-Los límites de los superhéroes-
Para
este otoño, CBS propone una nueva oferta dentro del gran abanico de historias
superheroicas. Esta vez, la historia elegida para sumarse a la imparable
explotación de una mina finita es la de la kryptoniana Kara Zor-El, más
conocida como Supergirl. En los cómics Kara es la tercera Supergirl –o la
quinta, dependiendo de en qué planeta y en qué universo alternativo
establezcamos sus orígenes-, pero parece un acierto haberla acogido debido a la
complejidad de justificar la ausencia de sus predecesoras y sucesoras.
En la producción de CBS, Kara es la segunda
superviviente tras la destrucción de Krypton. Sus padres la envían a la edad de
trece años tras su primo recién nacido, con la misión clara de cuidarlo y
protegerlo. Como viene a ser costumbre en el contexto del superhéroe, –y para
justificar la ausencia total de este personaje en los primeros años de Superman
(21 años de cómics de diferencia)- la nave de Kara pierde su rumbo debido a la
onda expansiva causada por la explosión de su planeta.
De esta forma, su nave
queda suspendida en la llamada zona fantasma, donde el tiempo no avanza, hasta
que más de una década después consigue –de alguna forma- salir de allí y –de
alguna forma, de nuevo- acabar en la Tierra.
En
este corto prólogo, donde el propio Superman hace acto de presencia para
introducirnos a su prima, nos quedará clara una historia que llevamos mucho
tiempo sabiendo, con el añadido de detalles extra contados y que no tratará de
extenderse sobre todo el episodio. Este acierto va como punto a favor para ‘Supergirl’.
Al contrario que CBS, Zack
Snyder y David Goyer se equivocaron tratando de alargar con minutos de relleno
–y sin ahondar- una historia que ya todo el mundo conocía y, además, sin
aportar nada nuevo –si no contamos las innumerables e innecesarias referencias
fálicas-. ‘Supergirl’ cuenta con un
prólogo igual de extravagante y fantástico que el propio Superman, pero al
menos tiene la decencia de ser rápida y concisa a la hora de contarlo; así podemos
centrarnos con premura en la verdadera historia que tratarán de narrar en este
episodio piloto.
Supergirl
es una respuesta casi feminista al propio Superman. Digo casi porque Supergirl
es una kryptoniana, sí, pero sus poderes, aún siendo los mismos que los de su
primo, son de una habilidad ligeramente inferior. Esto nos llevará a pensar
rápidamente en uno de los tópicos que esta serie trata de quitarse de encima:
¿Supergirl es considerada de menos por el hecho de ser mujer? La serie pronto
tratará de desligar el planteamiento de mujer = debilidad, lo cual es otro
conveniente punto a favor.
Al igual que la línea narrativa, la propia Supergirl
será un giro de optimismo y frescura dentro de tanta “narrativa oscura” (tendencia
actual superheroica, que no es más que una barata imitación del planteamiento
que aplicara Christopher Nolan para Batman y que muchos atribuyen erróneamente
a Tim Burton).
Su actitud y presencia nos harán sentir constantemente ese
candor propio del personaje. El mérito puede que esté en su guión, pero un
servidor se decanta más por la creencia de que es un acierto de reparto.
Melissa Benoist (a quien ya vimos en ‘Whiplash’,
‘Glee’, ‘El viaje más largo’ y otro par más de series de éxito en USA),
aunque no sea tan rubia como el personaje real y lleve unas oscuras medias
-justificadas para no caer en planos incómodos- que disgustarán al público
masculino, sí que parece Supergirl. Aunque no tenga el físico y apariencia de
los cómics –cosa que dudo que sea fácil de encontrar- sí que mantiene la
esencia con su forma de gestualizar y su actitud positiva que harán las
delicias del público.
Además
de Melissa Benoist, continuas referencias a Superman, ciertos propósitos
sólidos de feminismo y una Calista Flockhart consolidando el reparto con su
acertada jefa odiosa, nos proporcionan razones para creer en ‘Supergirl’ como una serie que puede
alcanzar la popularidad de ‘The Flash’
con facilidad; pero aquí llegan los problemas. ‘Supergirl’ era –aún es- una serie que partía como buena idea, pero
le ha faltado suerte, confianza y hueco en un mercado saturado donde poco lugar
queda para producciones incompletas.
Suerte, sobre todo si tenemos en cuenta
los rumores de que a los directivos de la cadena poco o nada les gustó el
piloto y a eso sumamos que, meses antes, ya se había filtrado a internet, lo
que no parece nada bueno para nuestra súper chica. Datos como estos sólo
podrían remontarse a base de calidad pura y dura, pero aquí no existe. En un
mercado en el que sólo sobreviven producciones notables –cercanas a un 7 o en
el 7 como nota- no hay lugar para obras casi de ensayo y error carentes de
confianza y sin una línea narrativa clara.
De todo eso adolece ‘Supergirl’; y de más cosas, pues además
de querer mezclar su candor con seriedad sin llegar a funcionar bien, tiene una
falta total de efectos especiales. Más bien no es una falta total; los efectos
están ahí, el problema es que son pésimos.
Viendo el episodio piloto –ya estrenado
en Tv- parece que estuviéramos ante la versión filtrada e inacabada del propio
capítulo: se notan los cables aún sin llegar a verse, las escenas de poderes
están mal acabadas y convenientemente borrosas y los momentos de combate no
tienen carisma ninguno, terminando por resultar completamente genéricos.
A
fin de cuentas, ‘Supergirl’ es la
muestra de que este mercado en concreto está sobreexplotado. Por ello, tratar
de encajar una pieza inacabada dentro de este gran puzzle no se antoja como una
buena idea y ya rondan rumores de cancelación en torno a ella. Aún hay varios
episodios programados para la Tv –tres de trece-, así que sólo nos quedará
esperar a ver si la prima pequeña de Superman es capaz de lograr que se la deje
de considerar como “pequeña” y consigue hacerse con un dudoso puesto en la Tv y
la cultura popular actual. El tiempo dirá.
Nota: 5,5
Jorge Tomillo Soto-Jove
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