su infortunio,
su fuerza de voluntad sobrevive a la caída y los invasores, con su medicina
híper-avanzada, curan todas sus heridas e injertan en su cuerpo un 'alma'.
Wanderer, es así como se dice llamar la ocupante del cuerpo de Melanie.
Tras adaptarse, tendrá que rendir cuentas ante la buscadora
(Diane Kruger 'Malditos Bastardos',
'Troya' y 'Sin identidad') hurgando
en la memoria de Melanie recuerdos que puedan delatar la ubicación, o cualquier
tipo de plan, de la resistencia humana. Sin embargo, no todo será un camino
fácil para Wanderer; la conciencia de Melanie reaparece de pleno, bloqueando
algunos recuerdos para proteger a sus seres queridos. El viaje de Wanderer nos
va redescubriendo la vida pasada de Melanie , dándose de morros con los
sentimientos de amor de la voz de su cabeza por un chico y por su hermano
pequeño. Es tal la fuerza de estos sentimientos, que la propia Wanderer se ve
abrumada y confusa. Rápidamente los pensamientos de Melanie resultan más y más
convincentes, de modo que surge una pseudo-alianza.
Tras varios traspiés, las
dos compañeras, unidas por un sentimiento fuerte de amor, escapan de la colonia
y tratan de dirigirse a destinos diferentes. El coche en el que trataban de
escapar acaba en una cuneta en el desierto, debido a sus mutuos desacuerdos. El resto de la trama, deja de ser coherente con avidez. Se
unen las casualidades y todo comienza a marchar de una forma tan tópica e
idílica, que resta interés a casi todo lo que sucede. Los villanos, encabezados
por la bella Diane Kruger, nunca llegan a dar una sensación de acoso real.
Ni
siquiera parece que dos bandos estén enfrentados, no hay presión por parte de
ninguno de los dos, en eso que ellos tildan de guerra. Las incongruencias se
suman pesadas, recreando un efecto de bola de nieve; cuantas más cosas se ven
fuera de lugar menor es la atención que el público es capaz de brindarle a tan
poco trabajada narración. Por poner un par de ejemplos; la rebelión a la cual
acaban uniéndose Wanderer y Melanie, vive en pleno desierto en unas inmensas cuevas
de papel cartón. El detalle, no es que se vea a la legua que es un escenario,
el problema, es que, pese a querernos hacer creer que las cuevas son de roca,
en su interior siembran cultivos de trigo. Donde, tranquilamente retozan unas
cuantas gallinas.
El reparto no tiene ningún tipo de presencia. El talento de
Saorise Ronan en 'The Lovely Bones'
está desaparecido completamente y de ahí solo vamos a pero con el resto de
actores, que no se salvan ni con el brillante doblaje. Da la impresión de que
Stephenie Meyer solo se preocupe de que sus creaciones sean llevadas a la gran
pantalla de la forma más comercial posible ¿que los personajes deberían ser
fieles al aspecto del libro? no importa, ponemos un par de chicos guapos y una
chica mona, y listo.
Su único objetivo parece ser, encandilar a las jóvenes
soñadoras para que compren, compren y compren todo lo que ella haga. El
resultado es fatal, la película de dos horas y cuarto, bien se podría haber
resumido en hora y media, al menos así hubiera conservado algo de tensión y
continuidad. Desde bien pronto se hace larga, muchas escenas no vienen al caso
y hay historias que quedan sin justificar o sin continuar. En general, es 'Crepúsculo'
2.0. Los triángulos amorosos inter-especie y las tragedias aderezadas con
tiernos discursos hartan hasta el tedio. La única diferencia es que 'The host' tiene buenos efectos
especiales y 'Crepúsculo' no. Los que
hayan visto la saga ya tienen vista 'La
huésped'.
NOTA: 5,2
Jorge Tomillo Soto-Jove
No hay comentarios:
Publicar un comentario