The Amazing Spiderman 2: El poder de Electro + retrato Emma Stone | POPCOKEN


-Memorias de nuestros padres y la redención de Hans Zimmer.-


-Mi retrato de Emma Stone- 


Marc Webb dirige la segunda entrega del reinicio de las aventuras del trepamuros para la gran pantalla, en esta entrega redime los fallos que hicieron de la primera parte una historia con mucha falta de ritmo y algo desequilibrada –con personajes que daban por supuestas historias que apenas estaban construidas: como si te saludase de repente una persona dando a entender que os conocéis de toda la vida, algo así- y aporta mucho, pero mucho material al que prestarle atención, llegando a ser este el nuevo problema de esta película que para muchos se hará larga.


-Esta parte va hacia delante...-


Spidey, el cabeza de red, el trepamuros, nuestro amigo y vecino Spiderman; tiene a la chica, se ha graduado en el instituto y es aclamado por la ciudad que trata de defender, aún con las increpantes noticias de mala prensa de J.J. Jameson. A quién nuevamente vende fotos a precio de coste y quién, pese a no ser más que una mención, también deberá soportar esta vez en su contra. El caso es que, nada más comenzar, uno se vuelve a echar las manos a la cabeza, al igual que Peter, que no podrá olvidar la promesa que hizo al padre de su novia. Moralina suave que nos acompañará toda la película.



 Marc Webb ha tomado por costumbre no comenzar las películas de Spiderman con Spiderman. De nuevo tenemos una extraña historia más propia de las pelis de Bond que de la saga del hombre araña. En esta escena en particular, continúa y casi cierra la, irregularmente contada en la primera parte, historia de los padres de Peter Parker.


-Así es cómo se hace, chaval-

Sigue resultando bastante exagerada y grandilocuente, pero que dura tres cuartas partes de lo que duraba, corrigiendo así el mayor error narrativo que desequilibró a su predecesora, es un balón gigante de oxígeno para él respetable. En ‘The Amazing  Spiderman’ estás escenas vacuas y sin nada que aportar a la trama, llegaban a ocupar casi la primera hora de metraje, destrozando así a un público ya poco receptivo de por sí, que echa bastante de menos las películas de Sam Raimi.



Este humilde espectador se alegra de haber dejado atrás a Raimi y a Tobey Maguaire. Aunque me encante ‘Spiderman 2’ la saga de Raimi situaba sus películas para una exigencia mental de entre 0 y 5 años, por lo cual poco más que sacar cuartos era su misión para con los espectadores, que revisándolas años más tarde se pueden dar cuenta de que resultan casi auto-parodias de lo absurdas que llegan a volverse, ellas y sus actuaciones: capitaneadas por un Tobey Maguaire bebido y fuera de sí, que llegó a exigir la media de 50 millones de dólares por mal llorar en cada nueva entrega. Una Kirsten Dunts cuyo parecido con Mary Jane es pura coincidencia y terminando, un James Franco que solo pasaba por allí –en dirección contraria a su ojo, que tenía vida propia-


-Teniendo a Emma Stone ¿quién diablos puede querer a Kirsten Dunts-


Resumiendo, este reinicio fue una bendición. Hasta que uno se ve envuelto nuevamente en tal maraña de errores confusos que es difícil seguir la acción. Si la sigo como mero espectador, su estructura malograda me va a taladrar la cabeza y si la veo como fan de los cómics, me preguntaré de donde ha sacado el ‘Ultimate Spiderman’ ese traje tan raro y por qué se hace llamar ‘Amazing Spiderman’.


-Peeero ¿qué me estás contaaando?-

La respuesta es sencilla: Sony, que tiene los derechos de Spiderman en el cine –y no Marvel-  decidió coger ciertos elementos de la serie de cómics (relativamente nueva) ‘Ultimate Spiderman’, y mezclarla con los de toda la vida de ‘The Amazing Spiderman’ que llegó hace poco, de forma catastrófica (los fans saben de qué hablo) a su número 700. Con esto sabido, el lector podrá comprender la confusión en la que se vio sumido este espectador que creció haciendo suya la filosofía de este superhéroe.



