Divergente


-'Crepúsculo + The Host + Los juegos del hambre = Divergente.'-

Tras mucha expectación entre los más jóvenes y cierta indiferencia para el resto, llega, para cerrar este mes de abril –dominado por superhéroes- el que pretende ser el nuevo referente en el cine para adolescentes, ‘Divergente’. Adaptación del libro homónimo de Veronica Roth, ‘Divergente’ es una historia que nos va a sonar a muchas cosas que hemos visto hace poco –o leído- lo cierto es que, deberíamos dejar a un lado las comparaciones y examinar esta trama únicamente por ser ella misma, pero al final uno se rinde. Los parecidos con películas o con mangas que ya conocemos, son demasiado evidentes y, al hacerse evidentes tan pronto, el filme poco interés despierta nada más comenzar.



Divergente’ tiene como protagonista a Beatrice Prior, quién en uno de sus muchos alardes de rebeldía y autodescubrimiento adolescente –o de golpe de egoísmo e individualismo, cada uno que vea lo que quiera- toma la gran decisión de dejar de vivir según las normas de la casa de sus padres y comenzar a ser ella misma, para ello el primer paso será dejar de ser Beatrice, para llamarse a sí misma Tris. Si bien no es la gran revolución adolescente, para ella sí que es un paso hacia vivir por y para ella misma.



Esta elección es una obligación que se les impone a los jóvenes de esta futurista Chicago, mediante la cual deben presentarse ante el sombrero seleccionador de Howarts y “elegir” el grupo social en el cual deberán querer seguir sus vidas de ese momento en adelante. Las facciones a elegir se nos presentan así –remarco entre paréntesis la virtud sobre la que ese grupo basa su completa existencia-: El primero: La verdad (sinceridad), el segundo: Erudición (inteligencia), el tercero: Cordialidad (Paz), el cuarto: Osadía (Valentía) y el quinto: Abnegación (Generosidad). Remarco elegir, pues bien, es por algo.



 Antes de ir a afrontar esta oda adolescente, las personas de esta sociedad que a todas luces parece mucho peor que la nuestra, cuando debería ser al revés, pasan unas pruebas de virtud dentro de su propia consciencia y, mediante el resultado de la misma deberán saber hacia dónde orientar su camino, sí o sí. He aquí el dilema de Beatrice: se entera de que en sus resultados, ha dado positivo en todo y que eso es lo peor que podía pasar. Dentro de un sistema que te controla hasta tal punto de orientar tu vida hacia una facción u otra ¿qué es alguien que tiene la opción de elegir? Un peligro. Se le dice que mantenga la cabeza gacha, la boca cerrada y siga con su vida hasta, como se espera de ella, elegir continuar en Abnegación.



En Abnegación es donde ella ha pasado toda su vida, gracias a sus padres. Ropa humilde, actitud humilde, formal y sumisa con los demás, incluso mirarse demasiado tiempo en un espejo lo consideran casi una ofensa o un tabú (guiño que siempre iremos viendo a lo largo de la cinta) Este es uno de los puntos que me escama; la historia en sí, tiene puntos muy interesantes que podrían invitar a una reflexión moral, ética en ocasiones.



 De dónde venimos, qué hacemos, qué hace nuestra sociedad con nosotros o por nosotros. Es decir, solamente, con el planteamiento de las castas, las facciones y todo lo que conllevan, ya habría una historia montada si realmente se quisiera montar una historia. En cambio, si lo que se quiere es tener a cientos de adolescentes identificados con la liberación y la superación personal, durante una búsqueda de uno mismo malamente contada, tenemos poco más que palomitas en una caja y dos horas bastante difíciles de pasar.



Como pide la propia naturaleza de la película, Beatrice, en su explosión de juventud y curiosidad por lo que hay más allá de la tradición y unos valores tormentosamente conservadores, elige Osadía. Este humilde espectador quiere suponer que esto no es más que una parodia de la realidad misma, es bien sabido que la juventud es esa época en la que negamos ser nuestros padres, intentando tener un camino propio, para descubrir que somos más de ellos de lo que pensábamos. Y esa es básicamente la elección de Beatrice.



