Sin City: una Dama por la que matar + retrato Jessica Alba


-Casi 10 años es mucho para una secuela.-


-Mi ilustración de Jessica Alba en Sin City, más aquí -


Hace casi diez años se estrenó en todo el mundo Sin City, su estilo visual y su historia de densa narrativa, sustentada en poderosos personajes, pronto se convirtieron en todo un éxito. Escenas como el baile de Jessica Alba o los discursos y poses de Bruce Willis, se convirtieron rápidamente en momentos icónicos para el cine. 



Superhéroes o no, esa no parecía la cuestión, sin embargo, esa poderosa ambientación, que sumía al espectador en un entretenidísimo infierno corrupto por sus propios vicios, firmó un sello de calidad que parecía anunciar una exitosa franquicia. Ese momento nunca llegó. No sabemos si fue que Frank Miller consideró que ya no tenía nada más que ofrecer con Sin City o que, quizás el súper fracaso que supuso 'The Spirit' le hizo replantearse el abusar de esta estética redescubierta. Tristemente, 'The Spirit' debió de haber servido para ver que reflotar la estética de Sin City con actores famosos -casi porque si- y un guión cojo, no era una buena combinación.



Casi una década más tarde las calles de la ciudad del pecado vuelven a las salas de cine, al menos a las de Estados Unidos. 'Sin City: una Dama por la que matar' hace que cualquier fan sienta caerse de la butaca aún estando sentado en ella, por el mero hecho de ver esa ciudad de nuevo. Si los cines pudieran transmitir olor, nos invadiría el aire emponzoñado, saborearíamos la corrupción de esos contrastes de color, negro contra blanco en compañía de algunos otros. Si de algo puede presumir Sin City es de tener una atmósfera bien recreada. La sensación de pesadez llega rápido, pero el público esperará en vano a un personaje con el carisma suficiente como para enderezarlo.



Lo primero que tenemos ante nosotros es una trampa en toda regla. El primer personaje en parecer en escena, traerá de vuelta al espectador los recuerdos de la buena y vieja escuela, Marv se presenta ante el fan como la bestia que es. Mickey Rourke asimila el maquillaje casi tan bien como la primera vez. El cebo está echado y habremos picado.



 Nada mejor para atar al público en esta nueva historia que enseñarle un poco de lo bueno de siempre. La exageración y el gusto por la violencia camuflan un rumbo que ya comienza a desviarse, aunque puede que situarlo tan pronto sea algo derrotista. Vale, Marv, seguimos el viaje. Ahora ya estamos seguros, gracias a las indicaciones de nuestro guía, que estamos en Sin City -y alrededores-



Tras este bien recibido prólogo, nos topamos de frente y sin frenos con una de las sorpresas más agradables de la velada, pero que al tiempo ya nos dará un aviso de que algo se está cociendo aquí, y se está cociendo mal. Joseph Gordon-Levitt entra en escena, desea poner a prueba su suerte y un par de cosas más. Llega a un casino, hace dinero rápido y consigue a una de esas chicas que solo puede existir en Sin City, que aportará un rayo de color a la escena. 



Fiel reflejo de la narrativa general de esta precuela/secuela/intercuela -ni ella misma se aclara a ratos, o tal vez no me aclaré yo-. En ella el hombre va a ser siempre un color gris a un lado de la pantalla, pero llegará una mujer y traerá consigo todos los colores del arcoíris a esta ciudad fundida en negro.



 El problema se hace demasiado evidente. Al poco de comenzar la historia de Gordon-Levitt, le dan un corte, colocan la siguiente historia y a esperar casi al fin de la película para saber qué pasa a continuación. No es que me moleste este estilo de narrativa, es que, de una historia ya de por sí corta, no deberían hacerse dos. 

-FUCK!!!-


  Imaginad que estamos contando hasta diez: uno, dos, tr... el tres se corta y cuando ya vamos por el nueve, de pronto reaparece el 'es' que faltaba. Lo que constituye un problema de estructura importante es que, justo después, llega una historia que dura casi cincuenta minutos dentro de una película que dura noventa.


-Resumen de la peli en una imagen-


Con el relevo dado por Gordon-Levitt, toma la pantalla Josh Brolin, dando vida al personaje que interpretara Clive Owen, Dwight ¿En qué se sustenta este cambio de actor? si recordamos bien, en 'Sin City' Dwight se describía como un hombre capaz de cambiar de cara. Bien traído. En la historia que nos presenta Brolin es donde 'Sin City: Una Dama por la que matar' se la juega a todo o nada, al que no le convenza esta historia no le molestará abandonar la sala y saltarse el resto, pues poco quedará ya por echar. 



  En este núcleo central, grueso y espeso, 'Sin City: Una Dama por la que matar' retrata con fidelidad su nombre. Llega a tal punto el culto a la mujer (a la mujer despampanante, que no a la fea, a esa no la quieren en la ciudad del pecado) que se nos plantea que cualquier hombre podría llegar a matar por una mujer bella. El concepto llega más allá cuando la mujer bella decide tirar de ciertos hilos, pero de entrada eso es todo lo que nos intentará contar esta cinta.



Para todos los que esperábamos muchas cosas más de 'Sin City: Una Dama por la que matar' mejor nos hubiera sido quedarnos en casa, pues regresar al cine para ver a unos personajes que adorabas reconvertidos en la marioneta de las peores artes de lo comercial, es un sentimiento amargo. No es solo que no expanda correctamente los límites de su universo, es que 'Sin City: Una Dama por la que matar' parece querer centrar su trama en ver cuánto aguanta el espectador medio viendo desnudos integrales de Eva Green. 



Si somos capaces de ver más allá de este exhibicionismo gratuito, veremos que la historia no es para nada impactante y que plantea más confusiones argumentales que soluciones. Con esta trama, tan pronto parece que estemos en una precuela como en una secuela, como en una mezcla de ambas. Hasta que no aparece alguna cara conocida como pueda ser la de Rosario Dawson, uno puede llegar a creer que está viendo otra película. Puede que esa peli sea The Spirit 2, pero desde luego, no parece Sin City.

-No, no es Rosario Dawson, es Jessica Alba, si, lo sé-


 Está bien, vale, lo reconozco. La primera Sin City también utilizaba como elemento de entretenimiento la figura de la mujer -que nos parezca bien es lo que nos debería preocupar, pero al cine vamos a dejar de pensar ¿o no?- pero esta es un reportaje casi anatómico de lo bien dotada que está Eva Green, cosa que nadie duda, pero que a un servidor no le ha rellenado los cincuenta minutos de historia, centrados en el despelote de Eva.



En general, 'Sin City: Una Dama por la que matar' ni es la secuela prometida, ni soluciona o responde a los vacíos restantes sobre sus personajes, parece más entretenida en dejar claro lo importante que tiene que ser para cualquier hombre su mujer, que no repara en estar perdiendo el norte escena tras escena. 



Llega a tal punto su incoherencia que alcanza el nivel de auto parodia y no en un buen sentido. Podríamos hacer un vídeo recopilatorio de escenas absurdas dentro de esta corta segunda parte. Al final de este viaje lleno de baches, espero que al resto de espectadores les quede algo más que esta sensación de pesadez y confusión -aliñada con decepción- de la que yo ahora disfruto. Si, por el contrario, le gusta la acción facilona que se presenta como sofisticada y está dispuesto a disfrutar de la elegancia de los hombres y el atractivo de las mujeres, no lo dude, esta es su película.

-Sayonara bayb...ups, no-

NOTA: 6,1

Jorge Tomillo Soto-Jove




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