Ahora ha llegado el momento de continuar con el legado. Todo ha mejorado; este Spiderman, más consciente que nunca de sí mismo, se ve poderoso al tiempo que simpático y entrañable. Se vuelve familiar al tiempo que sigue viviendo en esa mascarada de individualismo, que no es más que las puertas a la realidad: Spiderman, nunca sería nada de lo que es sin sus seres queridos que le apoyan y conforman, ha sido bautizado por las cosas que le faltan, pero es el hombre que es por esas personas con las que ha recorrido su camino. Lo malo que tiene el volverse popular y poderoso es que serás el objetivo de muchos villanos y, para el lanza-redes, esa va a ser una lección cara de aprender.



Peter Parker se ve envuelto en este filme por la fuerza de su pasado, su pasado reciente: Max un empleado explotado por Oscorp sufrirá una de las clásicas transformaciones vía accidente científico que hará de Jamie Foxx, el poderoso Electro. Y la fuerza de su pasado lejano: el trabajo incompleto de sus padres será tomado por el último Osborn vivo, su amigo de infancia Harry Osborn; que se verá catapultado, por lo que creía la cura de su enfermedad heredada, hacia su pasaporte para ser el nuevo Duende Verde –aún a años luz de Willem Dafoe-


-Te voy a joder vivo...-

Spiderman deberá ir subiendo con premura en la escala de poder de sus enemigos, que aportarán una serie de batallas y momentos de una épica bien proporcionada, muy adecuados a la magnitud de la historia, para hacerse así dueño y señor de la gran manzana. ¿Cómo impresionas a un público que ya ha visto NYC ser destruida en unas cuantas ocasiones? Pues pones a Hans Zimmer a trabajar en una banda sonora apoteósica y lo combinas con unas escenas de menor calado destructivo, pero de mucha más eficacia e impacto visual. Incluso te permites la licencia de recrear, con una escena de acción, con los propios sonidos de impacto, la canción principal de la banda sonora de la peli.



Los efectos especiales están más justificados que nunca, al contrario que en otras películas que puedan parecer un mero elemento decorativo, como puede ser el caso de ‘Avatar’ o el de ‘Oz un mundo de fantasía’. Además, y al contrario que en la última mencionada, en ‘The Amazing Spiderman 2’ el uso del 3D resulta totalmente correcto y hasta le saca más partido a muchas escenas que en 2D/Digital no consiguen el mismo efecto. Incluso, se permiten la licencia de recrear ciertas escenas como si Spiderman llevase una cámara GoPro encima.



 No son escenas POV propiamente dichas, ya que no están en una primera persona estricta, sin embargo sí que atraviesan el escenario junto al cuerpo del personaje, resaltando al propio héroe y a la película mediante el talentoso tratamiento de la increíble fotografía de una ciudad, que no necesita descripción.


-Justo a tiempo-

Los detalles más curiosos, vienen dados de pequeñas cosas. Uno por poner un ejemplo, es la sintonía del politono del móvil de Peter –que incluso llega silbarle a Paul Giamatti mientras lo derrota, antes de ir a su graduación- que nos devolverá a la viejísima primera serie de animación de los años 70. Otro de los detalles curiosos es el de excelencia: Stan Lee hace su cameo y no nos queda de otra más que sonreír y aplaudirle a este grande. El último que yo destacaré, es que es la primera peli de Spiderman que se rueda íntegramente en Nueva York.


-Tú solo diles: 'Era mi primerito día' y ya-

Uno de los fallos argumentales de la anterior entrega, se basaba en que, en momentos de puro guion, donde se trataba de construir una historia con más drama e intriga que comedia y acción, el peso argumental caía directamente sobre los hombros de Andrew Garfield -de forma casi exclusiva- y pese a que Andrew ha tenido tiempo más que de sobra para ser algo más que ‘ese chico que habla muy rápido’ pero, no conseguía llevarlo como el guion solicitaba, de esa forma se volvía bastante insoportable.