 Si, dentro de un mundo que nos mantiene forzados a un destino preconcebido, tuviéramos la opción de elegir nuestro propio futuro sin que nadie lo elija por nosotros ¿qué haríamos? Al ser una chica tan joven -16 años en el libro, edad que a esta actriz resulta ajena, a pesar de sus 23 años de edad- es normal que elija un futuro en el que no tenga que ir con la cabeza agachada, vestirse con ropa que casi parecen sacos de patatas y casi tener que pedir perdón por existir.



 Si nosotros tuviéramos esa elección ¿qué haríamos? Seguramente muchos, cumplirían con la tradición familiar –una vida segura, sin riesgos- otros elegirían fases menos arriesgadas que Osadía, pero unos cuantos, como Beatrice, intentarían dar el salto de su vida y tomar un rumbo radicalmente opuesto.



Durante el resto de las dos horas y algo más de metraje, ‘Divergente’ pierde del todo su interés al desligarse de este debate moral, que parece pesarle encima y se decanta por la fantasía y la épica barata. Envuelve en la ilusión de un guion de redescubrimiento personal, su verdadero propósito: ser el cine más comercial del año, usando recursos que le otorgaron éxito a otros –Como ‘Harry Potter’, ‘Crepúsculo’, bastante ambientación casi sacada de ‘The Host’ y una moralina floja que se aproxima al mimetismo con ‘Los juegos del hambre’.


-Kate Winslet pasaba por allí-

La trama, al igual que la actuación de Shailene Woodley –a pelirroja que fue Mary Jane en las nuevas películas de Spiderman durante dos minutos, antes de ser despedida y borrado su metraje-  tiene una serie de recursos muy manidos que trata de presentar como joyas de la corona y que nunca llegan a funcionar. Una vez unida Beatrice a su nueva facción se convierte de inmediato en una versión soft de los juegos del hambre. 



Las relaciones de pareja, sufren una correlación muy singular, completamente fuera de proporción. La chispita que va surgiendo entre el Cuarto y Tris, se ve desnivelada, ella es una chica que –más o menos- sabe actuar y que tiene una carrera talentosa por delante, sin embargo, su compañero no despierta el más mínimo interés. Por último destacar la trama de una sociedad burbuja que vive protegida de un grupo de monstruos, habitantes del lado externo de un muro gigante. Nuevamente uno no puede evitar echar la vista atrás en dirección a donde dejó los recuerdos de Ataque a los Titanes/Shingeki No Kyojin o incluso a ‘Pacific Rim’ que basaba su línea final en una trama excesivamente similar a nivel conceptual.



En resumen, si bien la peli no carece de potencial, realmente no es más que una cascara vacía. Sin embargo, al contrario que ‘Cazadores de Sombras: Ciudad de Huesos’ o ‘Crepúsculo’, Divergente’ no falla a la hora de presentarnos su ambientación y su estética, al igual que ‘El juego de Ender’ o ‘The Host’ –que era de lo poco que hacía bien- y al contrario también que Los juegos del hambre’ que va a caballo entre unos efectos especiales de calidad y momentos desastrosos donde casi se ve el croma verde.



 Todas ellas contrarias a ‘La ladrona de libros’ que pese a ser otra adaptación de un fenómeno teen, supo ser fiel a sí misma y erigirse como una historia sólida y digna de ser escuchada, con unos efectos a la par de su guion. Finalmente, quien vaya al cine, si es fan de los libros, acabará escamado igual que siempre y si es un fan más o bien se aburra soberanamente o bien decida leer los libros para poder juzgar por sí mismo. De todas, esta última sería la opción más justa para una película injusta, que cede su historia en pro de su taquilla.

NOTA: 4,1

Jorge Tomillo Soto-Jove


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