-Strike dos-
Si
algo está ahora de moda, además de los superhéroes y lo remakes, son las series
de televisión. Esas series con presupuesto y grandes guiones que hacen pensar
que el cine ya no se hace en la gran pantalla, si no en la pequeña. Si duda, todo es cierto, la televisión está
–estaba- viviendo su mejor momento, el cine se estaba haciendo en la
televisión. Aunque suene como una idea disparatada, es más cierta de lo que nos
gustaría aceptar.
Con un presupuesto menor que el del cine, se podían lograr
cosas mucho mejores ya que se dispone del tiempo en pantalla para desarrollar
una historia a muchos más niveles de complejidad. Si a ese factor se le añaden
actuaciones decentes y un poco de mimo hacia la fotografía ¡BANG! Mas con la
última entrega de los Emmy’s, esta etapa llega a su cierre. Esa etapa que
comenzara ‘Los Soprano’, ha visto su
final con la condecoración de John Ham. Si ‘Mad
Men’ ha terminado, significa que ya no queda ninguna de las grandes series
en antena.
Pero
un día, uno se topa con una serie como ‘Mr.
Robot’, donde todo parece fresco y nuevo, donde cada idea parece arraigada
a conciencia y tan bien desarrollada como la elocuencia de sus diálogos, y se
sorprende. ‘Mr. Robot’ nos sitúa como
un personaje más dentro de la mente del protagonista, Elliot. Se trata de un
chico casi marginal, con manías y grandes problemas para sociabilizar que acude
con frecuencia a una psicólogo a la que miente.
Entre esta y otras cosas,
Elliot construye así su imagen de “uno más en la fila”, de “todo va bien, sólo
soy raro”, pero en este personaje marginal, hay mucho más. Hay que decir, que,
aunque en momentos haga un trabajo más que decente, el personaje de Elliot le
va perfectamente a Rami Malek. Dada su configuración facial y su aparente
carencia de expresividad, el interpretar a una persona cercana al límite social
es una buena combinación.
Nuestro
protagonista, vive en un mundo que trata de parecerse al nuestro. Para ello
construyen una serie de referencias pop muy bien intercaladas en los primeros
episodios, para así crear una sensación de cercanía con el espectador, y ya con
ese puente tendido, establecer su mensaje directo en la raíz. El problema, es
que ese puente, tras pasar un par de veces el mensaje, va a quedar desierto y
totalmente desaprovechado. Todo en este mundo está dirigido por una corporación
llamada Evil Corp (Corporación malvada), que hace total y completo honor a su
nombre.
Si la gente supiera que todo lo dirige una corporación malvada, que se
llama abiertamente así ¿harían algo? Esa es una de las dudas que los primeros
capítulos (3 primeros) de ‘Mr. Robot’
nos traerá a la cabeza. Casi parece que le haya salido un primo comercial a ‘Black Mirror’, hasta que nos damos
cuenta de que no. ‘Mr. Robot’, al llegar el cuarto capítulo –ni llega a la mitad de
forma estable-, no sólo nos coloca un sucio capítulo de descarado relleno, si
no que tiene la osadía de querer mal disfrazarlo de una especie de simbolismo
catatónico yonqui. Pero este episodio no sólo es relleno que espacia,
innecesariamente, el trepidante ritmo que la serie arrastraba, si no que define
los siguientes episodios. De ahora en adelante, los personajes pasarán por
increíbles giros argumentales que redefinirán todo en torno a ellos y dentro de
sí mismos.
Todos estos giros son más bien volantazos, como si no sabiendo cómo
solucionar lo planteado en los primeros capítulos, hubieran tratado de recurrir
a la técnica de la sorpresa hacia el público, para así finiquitar las líneas
principales. No sólo desintegran toda la buena construcción de sus personajes y
la semi ruptura de la cuarta pared que establece Elliot con el espectador (que
pasa a un tercer y cuarto plano inservibles) si no que, además tratan de
colarlo con generosas dosis de falsa sofisticación, abusando de conceptos
técnicos informáticos para establecer esta imagen.
Es lo mismo que pasaría con
series como ‘Anatomía de Grey’, pero
–en este caso- con la medicina; No por hablar mucho y muy rápido de algo
complejo, se vuelve una serie sofisticada. Confundir al público no debería ser
lo mismo que ganárselo. Resulta irónico, establecer una imagen de falsa
complejidad y calidad, cuando de lo primero que ha hecho la serie es
vilipendiar la imagen de Steve Jobs en su favor (eso sí, con datos
–tristemente- totalmente ciertos).
A
nivel narrativo ‘Mr. Robot’, es un
completo desastre, convirtiéndose así en una de las series peor escritas del
año. Tan pronto establece una premisa narrativa como toma caminos con extrañas
y confusas convergencias, para llegar tarde a lugares que podría haber llegado
antes. Cuando llega a ciertos puntos de su propuesta, lo hace dejándose datos
sin explicar por el camino.
Todo punto de interés conspiranoico planteado al
comienzo de su temporada se verá dilapidado por topicazos e historias
convertidas en subtramas que luego quedan prácticamente abandonadas. Incluso
llegan a recurrir a tópicos sexuales que consigan retener a un público
confundido por tanta subtrama y pantallas de ordenador mal explicadas.
‘Mr. Robot’ es el hijo genuino de una
nueva época de cine televisivo, donde prima la forma y no el contenido, donde
mantener una coherencia narrativa queda en un segundo lugar. Mientras podamos
contentar a unos espectadores que no se dan cuenta de que están viendo un remix
descarado de ‘V de Vendetta’ y ‘El club de la lucha’, todo lo demás
habrá valido la pena. De una serie así, con estos vacíos argumentales y
personajes que cambian para arreglar líneas argumentales complejas para el
guionista, sólo cabe esperar una segunda temporada con efecto bola de nieve.
Crecer sobre huecos y piezas encajadas a la fuerza, sólo puede deparar más de
lo mismo en mayores dimensiones o un cambio total de percepción. De cualquier
forma, sea como sea su futuro ‘Mr. Robot’
es, sin lugar a dudas, la segunda mayor decepción de la temporada, después
claro, de ‘True Detective’.
NOTA: 4,2
Jorge Tomillo Soto-Jove
No hay comentarios:
Publicar un comentario