-A ver qué dices tú por ahí de mi novio-

Sin embargo, en esta segunda parte, tenemos a un Andrew Garfield mucho más adaptado al entorno y con una actuación de mucha más madurez en los momentos en los que ha de serlo. Si la trama exige momento divertido, lo tiene, si le exige un momento de drama con ligera moralina y algo de profundidad, el da su mejor esfuerzo.



 Puede que no sea una gran actuación en la historia del cine –no lo es- pero sí que resulta mucho más apropiada para con el argumento del filme, del personaje y del tono cambiante que nos expone Webb.


-¡Iré al cole! ¡IRÉ AL COLE!-

A su vez, otro acierto es el haber dado al personaje de Gwen Stacy mucha más cabida en esta entrega y mucho más tiempo en pantalla. Es cierto que sigue pareciendo que a Emma Stone el rol le va pequeño, pero ella ha conseguido barrer de la faz del imaginario colectivo a Mary Jane y coronarse de pleno como lo que realmente es; el primer gran amor de Peter Parker.



 Su personaje hace una reivindicación clara en pro de las mujeres en el cine y en los cómics: No soy ninguna víctima a la que se deba proteger, no soy débil, elijo dónde quiero estar y lo que quiero hacer y tú has de respetar mi decisión. Puede sonar a pequeña cosa, pero este hecho aislado es un gran avance en una industria –dos industrias- predominantemente masculinas y machistas, que suelen situar a la mujer como ese elemento débil, sin voluntad ni destino, al que se ha de proteger como la delicada flor que es.


-I'm a delicate flower...-

Tenemos ante nosotros un pequeño fragmento de feminismo, por una vez, la mujer está en una posición cercana a la del hombre protagonista, si bien sí que se resalta su figura por su belleza, también se resalta por ser más inteligente que el héroe y por salvarle el pellejo en más de una ocasión. Un punto muy grande para ‘The Amazing Spiderman 2’ por esta pequeña dosis de feminismo heroico.



Se ruega a todo espectador que no haya visto la película se abstenga de leer el siguiente párrafo, uno no se hace responsable de a donde lleve el lector a partir de ahora sus ojos.


Uno que es fan de Spiderman de toda la vida, lamenta que Sam Raimi quemara de mala manera la escena con el Duende Verde en el puente, de esta forma el final de Gwen Stacy no hubiese tenido que ser en una torre de reloj de una central eléctrica, si no que podría haber sido ya completamente idéntica a la de las viñetas. Tendremos que conformarnos por ahora, y no con poco, pues resulta ser de las mejores escenas de toda la película, y una, a nivel artístico muy por encima del género –o pseudo-género- el único fallo que tiene esta escena, es que no deja claro en esta entrega si Peter se verá sumido en la culpa de haber sido él quien fuese el culpable o si solo lamenta que ya no esté. Habrá que esperar.



Una reseña que podría haber dado para mucho más si se hubiera tratado mejor a nivel argumental, es el pequeño debate que las voces en off del mundo mediático tiene con los diversos ciudadanos de NYC sobre si temer o no a los vigilantes y sobre su legalidad o ilegalidad. Si bien, no tiene el calado moral oscuro de ‘Watchmen’ es una escena que tenía mucho potencial y que, bien tratada, podría haber llevado mucho más lejos al filme de Webb.


-¡Qué sea la última vez que te escapas de casa, jovencito!-

La trama se vuelve mucho más interesante en esta ocasión, si bien está igual de enrevesada que en la anterior película, pero resulta mucho más llevadera y entretenida porque cede su ego al carisma propio de Spiderman –y a la química que aporta que tus protagonistas sean pareja en la vida real, sacando a relucir más que nunca lo buenazo que es y lo caro que eso le va a salir siempre. Posdata: Hay escena post-créditos, solo que es publicidad de la nueva entrega de los X-Men. 



Nota: 7,1


Jorge Tomillo Soto-Jove

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