-Dos peniques, Hanks y Thompson,
ponen algo más que azúcar a este drama disfrazado de comedia.-
El cielo azul, nubes de algodón
que de pura suavidad parecen pintadas, una tenue luz con cierta calidez y
comienza a sonar un dulce y melancólico piano. La triste tonadilla, reversión
de Thomas Newman del clásico de 1964 ‘Chim Chim Cher-ee’ compuesto por los
hermanos Richard y Robert Sherman, habla por sí mismo. La voz de Collin Farrell
tonifica el espíritu pero bien puede pasar desapercibida, son las acertadas
teclas de este piano las que nos hacen recordar tiempos pasados. “Viento del
este y niebla gris, anuncia que viene lo que ha de venir”.
Con esta mágica
misiva, todos los nostálgicos –que tanto disfrutamos con el cuento de Mary
Poppins que, y no es de extrañar, se llevó cinco Óscars, incluyendo mejor
actriz (Julie Andrews), mejor banda sonora y mejor canción, de los trece a la
que fue nominada- estaremos listos para
redescubrir el verdadero sentido entre cortinajes de la bella historia de ‘Mary Poppins’.
Es el 2 de abril de 1961, el
tiempo pasa despacio cual anochecer de verano y malas noticias entran por la
puerta. El representante de Pamela Travers se muestra especialmente afable y
amigable. Una sonrisa lobuna aflora en su rostro. Pamela ya sabe de qué se
trata antes de que lo diga; lleva sabiéndolo semanas, años incluso. La falta de
inspiración continuada mantiene su imaginación atada con varias camisas de
fuerza y la aciaga llamada del dinero golpea con contundencia a su puerta. Los
nudillos le sangran, pero no piensa dejar de golpear.
En este momento, Pamela
reflexiona sobre un llamamiento que ha recibido, y rechazado, durante veinte
años. Walt Disney vuelve a llamar a su puerta -encarnado por un Tom Hanks que
roza la sobreactuación momentos sí, momentos también–. La oferta sigue siendo
la misma de siempre: llevar a la gran pantalla el libro que versa sobre las
aventuras de Mary Poppins y su mundo mágico, repleto de crítica y cientos de
interpretaciones. Para los que solo consideren Mary Poppins como un cuento para
niños, que se lo planteen una vez más. ‘Al
encuentro de Mr. Banks’ se empeñará en mostrarnos que esta historia, que
todos creíamos conocer, no es más que la punta de un gran iceberg.
Incentivada porque, esta vez,
podrá revisar el guion con el equipo creativo y por el duro peso de las deudas,
Pamela Travers acepta dolida viajar desde su amado Londres a la ciudad de Los Ángeles.
El contraste se hace más que palpable. Nada más cruzar las puertas del
aeropuerto y pisar realmente Los Ángeles, el aliento de la ciudad golpea a la
escritora. Londres queda ya muy lejos. El calor y la ciudad de ángeles, la nube
de contaminación que alimenta con avidez cada coche y la sobrepoblación,
invaden el mundo de Pamela. Ella no tendrá reparo alguno en demostrárselo a
Paul Giamatti, que soportará las impertinencias de Emma Thompson ejerciendo de
chofer y confesor –finalmente descubriremos que tiene por nombre Ralph-, siendo
la única persona de los Estados Unidos que parece realmente caerle bien.
A estas alturas ya habremos visto la mágica
aparición de Tom Hanks, encarnando la perfecta pesadilla para Pamela. Ella solo
quería un hotel normal y no una habitación privada de su encanto por el acoso, hasta
el colapso, de merchandising Disney y un hombre trajeado y cubierto de polvo de
hadas en la tele. También habremos echado un vistazo a la verdadera historia
que se cuenta en paralelo en esta cinta: Colin Farrell –que está más acertado
que nunca antes en su carrera- ejerce de padre amantísimo y protector de la
inocencia de sus hijos –especialmente Pamela-. Se trata de una familia que ha
visto tiempos mejores, pero ahora Travers ha sido despedido y no tienen otra alternativa
que dejarse llevar por la ambiciosa ilusión tan imaginativa de su padre, que
solo tratará de hacer que los malos momentos se vuelvan menos malos y conserven
cierto candor.
