Marte (The Martian) | POPCOKEN


-Capitán Iron Man-



El 16 de octubre ‘Marte (The Martian)’ se estrena en nuestro país, pero por ahora habrá que esperar y analizar. La película de Ridley Scott está basada en la novela de 2012, The Martian, escrita por Andy Weir. En ella se nos contará –con un presupuesto aproximado de 108 millones de dólares- la historia (ficción total, que nadie se confunda) del astronauta Mark Watney, cuyo nombre se dice casi tanto como “nigga” en ‘Django Desencadenado’. Watney, interpretado por Matt Damon, irá a Marte con su tripulación bajo las órdenes de Jessica Chastain.



 En principio, su labor era de búsqueda e investigación, algo bastante normal y consecuente con la situación futura sobre Marte. Durante unos cinco minutos de metraje todo son risas, alguna que otra puya y diversión elocuente, hasta que una tormenta que por alguna razón nadie vio venir, se abalanza sobre el grupo de astronautas.



 Cuando están regresando a su nave, la tormenta se coloca sobre ellos en todo su esplendor y Watney es alcanzado por una de las antenas que ha sido arrancada por la fuerza del temporal. Los astronautas miran atónitos a sus espaldas, comprueban sus sensores de proximidad y señales de radio. Nada, Watney ha desaparecido en la tormenta. Chastain toma la decisión de marcharse.



Aquí, pasados unos seis minutos de las casi dos horas y media del filme, ya hemos llegado a su núcleo narrativo: un astronauta ha desaparecido en Marte y se le ha dado por muerto, pero descubriremos que por una serie de circunstancias ha logrado sobrevivir. Después de ‘Salvar al soldado Ryan’ e ‘Interstellar’, Hollywood ha de rescatar nuevamente a Matt Damon.



El género de supervivencia que se pusiera tan de moda en 2011 sigue más vivo que nunca y ‘Marte (The Martian)’ no es más que eso, una oda a la supervivencia. Watney tiene la suerte, buena o mala, de haber sobrevivido a la tormenta que lo ha separado de sus compañeros, pero ahora debe enfrentarse a la idea de sobrevivir. Sobrevivir o morir porque, como mínimo –si él no hiciera nada al respecto-, le esperan cuatro años hasta que pudieran llegar a rescatarle esas personas que no saben –aún- que sigue vivo. Un panorama alentador.



 Con esta primera sentencia de muerte llega lo mejor y lo peor del filme. Matt Damon sabe que, o traza algún plan para conseguir comida y agua, o morirá en el planeta rojo. Pues bien, ante esa perspectiva, este personaje no responde como se esperaría: con cierto dramatismo. No; él se lo toma con una sonrisa, buen humor y mucha música, como alguien a quien su coche le ha dado un pinchazo a tres kilómetros de casa. Watney raciona sus alimentos, graba diarios en vídeo de sus actividades y decide recrear una plantación dentro de un espacio que él mismo podrá preparar para la vida.



De aquí hasta la mitad del filme, ‘Marte (The Martian)’ se convierte en un Bricomanía mezclado con Barrio Sésamo. Matt Damon hará ante la cámara videotutoriales de cómo crear tu propia plantación de patatas en Marte sin morir en el intento y cómo, casualmente, de toda la tripulación era el que justo estaba preparado para esa función, pues le resulta divertido y tremendamente entretenido. 



¿Que tengo todas las posibilidades de morir en un planeta en el que estoy absolutamente solo? Bailemos un rato mientras me tomo un café. Esa dinámica del filme es lo que lo convertirá seguramente en un éxito, pero si queríamos ver una peli del espacio, mejor volver a ver ‘Interstellar’.



Por otra parte, sí que hay que reconocerle a ‘Marte (The Martian)’ su factura. En general, el resultado que uno ve es que se trata de una película muy inteligente, muy bien planteada y, además, de una forma que para la gran mayoría de espectadores va a resultar muy creíble –menos en algunos detalles que chirrían-, cuando es casi todo apariencia y realmente hay poco de ese gran intelecto.



 Favorece a este clima de inteligencia, a ese tono tecnológico, el  hecho de que el filme pronto se divide en tres frentes comunes: El primero, evidentemente, el de Watney, que tratará de sobrevivir y establecer comunicación con la segunda vertiente narrativa.



 La NASA en sí es una línea argumental completa, donde encontraremos a todo tipo de actores (desde Jeff Daniels hasta Sean Bean, pasando por Mackenzie Davis) que darán vida al personal que se rebanará el cerebro pensando cómo traer a su hombre perdido de vuelta a casa sin quedar como unos negligentes totales. Por último, la vertiente final es el resto del equipo de Watney, que no tomarán lugar como vertiente en sí hasta pasada –y más- la primera mitad del filme.



‘Marte (The Martian)’ no es ‘Interstellar’, pero ya la ha superado en taquilla pese a ser una película de peor calidad. ¿Por qué? Sencillo; esa es la palabra que define todo el clima de la película. Tiene un gran trasfondo científico, pero su tono relajado y su buen humor ilógicamente constante hacen que, de alguna forma, se establezca un equilibrio funcional. Así, toda la película se puede seguir en una dirección mucho menos ambiciosa, más predecible y más sencilla que ‘Interstellar’. Da igual lo bueno que sea tu mensaje si compite con otro que, aun siendo peor en contenido, resulta más comprensible para el público y más fácil de asimilar.



‘Marte (The Martian)’ es, en definitiva, una de las primeras buenas películas de este año –a excepción de casos contados como ‘Mad Max: Furia en la carretera’, y poco más- y la confirmación, por tercer año consecutivo, de que las pelis del espacio son una apuesta segura. Pero su increíble predecibilidad y su falta de calado argumental harán que, pese a salir con buen sabor de boca del cine, seguramente hubiéramos querido más. 



Uno no puede evitar sentir que Ridley Scott, pese a hilar bien las referencias pop –y marcarse un deus ex machina con China- ha hecho un trabajo demasiado sencillo –y algo bobo- en forma y contenido para lo que pudiera haber sido.


Nota, 7,9

Jorge Tomillo Soto-Jove

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