Si decido quedarme

-Chloë Moretz sigue sin convencer como actriz principal-

Con unas semanas de diferencia respecto a su estreno en Estados Unidos, al fin ha llegado a nuestro país la adaptación del libro escrito por Gayle Forman, publicado en 2009 como 'If i stay'. Esta historia nos coloca como testigos silentes de la elección de Mia Hall. Mia es una niña prodigada en exceso en este tipo de historias hechas con molde. Trata, nada más y nada menos, de una chica introvertida refugiada en una pasión que convierte en la base de todo lo que hace.



 En este tipo de historias suele aparecer una chica introvertida centrada en la lectura -en algunos casos en el dibujo- completamente apasionada por su afición, cualquiera que sea la que nos pinte el escritor del minuto. El caso es que Mia es una entusiasta de la música clásica, del chelo concretamente. Desde bien pequeña ha sido criada por sus padres como una niña destinada a ser rockera, justo como papi y mami, pero ella se enamora temprano del chelo.



 Tal es su pasión por el instrumento que, a fuerza de practicar hasta la enésima potencia -rozando lo irracional-, termina por convertirse en una virtuosa del chelo -o camino de ello lleva-, hasta que su vida da un giro completo.



 Un día, en un viaje de coche como otro cualquiera, la familia Hall -padre, madre, hijo e hija- se ven traicionados por el precioso clima nevado y la mala conducción de otra persona. Esta serie de catastróficas desdichas retratan una situación que es más habitual de lo que nos gustaría pensar. Mia protagoniza así el momento más bajo en la historia de la familia Hall y su viaje en medio de este caos.



Puede que el "esforzándote lograrás lo que quieras" sea la única lección con un valor moral positivo que transmite 'Si decido quedarme' pues, aunque parte de ellos, pronto derroca los valores familiares en pro de la lágrima fácil. No es que en esta película no importe la familia, es que lo que más importa es el yo, el yo y luego el yo. Está bien, profundiza en la psicología adolescente, pero, aún así, un poco más de valor familiar prodigado por el personaje de Mia no hubiera estado de más.



 La película se centra en que Mia Hall y su familia han tenido un desgraciado accidente de coche en medio de "felizlandia" -situación en la que parecía vivir sumida la familia a la que, hasta este momento, no parecía haberle pasado nada malo- o, al menos, con esa premisa comienza. Nada más despegar, han pasado apenas diez minutos y ya tenemos el accidente en la cara. 



Después la película se dedicará a malversar y confundir la estructura temporal, intercalando flashbacks arbitrariamente. La queja mayoritaria que tiene este servidor que aportar, es que todo se centra en los delirios amorosos de Mia.



'Si decido quedarme' no es una cinta como pudiera ser la descarnada 'The lovely bones'. La diferencia radica en que Susi, al contrario que Mia, además de desvivirse por su amorío perdido y todo lo que le fue arrebatado, no cejaba desde su cielo en cuidar de su familia. Ni siquiera puede compararse con 'Bajo la misma estrella', aunque trate de jugar en la misma liga. 




La diferencia aquí es que ''Bajo la misma estrella' centraba la temática de convivir y padecer la muerte como argumento principal. En cambio, 'Si decido quedarme' usa la muerte y el paso de la muerte por la vida como una mera excusa para justificar las ventas de una historia de amorío adolescente coja. Y está coja precisamente por intentar ser lo que no es. Si se hubiera tratado como una historia de amor adolescente de una forma más concreta y sin tirar de la manta de la lágrima fácil inducida por la muerte, podría llegar a ser algo en sí misma. El problema es que ni siquiera cumple con su propia percepción de sí misma.

-Momento Titanic-


 Los enfermeros no paran de susurrarle al cuerpo comatoso de Mia que es ella quién decide si vive o muere, pero el personaje no llega a hacer esa reflexión. La toca de refilón al final del filme, pero la disipa en el único tema que trata realmente la cinta: su novio y su relación con él. 



A esta chica seguro que le importaba su familia, pero, al menos según la película, no llega a ser un valor de peso como para añadirse a la balanza que le ayude a decidir si quedarse o irse. En cambio si su novio pestañea o se agobia, eso sí que suma puntos en uno de los dos lados de la balanza. "¿Qué voy a hacer yo con mi vida?" Ese sería un título mucho más honesto para esta historia.




Por otro lado, obviando la dirección nula de R.J. Cutler, la banda sonora casi inocua y la fotografía gris e insípida, solo nos queda la sensación de ver a Chloë Moretz perdiendo el tiempo en una película en la que acaba quedando fuera de lugar. No es que lo haga bien o mal, es que no parece estar en su sitio, así como Shailene Woodley estaba perfecta en 'Bajo la misma estrella' o Saoirse Ronan en 'The lovely bones'. Este drama adolescente, acusado por la búsqueda de la lágrima fácil con descaro, palidece en estructura. 



Esto provoca que, por bien o mal que se haga el trabajo actoral, acabe pareciendo un puzzle pegado con cola para encajar a la fuerza. Estructura, guión y reparto no son elementos que trabajen en comunión en esta historia que, de no ser por carismas individuales debidos a la novela -y a algún miembro del reparto-, sería una historia totalmente intrascendente y sosa que nos llevaría a estar toda la película esperando que pasase algo que nunca llega a buen término.



 Solo merece ser vista por la confianza depositada en Chloë Moretz y algún momento de ternura y lucidez argumental. Llegan a trabajan mejor algunos dobladores que sus actores.

NOTA: 4,1

Jorge Tomillo Soto-Jove

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