The Equalizer: El protector + retrato Denzel Washington


-Memorias de mi puta triste y mis balazos.-


-Mi retrato de Denzel Washington, más clickeando aquí -


Hollywood parece un lugar brillante, lleno de colores y oportunidades, pero al final del día no es más que una las vegas del cine, concentrado todo en una misma calle. Es una fulana de día, que de noche hace magia y luces de colores. Desde fuera acaba pareciendo una especie de Disneylandia sexy para adultos, como si un postre dulce y sabroso se vendiera barato en todas las cafeterías del mundo.



 Como todas las cosas buenas, por muy bien que sepa ese postre dulce, una vez probado con asiduidad uno se adapta a su gusto y es casi capaz de intuir qué ingredientes lleva. Todo resulta divertido, es una cosa deliciosa, servida por gente joven y a menudo guapa, pero llega un día en el que puedes ver más allá de sus sonrisas, de sus bronceados, puedes ver más allá de las fresas y la nata.



 Con un gusto ya adquirido y el sonrisómetro ya calibrado, uno se confía y se atreve a lanzarse a la piscina y crearse una opinión sobre ese postre. La idea surge sola ¿y si hoy no sabía igual que ayer? ¿y si aquella camarera me lo ha servido mejor que aquél otro? El problema es que, con un poco de camino recorrido te das cuenta, que tras el mostrador, está la gente mayor. Tras el mostrador está la gente que esta cafetería favorita tuya ha ido apartando según han ido ganando en edad y la luz de los focos ya nos les hacía brillar como a la dirección de la cafetería les gustase.



 Llegó el momento querido cliente asiduo, de hacer algo más que engullir y pagar. Habrás aprendido, al mirar más allá de tu mesa, que puedes apreciar detalles y que no quieres volver a dejarlos pasar por alto. Puede que otro día solo vuelvas a tomar ese postre sin pensar en nada más, pero será un día, no todos. Nunca está de más apreciar las cosas a todos los niveles que uno pueda abarcar. Nunca está de más fijarse un poco más en las cosas.



Tras esta reflexión a la que espero que le podáis sacar varias lecturas, me focalizaré de lleno en la película en cuestión, aunque esta reflexión no está fuera de lugar. Si nos fijamos en una escena en concreto, podremos ubicar en nuestra mente esta reflexión cafetera. Nada más comenzar esta nueva peli de acción, nos damos cuenta de que es algo más que una película de acción. Esta cinta es un homenaje deliberado y sin sutileza hacia Denzel Washington, pero tiene un punto triste.



 En esta historia Denzel Washington es un hombre mayor que acepta que los jóvenes lo llamen abuelo, por que vale, ya no está tan joven. El punto triste llega cuando nos damos cuenta de que es una película diseñada para ensalzar a Denzel por lo asumidamente carismático que nos lo presentan. Tratan de hacer de él lo que solo ha conseguido Bruce Willis y que Liam Neeson se empeña en conseguir; la reivindicación como el hombre con algunos años de más que es perfectamente capaz de ser el héroe de acción. 



Es una lectura de dos caras. La primera nos dice: vale, bien los viejos -léase este término con cautela- aún tienen su hueco en el cine, pero con ella viene la segunda lectura: los viejos tienen un hueco en el cine, pero apartados de las películas importantes. Es como si les dieran una especie de limosna del séptimo arte para que se estén entretenidos y sigan reivindicando lo lejos que han llegado, para acabar derrochando el talento que les llevó hasta ahí en películas, que sin ellos hubieran salido directas en DVD.



El personaje de Washington es un hombre solitario que cumple cada día con su trabajo ayudando tanto como pueda a alguno de sus compañeros. Es un hombre meticuloso y estricto hasta con su propias manías, llega a ser divertido verle ordenar la mesa cuando se sienta a comer en su cafetería favorita.



 Salvando las distancias, esta manía meticulosa recuerda un poco a Jack Nicholson en 'Mejor imposible', quién también conoce a una chica en una cafetería (o restaurante, en las pelis americanas uno nunca termina de aclararse) solo que esta ni es Helen Hunt, ni tiene su misma edad -ni profesión- esta niña está interpretada por Chloë Moretz.



 Para los que aún no se hayan enterado Chloë es esa niña -aún tiene 17 años- que a su temprana edad ya ha trabajado con Marvel y directores como Tim Burton, Martin Scorsese o Marc Webb entre muchos otros. Incluso ha puesto su voz a uno de los personajes del videojuego 'Dishonored', salvo que esta vez, junto a Denzel Washington encarnará un rol que todavía no ha ostentado y que no está a salvo de polémica. En 'The equalizer: El protector' Chloë dará vida a una jovencísima prostituta en la que nuestro héroe no podrá evitar reparar. 



No es que Denzel se enamore de esta chica, como podría dar a entender el subtítulo de esta crítica, no, eso es solo una divertida comparativa. Denzel Washington traba una amistad totalmente arbitraria con esta chica forzada a trabajar de esta manera, hasta que un día, por negarse reiteradamente a cumplir con el trabajo que la mafia le ha otorgado, la chica recibe una brutal paliza. Denzel Washington resucitará así sus viejas habilidades de combate y su heroicismo perdido, arrasando con todo y todos los que molesten a sus amigos.



Uno no puede evitar que le chirríe la idea de una menor de edad encarnando a una prostituta, pero de los 16 años en adelante USA funciona de extrañas maneras. La duda queda ahí y la película sigue. Este filme no es más que otra película palomitera plagada de escenas que no llevan a nada y actores que fingen acentos que no cuadran nada con sus aspectos.



 La acción está asegurada en dosis extrañamente controladas, dentro de esta cinta sin mayor rumbo que el homenajear la carrera de un actor camino del olvido, a menos que llegase otra gran película que lo salvase de esta apática situación.

Nota: 5,2

Jorge Tomillo Soto-Jove

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