Valerian y la ciudad de los mil planetas | POPCOKEN


 Ground control to Major Delevingne


Este fin de semana ha estado cargadito, y eso que no he podido —ni querido— ir a ver ‘La torre oscura’, que me da más miedo del que quisiera admitir. Pero sí que he acudido a la primera sesión del estreno en España de ‘Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ y es que, allá a donde vaya Cara Delevingne allá voy yo también, o casi.



 La he podido ver hasta ahora en su —casi— cameo en ‘Anna Karenina’, pero en cuanto a papeles con presencia e importancia la vi en pantalla grande en ‘Ciudades de Papel’ y ‘Suicide Squad’ y sumado ‘Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ puedo decir que, por mucho que haya disfrutado de verla, está muy lejos de ser una buena actriz. Aunque siempre tiene tiempo de ser la nueva Milla Jovovich, si quiere ¿será Luc Besson el convertidor de modelos en actrices? El tiempo lo dirá, al menos las dos ya tienen un blockbuster bajo su dirección.



Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ es una de esas películas que aún parecen querer sacar partido a las proyecciones en 3D en cines, ya que todo su metraje está diseñado para que gane enteros con gafas. Por desgracia, yo la vi en una proyección normal y, siendo sinceros por momentos hasta me entró sueño. No estoy haciendo ningún chiste con ello.



 La peli me gusta y me parecía muy entretenida, pero tiene ese nosequé que te hace desconectar y que lo que te están contando te importe poco o nada. De esto no tienen nada de culpa sus protagonistas, más bien es un pulso entre guión y su exacerbada visualidad, llevando así al espectador a no conseguir conectar con los personajes mientras disfruta de lo que ve con cierto hastío encima.



La película comienza con David Bowie como gancho directo para absorber a los espectadores. Porque la voz de Bowie mantiene un diálogo muy fluido con la estética de ‘Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ que es una mezcla de ‘El quinto elemento’ + Peter Jackson + Las Wachowski + un poco de George Lucas.



 Todo es grandilocuencia visual, con un toque hortera y muchas criaturas fascinantes que no terminan de llegar a nada. Es como si ‘El quinto elemento’ se hubiera estrenado en 2017, sólo que mucho más centrada en el espacio que en sus protagonistas y primando la estética en ambas por encima de la trama.



 En este caso no voy a analizar el perfil de “adaptación del cómic” porque lo he leído tan poco —ni he leído aún el “adelanto editorial” que dan al ir a ver la peli al cine— que pensaba que Valerian era ella y no él. Cuando entré en la sala tenía verdadero pavor, porque por mucho que me guste ‘León el profesional’ y el cariño que le tenga a ‘El quinto elemento’ o ‘Juana de Arco’, cuando pienso en Luc Besson pienso en ‘Lucy’ y me dan escalofríos de lo mala que es. Pero Valerian se ha desmarcado de todo parecido con ese trágico episodio del cine, ‘Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ es un muy digno producto de entretenimiento y no un dolor para el espectador que se deje llevar por su metraje.



Tras ver unos minutos sobre el apocalipsis de una civilización misteriosa veremos a Dan DeHaan y a Cara Delevingne en una aventura que, aunque es muy importante para la recta final está tratada como una aventura genérica sin ninguna relevancia, bueno, como casi todo el tono del filme si lo pensamos bien. Esta secuencia dura y, ya a la tercera surge el conflicto, pero el espectador no se podrá quitar la sensación de la cabeza de que el filme trata de arrancar varias veces sin lograrlo del todo hasta la tercera vez, y para cuando lo logra no va a mejor. 



Aquí Valerian y Laureline se sumergirán en una serie de subtramas hiladas una dentro de la otra bajo la sombra difusa de la trama principal, de la cual parece que se olviden por momentos. El verdadero problema que yo veo aquí es que el buenrollismo de los personajes no cuadra con la línea trágica de lo que nos cuentan. Más bien de lo que nos cuentan en la recta final, porque hasta entonces casi parece que estemos en una comedia que en una aventura espacial. Han querido imitar ese registro afable de las franquicias masivas de Disney y lo malo es que les ha salido bien. 



Digo lo malo, porque al convencer al público de su tono positivista, rodeado de todas las paletas de colores posibles —y unos efectos especiales que tendrán una vejez rara y mala—, se olvidan de ahondar más en lo que nos quieren contar. Es como si la trama fuese sólo una excusa para poder lanzar a Cara Delevingne y a Dan DeHaan al espacio a lucirse contra toda suerte de criaturas extrañas y curiosos lugares. Y luego Clive Owen, que es justo lo que parece, por no entrar en spoilers.



Pero una de las cosas que más me han gustado de ‘Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ es que han invertido la relación videojuegos y cine; esta vez es la película la que decide incorporar el lenguaje del videojuego a su trama y sin romper la coherencia visual. Hay reminiscencias de Tron y de la cámara en primera persona de los shooters, y eso me ha encantado porque se trata con respeto, sin frivolizar.




Me alegro de poder decir que, sin cumplir ni por asomo las promociones que le están haciendo como si se tratase de la nueva cima de las space opera y no porque tampoco lo pretende, Varlerian y la ciudad de los mil planetas’ es una magnífica excusa para comerse un cubo palomitas y un buen litro de refresco, sumando muchos puntos en 3D. Pero si se busca más allá, la película se hace larga y algo genérica, por mucho que su buen humor reine y por mucho que Rihanna y Cara Delevingne se roben la película de las manos de Dan DeHaan.



NOTA: 6,6

Jorge Tomillo Soto-Jove


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