Cómo entrenar a tu dragón 2


-Aventuras Vikingas para minusválidos-

El verano es siempre una época plagada de estrenos jugosos. Muchas productoras se reservan sus títulos para estos meses ,de forma que se les pueda sacar más provecho. De esta forma, muchas películas, como puedan ser las de animación, suelen hacerse un hueco para no tener que competir con otros estrenos de mayor calado.



 Este es el caso de 'Cómo entrenar a tu dragón 2' que, ante la perspectiva de tener que competir con 'El amanecer del planeta de los simios' o 'Los guardianes de la Galaxia' se ha colocado en una semana cuya única competencia podría llegar a ser 'Aviones 2'. Aunque, esta vez Pixar ha de admitir que se ha quedado fuera de juego.



'Cómo entrenar a tu dragón 2' retoma las hazañas de Hipo, ese chico marginado por no tener casi ninguna cualidad Vikinga entre todo un pueblo de Vikingos sumido en las tradiciones. Esta vez Hipo ha crecido y por ende todo lo que hay a su alrededor ha crecido con él. Al terminar su primera aventura, consiguió limar las asperezas entre su pueblo -los habitantes de isla Mema-, se llevó a la chica que nadie se podía llevar -ya que según 'Cómo entrenar a tu dragón 2' las chicas son poco más que un trofeo.



 Idea que aunque nos choque, cuaja con la mentalidad Vikinga. -pero esta idea no tiene la pinta de haber sido introducida con ese propósito- Ha logrado lo que nunca esperó lograr; su padre ha cambiado de parecer con respecto a los dragones.



 Ha dejado de temerlos y sucumbir a un afán destructivo, con la renovada ilusión de vivir en paz con ellos como iguales, tan iguales como un jinete y su caballo. Vale, es cierto, los dragones no suponen un ser en sí mismo, no se les da el mismo derecho de voluntad que a los humanos, se les deja en un estatus de animal con sentimientos. Aunque supongo que tampoco se le puede pedir a esta cinta que ahonde en este tema, como casi no ahonda en ningún otro de los que propone. Solo pasa la cuchara por encima de la miel, igualmente no se echa de menos que lo haga, este es el ritmo narrativo de esta saga.



La sociedad de isla Mema, está compenetrada y reencontrada consigo misma en los albores de una guerra contra sus vecinos dragones -que aquí vienen a ser una deconstrucción del viejo miedo humano a lo desconocido- , ahora que son una sociedad con las miras más claras, Hipo tiene el lugar que siempre soñó, es un chico popular y tiene casi libertad total de acción, junto a su compañero, Desdentado.



 Este chico y su Furia Nocturna, al ser la revolución en sí misma, han obtenido un crédito que les cualifica como los exploradores oficiales de isla Mema. Pero lo cierto es que Hipo nunca hubiera aceptado otra cosa. Es un chico que ha llevado a todos al punto de hacer todo según sus intereses por puro obstinamiento, solo que da la casualidad de que era el camino correcto -o un camino correcto- , esto es lo que hace de hipo un niño en sí mismo y no el héroe hacia el que Dreamworks nos lo quiere convertir con calzador.



Los problemas para isla Mema llegan cuando Hipo averigua qué hay más allá. El logro de Hipo es inmenso, ha conseguido que una sociedad ultraconservadora y con miedo a mirar más allá de la distancia que alcanzan sus brazos, mire más allá. Más allá de sus fronteras y de toda frontera posible. Con los dragones como amigo/aliados, no hay fronteras para estos dos jóvenes.



 Este mensaje de superación, que la primera cinta ya transmitía y que perdura en esta secuela, se debería tener más presente. Hipo perdió una pierna y Desdentado estaba lisiado de su cola, por ello no podía volar y fue su amigo humano quien le construyo una prótesis. En este sistema, Hipo se coloca como piloto para, combinados, otorgar al Furia Nocturna la capacidad de volar -que sin piloto le deja en las mismas, gran trabajo humanitario Hipo ¿Sigue siendo tu amigo o es, más bien, tu esclavo? sonará sacado de contexto pero Desdentado sigue sin poder volar solo aún después de esta secuela-. Al expandir sus miras se encuentran con gente que no tiene en tanta estima a los dragones.



 Estas amigables criaturas están siendo cazadas y esclavizadas -esta vez de verdad- por un ser casi salido del abismo -para que los más pequeños sigan desconfiando de la gente fea, con el pelo largo y que vista de colores oscuros- llamado Drago puño sangriento. Un hombre que cree ser el único maestro de dragones y que por ello, al igual que cree Hipo, tiene algún tipo de derecho sobre ellos. Es como si nosotros aprendiéramos a comunicarnos plenamente con alguna raza animal y por ello creyéramos que son nuestros por derecho.



'Cómo entrenar a tu dragón 2' llega, para bien o para mal, este verano a nuestras salas de cine. Si bien no es una experiencia tan desagradable como la crítica de este amago de escritor/crítico pueda parecer. Es solo que los que esperábamos un poco más de esta saga, no vamos a encontrar recompensa alguna



Si el camino ya era llano y sin sorpresas, ahora es mucho más llano, va cuesta abajo y además está sobrecargado de dosis forzadas de monerío. Es como si juntásemos la apología a la minusvalía de 'La espada mágica en busca de Camelot' con 'Gru 2: Mi villano favorito'.



 La historia estaba ahí pero la necesidad de alimentar el gusto caprichoso de un público fácil de complacer como es el infantil, relega el interés que aún conservamos los algo más creciditos por la animación. Todo esto hace de 'Cómo entrenar a tu dragón 2' una película de éxito para Dreamworks y una más del montón para los demás. Es de esas que o te enamora desesperadamente o no funcionará.


-Esto es animación no 'dibujos'-

NOTA: 5,2

Jorge Tomillo Soto-Jove 





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