El fin del cine de Superhéroes (opinión) | POPCOKEN


-Todo llega/rá a su fin.-

Aunque en el siglo pasado ya hubiera ciertas incursiones directas desde la viñeta a la industria del cine,  -con acercamientos tan claros como “Blade”- no fue hasta el año 2002 cuando el superhéroe aterrizase de lleno en la gran pantalla. Las redes de Spiderman abrieron un nuevo camino, un puente entre industrias y la acogida entre el público era poderosa y ferviente.



 Por otra parte esa primera fase del cine del superhéroe, - ya con la televisión atrás-  fue un tiempo incierto de ensayo y error donde la veracidad con la historia trasladada a la pantalla resultaba secundaria. Casi parecía, que el mero hecho de tener a los héroes conocidos por todos, en acción real, era un aliciente que lo justificaba todo; o la forma bonita de decir que el verde es el color favorito del cine.



Tras numerosos intentos imperfectos de la casa de las ideas para hacerse con el séptimo arte, Incluso Superman –de mano de DC-  fracasaba de pleno en la gran pantalla. Ya no era suficiente con presupuestos exagerados para asegurar el éxito del cine de superhéroes. En cambio, con un proyecto que comenzó discretamente en 2005, una saga de películas que hasta el propio Christian Bale afirmaba haberse embarcado accidentalmente,  –pues en principio contaba con un presupuesto menor y, una vez Bale dentro, la cosa fue creciendo, atrapándolo en medio- en el año 2008 rompió todas las barreras posibles entre superhéroes y cine.



 ‘Batman El caballero Oscuro’ llegó hasta a apuntarse un Óscar y es, a día de hoy, considerada una de las mejores películas del cine de acción moderno y, desde luego, el estandarte del cine de superhéroes (que, por alguna razón, decidió olvidarse de ‘Watchmen’). Pero el único problema con el Batman de Christopher Nolan era la negativa del director a una franquicia en torno a su creación, por lo que, este estandarte estrella, es sólo una excepción al margen del concepto tratado hoy.



Después del amanecer y durante el anochecer del Batman Nolanesco, Marvel construyó también una idea nueva, un proyecto hecho con cuidado y detalle. En 2008 ‘Iron Man’ llegó a las salas de cine, parecía otra película más de héroes al uso, hasta que a alguien se le ocurrió esperar hasta que acabasen los créditos.



 Ahí forjó Marvel una jugada, tanto comercial como narrativa, que cohesionaba de forma perfecta sus futuros lanzamientos. Traía así a la pantalla algo que antes sólo existía en las viñetas: la continuidad narrativa. Si hay algún elemento característico de las historias de superhéroes, es lo poco afincados que están sus personajes, saltando así de una colección a otra y manteniendo una coherencia narrativa estable.



 Aún todo parecían luces de colores y optimismo en el horizonte, hasta que llegaron Los Vengadores al cine, e incluso un tiempo después, todo iba bien. El problema llega con los propios Vengadores. Marvel ha destapado su jugada maestra y es todo un éxito que ha pillado a todos sus rivales con la guardia muy baja. 



A DC tratando de recuperar a Nolan, a Sony reiniciando a Spiderman y a la Fox tratando de sobrevivir a sus propias carencias con La Patrulla X, mientras olvidaban a los demás. Lo que el fenómeno Vengadores generó, hizo que el tecnicismo “cine de superhéroes” fuese una realidad de pleno, esta vez  sin la ayuda de Batman.



 Simplemente se trataba de un proyecto bien planteado y mejor ejecutado, cuyas películas individuales sí que tenían mucha influencia comiquera. Los años de ensayo y error parecían olvidados y el hecho de que Disney comprase Marvel, posiblemente fuese lo mejor que le ha podido pasar.



Pero aquí llega el pero. Que Los Vengadores rompieran la taquilla y que sus cifras de merchandising hayan reflotado a Marvel a nivel económico, sumado a que su tono y humor le hayan traído a una segunda edad dorada, sólo podía provocar que los demás tratasen de imitarlo. El problema aquí, es que ninguno de los otros estudios rivales de la casa de las ideas se ha molestado en diseñar un plan de acción coherente, lento y bien desarrollado.



 Según han visto lo que Marvel ha estado haciendo en sus narices, han decidido hacer lo mismo, pero lo más rápido posible y que licencias individuales de personajes de calado bajo, ahora parezcan viables.  Por una parte Fox, parece haber dado con la tecla del reinicio perfecto para sus X-Men, mientras que Sony ha empantanado a Spiderman voluntariamente, teniendo que ceder sus derechos a Marvel para películas conjuntas, pero también están planeando explotar franquicias que, o bien ya no se podían explotar o bien nadie pidió que se hicieran.




¿Qué le espera ahora al mundo cinemático del superhéroe? A todas luces películas que quieren ser como el Batman de Nolan al tiempo que tienen la tirada comercial de Los Vengadores. Todo ello resultando en confusas películas pseudo-profundas que destrozan referencias válidas en el marco de la viñeta. Marvel parece algo perdida en los límites de su plan original, como si nunca hubieran esperado llegar tan lejos y no supieran seguir balanceando su escala comic/película.



 Por lo demás Fox, Sony y otras empresas menores (en este contexto) sólo reparten palos de ciego esperando que suene la campana algún día o quizás, alcanzar el final de una garganta aparentemente insaciable. Estos estudios de seguro están dispuestos a averiguarlo, explote la burbuja o no. El elemento que desnivele la balanza será la entrada en el juego “quiero ser como Los Vengadores” por parte de DC, que, algo desesperada, quiere reconquistar a su público con películas propias de cinco o diez años atrás.



 En cambio, si la jugada saliera bien, el cine de superhéroes podría contradecir a Steven Spielberg y dar la razón a Chris Evans, renovándose así hacia nuevas fronteras. En cualquier caso, será bien recibida ante la falta casi total de originalidad, de una industria sumida en el remake o la adaptación de bestsellers juveniles, como mayor y más original apuesta.


Jorge Tomillo Soto-Jove

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