Al llegar al estudio, en lugar de dejarse
recibir entre halagos y pelotilleo cutre, le deja claro tanto al guionista como
a los propios hermanos Sherman que no va a ser fácil la convivencia entre ambos
mundos. Finalmente, llega el primer encuentro –o encontronazo- entre Walt
Disney y Pamela Travers. Dos poderosas personalidades colindan, casi se puede
sentir la impresión que supone la imponente figura de Walt Disney. Incluso
Pamela se queda por unos segundos prendada de su discurso, tan seguro y tan
abierto, al tiempo que firme y cerrado. Aunque pronto las defensas de Miss
Travers regresan a ella. Disney tiene sus recursos, su labia y su mirada
penetrante, pero ella posee una firme creencia en su defensa de los valores
originales de Mary Poppins y poco o nada se podrá hacer para sacarla de ahí.
La cinta se transforma en una
carrera a dos carriles. Por un lado, está la recreación de la adaptación del libro
de P.L. Travers en una película que no rechinase de dulce al verla, que no
tuviera divertidos, mágicos y muy amigables animalillos de colores –aunque
todos hemos de ceder en algo-. Por otro lado, tenemos la historia que rememora
la niñez de Pamela. Su padre es su héroe impoluto, aquel maravilloso hombre que
preservaba con incansable coraje y pericia la inocencia de sus hijos, para que
así nunca dejasen de soñar. Cuanto peor les iba económicamente, más se
esforzaba Travers en que sus hijos soñasen. De ese modo podría mantenerlos
ajenos a todo lo malo que a su alrededor ocurría, incluido él mismo, que pronto
empezaría a verse consumido por el alcoholismo.
‘Al encuentro de Mr.Banks’ es una continuación de lo que podría ser
una nueva era en la factoría Disney. Entre ‘Frozen:
El reino del hielo’ y esta misma película, Disney suma dos poderosas cintas
que bien se ganarán el presupuesto en ellas invertido. La historia del encontronazo
entre Pamela y Walt Disney se prolongará toda la película, pero la relación irá
mejorando gracias al talento de los hermanos Sherman –principalmente- que, ante
estos dos objetos inamovibles, se vieron obligados a emplear todos sus recursos
artísticos y sociales. La película puede pecar de exceso de edulcorante, todo
es muy Disney, pero está lo bastante cerca de cómo pudo haber sido para
despertar interés.
La banda sonora rescatada y readaptada de la película original no necesita descripción, es perfecta. El contraste se encuentra precisamente entre Emma Thompson y Tom Hanks. Emma le da una lección a Hanks que nunca nadie creyó que necesitase a estas alturas de la historia, pero así es. También se ha de destacar la muy reseñable interpretación de Collin Farrell, que nos fuerza al visionado en Versión Original (VOSE) con su dulce revisión del pasado de P.L. Travers y la relación con su sufridor y abdicado padre. ‘Al encuentro de Mr.Banks’ es un dulce y comercial cuento que demuestra que las buenas historias contienen más realidad de lo que aparentan.
La banda sonora rescatada y readaptada de la película original no necesita descripción, es perfecta. El contraste se encuentra precisamente entre Emma Thompson y Tom Hanks. Emma le da una lección a Hanks que nunca nadie creyó que necesitase a estas alturas de la historia, pero así es. También se ha de destacar la muy reseñable interpretación de Collin Farrell, que nos fuerza al visionado en Versión Original (VOSE) con su dulce revisión del pasado de P.L. Travers y la relación con su sufridor y abdicado padre. ‘Al encuentro de Mr.Banks’ es un dulce y comercial cuento que demuestra que las buenas historias contienen más realidad de lo que aparentan.
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