—La no adaptación—
Llevaba tiempo esperando
la adaptación de 'Death Note' pero realmente era para pasar
el trago cuanto antes y poder seguir con mi vida, ya que soy un
acérrimo fan del manga original y fan —a secas— del anime. Hoy
he podido ver la “versión de Netflix” y ha sido justo lo que
esperaba, un completo despropósito.
'Ghost in the shell',
una de los mejores acercamientos entre Hollywood y el mundo del
anime/manga y se estrella con todo, luego sale 'Death Note' y
estoy casi convencido de que a Netflix le van a salir números
positivos con ella por muy malas que vayan a ser las críticas. Igual
que esta, aunque para no hacer una sangría de esto me voy a limitar
en lo menos posible a comparar la obra original y esta suerte de
película.
En esta historia en la
que lo poco coherente que pasa es que llueve, tenemos a Nat Wolff
('Bajo la misma estrella' y 'Ciudades de papel')
interpretando a Light Turner, el típico nerd marginado de instituto
americano, que hace los deberes de sus compañeros para sacarse algo
de pasta. Nada más empezar la película no nos da tiempo para nada,
ni se lo da para construir a los personajes.
En cuestión de segundos
vemos a una animadora rebelde —que hasta fuma durante los
entrenamientos, así aplastando toda lógica con tal de hacerla ver
malota— desviviéndose por el nerd del patio. Justo después, con
la tormenta bajo el brazo, aterriza frente a Light Turner el cuaderno
de muerte, así sin más. Un personaje sin construcción alguna se
acaba de llevar un arma de destrucción masiva de gratis. Lo malo de
esto es que a partir de ahora, cada paso que dé Turner, sus acciones
únicamente se verán justificadas por su carácter infantil y con
sus pataletas. Aquí no hay debate alguno entre el bien y el mal, o
una discusión sobre si está bien matar por motivos que cada uno
considere correctos o hasta qué punto se corrompe alguien con
demasiado poder. Nada, cero, evaporado.
Este chico simplemente se
guiará por su espíritu pueril, el ansia por vengar a su madre
muerta a manos de un criminal y el calor de la sangre en sus venas.
Pero no nos olvidemos de la animadora, Mia Sutton.
Ella se sumará a
Light Turner y los dos crearán con suma rapidez la marca Kira.
¿Basado en qué? Pues en el espíritu de justicia y en el afán por
enrrollarse constantemente. 'Death Note' no es un duelo entre
dos intelectos —y sus respectivos egos— para ver quién derrota a
quién en una perversa partida, no. Este 'Death Note'
es una historia de amor adolescente, que ha comprado los derechos de
la franquicia para justificar que les dieran el presupuesto para
llevarla a cabo.
'Death Note'
no se puede considerar ni si quiera una adaptación, porque se aleja
tanto de los términos y relaciones que mantenían los personajes
originales que, no es que desdibuje a la base, es que se la salta con
todo el descaro. Pero lo peor no es que se monten un fanfic de
baratillo, lo peor es que la película de Netflix trata de imitar
—estéticamente— escenas icónicas de la historia original,
destrozándolas por completo.
En ningún momento sientes que a estos
personajes les esté pesando la matanza que están llevando a cabo.
Únicamente exponen un nivel de tensión de relación amorosa
tormentosa y algo de psicopatía, hasta que llega el final y...
bueno. Para mi lo más curioso de esta versión alternativa de la
historia de Death Note son L y Mia. Primero L.
Me
da igual de qué color hayan pintado a este L para hacerse los
multiraciales y políticamente correctos, este chico no es L. Lakeith
Stanfield interpreta a una vaga sombra del detective, esta versión
también está sobrehumanizada como la de Light Turner. Netflix se ha
empeñado en presentarlos a los dos como dos adolescentes torpes,
bruscos y con todo tipo de taras. Alejándose así del perfil
psicológico de los dos ególatras de factura impoluta que todos
conocemos. Este L es todo corazón y poco cerebro, encima sus
deducciones sobre Kira están pobremente justificadas y forzadas para
que funcionen en el drama adolescente que es esta película. Este L
es una pérdida de tiempo que únicamente le da algo de oxígeno a
una trama con la que nunca supieron muy bien qué hacer.
Luego
está Mia, la novia que es bastante más que eso, pero al final no.
Mia es la malota de las animadoras y lo mejor de 'Death
Note' hasta que la propia
película se echa tierra encima a sí misma. Mia es una devota
absoluta de Light Turner, pero pronto ve que el chico no es tan listo
como parecía y mucho menos tan devoto a la causa de Kira como se
podía esperar, así que pronto ella empieza a jugar a su propio
juego relegando a Turner a un merecido segundo puesto.
No quiero
hacer spoilers concretos pero da gusto ver a Mia llevar la batuta y
convertirse en una genuina sociopata. Lo más humillante es que, esta
versión de Misa es mucho mejor que la original, que era el
fanservice más sexista hecho carne, hueso y lolita. La original se
sometía —incluso sexualmente— a él por su admiración/atracción,
convirtiendo al personaje en una lectura patética de lo que los
japoneses entienden por “porcentaje femenino” en la trama.
Pero
Mia crece bajo la sombra de Kira y se alza como una villana genuina,
hasta que el guión se cansa de ella y malcierra la película. Por
esto me sobra tanto “este L”. Porque 'Death Note'
se hubiera sostenido mucho más creíblemente si, ya que van a pasar
de la fuente con creces, se alzasen y hubieran centrado el tira y
afloja entre Light y Mia.
La película es un thriller adolescente,
con más amor que muerte y encima nos quieren colar la trama
policiaca peor construida del cine, en la que los policías se dan
cuenta únicamente de lo que el guión necesita —cuando lo
necesita— con todo el descaro y mala construcción que ello
conlleva. Encima Ryuk sólo vale lo que hace de él Willem Dafoe y no le dejan demasiado espacio.
En
definitiva, tenemos una película cuya primera media hora es un dolor
para los ojos que creían que iba a ver una adaptación de carne y
hueso de una de las historias más populares de este siglo, y que
realmente se topan con un divorcio entre la versión original y lo
que Netflix ha decidido hacer con los nombres que en ella aparecían.
Es como si yo ahora propusiera un remake de 'Crepúsculo'
y la trama fuese sobre científicos que buscan la tumba perdida de
algún antiguo faraón, pero eso sí, de vez en cuando calcamos un
momento de la fuente original y así lo damos por solventado.
No
es sólo que 'Death Note'
sea una película terrible, mezcla de instituto adolescente y los
efectos especiales de la —lamentable— saga Destino Final, es que
sus motivaciones para los personajes son tan pobres que dejan con
cara de “¿Y ya está?”. Y para cuando aparece un poco de luz al
final de este oscuro túnel —lleno de luces de neón y lluvia— el
guión corta, chapa y pille como pille a todos los personajes cierra
y empaqueta el final como pinte, con unas justificaciones aún más
forzadas y pobres que las que ha ido exhibiendo anteriormente.
Sólo
me alegro de no haber pagado por verla y de que nadie lo tenga que
hacer directamente, no como con su prima hermana 'Dragon
Ball Evolution'.
NOTA: 3,1
Jorge Tomillo Soto-Jove
No hay comentarios:
Publicar un comentario