Alien: Covenant | POPCOKEN


Tenemos que hablar de David



—Pulsa Aquí para ir a la crítica de Prometheus (2012)


‘Alien: Covenant’ es el último aporte de Ridley Scott para la —venida a menos— saga de Alien. Para mí es un momento dulce, ya que la primera crítica que decidí hacer fue la de la película ‘Prometheusy eso me trae una sensación de nostalgia y de haber tirado mi dinero dos veces, aunque menos en el caso de Covenant. Casi ha merecido la pena. Casi.



Antes de nada y para darle una sorpresa al espectador (además de advertir sobre posibles SPOILERS) diré que ‘Alien: Covenant’ se sitúa para mí con la medalla de bronce, siendo la tercera mejor película de la saga Alien, por delante ‘Alien el octavo pasajero’ (Ridley Scott) y ‘Aliens: el regreso’ (James Cameron) o Alien 1 y Alien 2. Lo divertido y al tiempo triste de Covenant es que está muy cerca de dar sensaciones parecidas en momentos puntuales a las que daba Alien 1, pero se nota que no tiene a los mismos escritores (básicamente porque ya han fallecido) y que le han dejado demasiada cancha a Ridley Scott.



 Para esta ocasión volveremos a subirnos a una gran nave llena de gente y eventualmente un Alien asaltará al grupo. La fórmula básica del éxito está ahí, pero no el género. Si Alien 1 era una película de terror con monstruos, el resto de películas de la saga se han acogido al modelo de negocio de James Cameron, donde estábamos directamente en una película de monstruos con algún que otro punto de terror fuera de lo evidente y sanguinolento. 



Luego está ‘Prometheus’ o ‘¿Por qué la gente le sigue dando trabajo a Damon Lindelof?’. Lindelof, para entendernos rápidamente, es uno de los creadores de ‘Lost’. Esa faceta suya es el núcleo de ‘Prometheus’, donde creas un guión efectista, bobo y que plantea con una imaginativa tremenda, pero que no le da la gana de responder a ninguno de los misterios creados y le cuelga el muerto a otro.



Nuevamente nos lanzamos al espacio, esta vez para colonizar un planeta bien estudiado y calculado al dedillo donde la vida humana pueda ver perpetuada la continuidad de su especie. En los primeros minutos del filme, con un Fassbender aún sumido en su rol de Assassin, veremos cómo una tormenta solar acaba drásticamente con la vida de casi cincuenta pasajeros, entre ellos la del capitán, interpretado por James Franco, que es la rara avis del filme en toda regla. 




De él veremos menos aún que en el tráiler (escena eliminada). Lo veremos en una grabación y algo así como un minuto o menos en criosueño, antes de que lo carbonicen. Hasta luego y buenas noches. A partir de este raro bache, comienza el filme.



Aquí el guión da sus primeros pasos en falso cuando justifica toda la trama por venir en una decisión en caliente sin ningún tipo de rigor científico y tomada por científicos e ingenieros. La ruta predefinida a nuestro planeta seguro no es lo bastante guay, de modo que haremos caso a este confuso mensaje críptico que hemos captado por casualidad y dirijámonos directos hacia este otro planeta. De él no sabemos nada, ni estaba ahí antes, pero el ordenador de a bordo dice que sus niveles de habitabilidad son mejores. De modo que… ¡qué demonios! Probemos suerte. No. Mala idea. Guión estúpido parte 1 de tantas por venir.



Cuando el bobo guión nos abandona, la película mejora y hasta se siente bien. ‘Alien: Covenant’ incluso comienza a dar respuestas lógicas —y algo vagas— a todo lo planteado por ‘Prometheus’ para expandir la mitología del universo Alien. Después, entendiendo uno de los grandes errores de su predecesora, no tarda ni repara en matar a cuantos hagan falta para que los xenomorfos hagan su entrada en la película. Una entrada no demasiado triunfal ni vistosa, pero bastante aceptable.



 Cuando nuestros nuevos protagonistas están cerca de sucumbir ante el nuevo Alien, hace su entrada triunfal su salvador, el cíborg David, del cual va la película, básicamente. No tenemos a Noomi Rapace de nuevo con nosotros, no vaya a ser que haya dos heroínas femeninas en la misma película y les tengamos que prestar atención a las dos. Mucho más coherente es que haya dos Michael Fassbender en pantalla, que se peguen, se besen y compitan por ver quién siembra mejor un debate existencialista sobre la robótica y la humanidad, para luego dejarlo correr hacia ninguna parte, sin una resolución clara.



Uno de los puntos fuertes de ‘Alien: Covenant’ —además de erradicar con todo lo poco decente planteado por ‘Prometheus’— es su vuelta clara al estilo de H. R. Giger, un acierto sumamente placentero para aquellos que sean fans de la ambientación y trasfondo de la saga. 




Por lo demás, escasos puntos fuertes tiene el filme más que el hecho de mantenerse estable y entretenido en casi todo su corto recorrido, cosa que su predecesora no pudo decir, siendo de las peores películas que se han hecho recientemente. Un dato curioso es recordar cómo en 2012 Michael Fassbender se estaba dando a conocer en el cine comercial y ahora la película depende totalmente de él para sobrevivir, quitándole protagonismo a todo y a todos cuantos se pongan por delante.



Para que los fans del trabajo de Scott no lo puedan tachar de no continuista, tendrán su dosis de heroína femenina en tirantes, salvo que esta heroína no vende nada, porque se pasará el filme a la sombra del androide de turno que quiera interpretar Fassbender. Además, el filme tratará de convencernos de su heroísmo con torpeza y una sensación de doble final totalmente innecesaria.



 La heroína triunfa y la cámara se dirige al androide como si fuera el perro de mirada aviesa de los Simpson, para cerrar en un final abierto que se veía venir desde el inicio pero que no se termina de entender del todo. Tenemos ante nosotros una película de Alien decente, que no buena, y un montón de agujeros de guión y escenas eliminadas que nos dejan ante un metraje de narrativa lineal y mensaje confuso y genérico. Para hacer películas de Alien así, querido Ridley Scott, no estoy muy seguro de querer que las sigas haciendo.



PD: El corto The Crossing’ que sirve a modo de tráiler extendido, está bien vérselo pero no es totalmente necesario ya que se muestra casi íntegro en la propia película.



PD2: Resulta comprensible el enfado de internet ante la oportunidad perdida con los creadores, que se han visto borrados del mapa por la pereza de Ridley Scott y el miedo a no poder responder con coherencia a preguntas tan grandes. Si mal lo hizo Lindelof, mucho mejor no ha sido la maniobra de Ridley Scott.

Nota: 5,7

Jorge Tomillo Soto-Jove


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