-Mucho ruido y muchas nueces, sin pretensiones.-
‘Pitch Perfect 2’ ya ha llegado a
nuestras salas de cine. Es una secuela que se veía venir de lejos, en todos los
sentidos del término y sin que ello suponga algo malo, lo cual no es cosa que
toda secuela pueda decir.
Si sólo nos fijásemos en los pósters, los tráilers y
el argumento del filme, pensaríamos que estamos pagando la entrada de otra
estúpida comedia a la americana, pero, si este servidor lo ha entendido bien,
no podríamos estar más equivocados –y acertados, al tiempo- con respecto a esta
comedia genuinamente americana.
Si
algo se les da bien en los Estados Unidos es hacer autocrítica –tan pronto como
no hacerla, aunque ese es otro tema- y cuando realmente se ponen a ello acaban
saliendo verdaderos momentos memorables. “Como aquel capítulo de Los Simpson en
el que…”, todos hemos dicho eso alguna vez.
Si algo hacían bien Los Simpson
–antes de convertirse en una pasarela de decadencia y obscenidad sin rumbo
definido- era recoger la cotidianeidad, tanto la americana como casi la
universal, y establecer en ella un referente humorístico. Esa es precisamente
la fórmula que tan bien funcionó con ‘Pitch
Perfect’ y que tan bien funciona con su sucesora natural.
‘Pitch Perfect 2’ recoge todos los
tópicos habidos y por haber de la mala comedia americana de instituto y se alza
sobre ella con gracia y devastación en forma de humor negro y sórdido, que tan
bien le va a su tono descarado y fresco.
Lo
interesante de ‘Pitch Perfect 2’ es
que cumple con su ser, es una secuela de una autoparodia de comedia americana
de instituto, aderezada con los tópicos de indecencias como ‘Step up’ y demás innombrables
sucedáneos. Pero, aunque tenga toda esa sugerente mezcla, no se sale de su
propios términos porque, al final del día, tras haber dado un repaso a toda la
cultura basura estadounidense, sigue siendo parte del género, suponiendo un
soplo de aire fresco para el mismo.
No es que intente dejar de ser una típica
comedia americana, al contrario, está encantada de serlo, al igual que lo está
de sacar a relucir todos los clichés y situaciones ilógicas de películas como ‘Nunca me han besado’, ‘Clueless’ (esta merece ser vista, casi
obligatoria; ¿razones?: tópicos, vestuario y, bueno, em, todo), ‘Una conejita en el campus’ y ‘Chicas Malas’. Alguna de estas cintas
deberíamos conocerlas para saber cuándo el cine ha tocado fondo y bien hondo. Pero
‘Pitch Perfect 2’, al ser consciente
de dónde está el fondo del pozo, es capaz de salir airosa con su toque tan
personal y divertido.
Y si
nos ponemos innecesariamente trascendentales, podemos ver que ‘Pitch Perfect’, como saga, es el
testimonio juvenil de que un grupo de chicas, con voluntad y más o menos
talento, pueden llegar a conseguir lo que necesiten con independencia de su
tamaño, como cualquier otra estupidez heteropatriarcal, tan predominante en el
cine en general. Aunque sea un debate que ni va con el tono del filme ni le
pega nada, sí que sienta bien de vez en cuando esta vuelta de tuerca.
Pero,
aunque no venga mal recordarlo, introducir un debate sobre la igualdad no
cuadra con el mensaje que trata de mandar esta película. No, porque su
intención es transmitir una idea sencilla mediante la parodia y la exageración,
no aleccionar al público sobre una idea concreta. ‘Pitch Perfect’ puede que no sea una gran película, que no sea
trascendente y que posiblemente ni sea relevante, pero en sus términos es
sencilla, certera y completamente efectista –sin que esto último suene como
algo malo- porque se limita a cumplir con un precepto básico del cine
comercial: entretener.
Ante todo, si hay algo que se le da bien hacer a las
Bellas es divertir y entretener al espectador. Puede que para algunos resulte
necesario limar asperezas y refinar un poco el descarado y bestial humor de
estas chicas, pero, para los demás, está todo en su sitio si se tiene en cuenta
todo el contexto.
Si
hay algo que debe quedar claro es que ‘Pitch
Perfect 2’ es igual de comercial que su predecesora y, aunque es bueno
recordar que el cine es un arte, también hay que poder divertirse de tanto en
cuanto. Sabida la intención del filme, queda más que claro que su idea ha
funcionado. La película es tremendamente divertida, su éxito se debe
deliberadamente a un reparto bien elegido que funciona como un engranaje bien
engrasado. Lo que no funciona tan bien es el guión del film.
En ciertos
momentos lleva al principal de personajes por caminos confusos o
desaprovechados, que podrían haber servido para una mejor construcción de
personajes que no fuesen los de Anna Kendrick o Rebel Wilson. Pero esta secuela
es efectista por algo. Sabe qué fue lo que más gustó al público en su primera
parte, así que repite y amplia esas bases. Como funciona, no es que sea algo
malo, pero sí un factor a tener en cuenta si hubiera más secuelas.
Nadie quiere
que Amy la gorda se convierta en un Minion forzado, sacado de contexto y
necesitado de atención constante rumbo a la sobreexplotación. También el propio
filme cae con su guión en determinados momentos de la trama, donde no es capaz
de seguir su propio ritmo y tira de freno de mano descaradamente, anestesiando
al público con dramas ralentizantes. Supongo que esta sea la forma que han
encontrado para que la película no se quede en un videoclip de hora y media.
‘Pitch Perfect 2’ es consecuente con su
título en español, pero no con el mensaje que transmite. Según se ve, parece
que vas a pagar una entrada que no lo vale y al salir del cine, refrescados, nos
veremos sonrientes y, probablemente, secándonos las lágrimas de la risa. No es
una gran película ni pretende serlo, simplemente es un muy agradable
entretenimiento.
Nota: 7,2
Jorge Tomillo Soto-Jove
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