-Cuando
la ficción superó al ridículo-
Esta
semana he tenido que ir al cine, al último estreno que todo el mundo quería
ver; ya fuese para criticarlo o adorarlo, todos querían verlo. O esa sensación
tenía yo desde mi butaca lateral en fila cuatro, donde todos los planos
padecían una insidiosa deformación diagonal. Con la sala llena hasta los topes
comenzó, tras una abusiva ronda de anuncios -que rozaba lo interminable- '50 Sombras de Grey'.
Esta adaptación
cinematográfica de Sam Taylor-Johnsson (esposa del protagonista de 'Kick-Ass' y 'Godzilla') tiene sus orígenes en la polémica novela homónima que a
estas alturas todos conocemos. En esta ocasión, para esta versión light,
intencionadamente diseñada de forma comercial, tenemos como protagonistas a
Dakota Johnson y Jamie Dornan.
Anastasia Steele y Christian Grey, Christian
Grey y Anastasia Steele, todo ello aderezado por el extraño cameo de Rita Ora,
con la que bien podríamos jugar a buscar a Wally, si Wally se pusiera una rara
peluca y jugase aún más al despiste.
Lo
que comenzase en su momento como un fanfic de Crepúsculo -y se nota- ha llegado
este mes de febrero a las salas de cine de todo el mundo convirtiéndose en el
segundo mejor estreno del año en EEUU, por detrás de 'El francotirador' (ya sabemos por dónde van los Estadounidenses en
cuanto a prioridades, primero las armas, luego el sexo)
En esta tórrida
historia, donde hilaremos una exageración detrás de otra, tenemos por
protagonista a Anastasia Steele; una joven universitaria que está a punto de
graduarse y que tiene que hacer una entrevista, en favor a una amiga enferma.
El entrevistado es el segundo en la línea de fuego en esta historia, el
industrial y magnate de las empresas, cuyo origen y cargo no será revelado,
Christian Grey.
Este joven multimillonario de imponente mirada y escaso parpadeo,
es una revisión erótica del "mejorismo americano". Es el mejor en
casi todo lo que hace -menos en la dominación, que es considerado un "Amo
Vainilla"- solo que, se le ha diseñado bueno en todo lo que hace, para que
la sensación que le tiene que transmitir a Anastasia en su primer encuentro sea
aún más imponente.
El resultado funciona a la perfección, Jamie Dornan, a quién
el traje no le podía sentar mejor, derrota a la joven y virginal Anastasia a
primera vista. Por si no nos diéramos cuenta de todo esto, Dakota Johnson ya se
encarga de sobre-sobreactuar y forzar cada gesto o pestañeo con tal de que el
público se vea inmerso en sus sensaciones corporales y extracorporales.
-La reina de la evidencia-
Lo
malo es que, al no funcionar la historia, menos aún funciona el forzado contraste
entre los dos actores. Jamie Dornan llega a tener la misma expresividad que un
palo de escoba y Dakota Johnson, desborda emociones en cada respiración que
hace.
De este extremo contraste surge un atractivo no mayor al de una
hamburguesa del McDonnalds; en el papel todo parece increíble y jugoso, pero
después de pagar, te dan una cosa aplastada y desbordada por las expectativas,
que te acabas comiendo igualmente.
La
temática central de esta primera película gira en torno a las "perversiones"
del Señor Grey, fruto de una infancia traumática. Sus gustos sexuales se
centran en la sumisión, la relación entre amo y sierva en su, ya famoso, cuarto
rojo del dolor. Anastasia se enamora de él mucho antes de le que confiese, post
firma de contrato de confidencialidad, sus excesos en la cama. Es aquí donde
este servidor se ofende por primera vez.
Toda persona que justifique sus
comentarios de "machismo", "la figura de la mujer
denigrada" o demás estereotipos, no andan desencaminados, pero no tienen
razón. No es que una relación BDSM sea algo enfermizo -el hecho de justificar
que Grey, adora el bondage por que tiene una infancia traumática, resulta
ofensivo- , machista o que denigre a la mujer, ya que si una pareja está de
acuerdo en cumplir una serie de normas en sus encuentros sexuales, ahí, ni hay
machismo ni hay nada incorrecto o amoral.
Lo incorrecto, lo machista, es el
comportamiento de Christian Grey antes de si quiera insinuarle a Anastasia sus
gustos; él tan pronto le da órdenes directas, como toma decisiones por ella o
se presenta donde le dé la gana imponiendo su criterio, justificándose en
"lo hago porque me importas y me preocupo porque estés a salvo y no te
pongas en peligro".
Muy bien Señor Grey, suprimir la voluntad de tu
pareja, para sustituirla por tus criterios, eso sí que no es nada machista y de
seguro muy sano. El problema se multiplica por cien elevado a la cincuenta
sombras de estupidez, cuando poco a poco, vamos viendo que ella hace lo mismo
que él, solo que mucho más velado y discreto.
Anastasia
Steele, es igual de machista que Christian Grey, ya que ella, aún intentando
descubrir el mundo interno de él, va intentando ajustar las preferencias de
Christian para que se adecuen a las suyas -basadas en un romanticismo clásico y
conservador-
-Esto es lo más cerca que estaremos de ver al Señor Grey, del Señor Grey-
Sumado a que ella no para de contradecir sus decisiones a lo
largo de toda la película. Supongo que de esta forma se pretenda recalcar lo
inexperto de su carácter y su juventud -virginal-, acabando por ser excesivo y
muy molesto, rallando en los límites más insospechados de la estupidez.
'50 Sombras de Grey' es una película
erótica, en la que sólo hay desnudos femeninos -casi integrales- pero no
masculinos, cumpliendo nuevamente el típico rasero comercialoide y nuevamente
machista para los desnudos en el cine. Además de rehuir la categorización de
+18 -o superiores- , escapa también
de un planteamiento arriesgado, centrándose en la devaluación de las relaciones
BDSM mediante la explotación del romance mas tópico e insulso.
Superando a
Crepúsculo en incoherencias, soy aún menos capaz de comprender el tremebundo
éxito de esta saga, que tiene el futuro asegurado en el cine. '50 Sombras de Grey' ha asesinado el
erotismo, si es que alguna vez lo tuvo.
Nota: 2
Jorge Tomillo Soto-Jove
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