—El perfil psicológico de Holden Ford—
Empecé
a ver esta serie porque sí. No sabía nada de ella, ni de su apartado técnico o
quién trabajaba para quién. Era un estreno más de Netflix, una plataforma que
sube y sube morralla a su sistema, pero que de vez en cuando, de entre toda esa
basura surge algo destacable. Así fue como, por total casualidad, me enganché a
‘Mindhunter’. Ví los nueve primeros
capítulos del tirón y un par de días después he visto el final de temporada,
así que me he propuesto analizarla.
La
premisa básica es que acompañaremos a Holden Ford, un agente del FBI que
iniciará un polémico camino dentro de la investigación criminal, que es,
básicamente, considerar que los asesinos en serie son asesinos en serie por
unas razones o motivos concretos que merecen la pena ser estudiados y
evaluados.
Así inicia un trabajo de campo polémico que le llevará a sentarse a charlar con aquellos a los que las fuerzas del orden únicamente habían considerado antes como bestias, salvajes o, simplemente, monstruos. En esa duda es donde veremos todo el potencial de ‘Mindhunter’.
Así inicia un trabajo de campo polémico que le llevará a sentarse a charlar con aquellos a los que las fuerzas del orden únicamente habían considerado antes como bestias, salvajes o, simplemente, monstruos. En esa duda es donde veremos todo el potencial de ‘Mindhunter’.
‘Mindhunter’ es la nueva gran apuesta de
Netflix y se nota por dos detalles muy significativos. El primero es que para
este estreno dieron pequeños tráilers a lo largo del año, y para producciones
nuevas es raro que lo hagan. Su interés viene de la segunda razón; la sombra de
‘House of Cards’. Esa serie, es la
joya de la corona de la plataforma y se nota que quieren tener duplicados de la
misma, vamos ¿quién no querría? HBO también busca desesperadamente su nueva ‘Juego de Tronos’ y hubo un tiempo en el
que AMC buscaba su nueva ‘Breaking Bad’.
Lo malo del asunto es que esos éxitos suelen ser irrepetibles en sí mismos, pero lo bueno, es que ‘Mindhunter’ es lo suficientemente diferente como para saltar ese bache.
Lo malo del asunto es que esos éxitos suelen ser irrepetibles en sí mismos, pero lo bueno, es que ‘Mindhunter’ es lo suficientemente diferente como para saltar ese bache.
David
Fincher —quien también produce en esta ocasión junto a Charlize Theron— dirigió los dos primeros capítulos de ‘House of Cards’, le dio alas y luego su criatura fue creciendo por
sí misma —y sin él—. Pero en el caso de ‘Mindhunter’
dirige los dos primeros y los dos últimos, cerrando así la temporada a su
manera y gusto dentro de los límites de lo posible. La presencia de Fincher se
nota ya desde el primer minuto. Le da al thriller ese pulso tan propio y tan
suyo.
Ese pulso tan tenso y crudo, junto a esos tonos de gris y esos encuadres fijos que sólo se mueven en líneas rectas —o casi—. Fincher es de lo poco bueno que tiene ‘Seven’ y otro de los méritos de ‘El club de la lucha’. Aquí estamos con Holden sí, pero estamos también en torno a Holden, ya que no pararemos de recibir pequeñas píldoras de contexto para exponer el clima social y cómo lo sienten los personajes.
Tanto los protagonistas como los que se sitúan en torno a ellos. Aún con ese aliciente, parece que la serie, de entrada, no va a apuntar mucho más alto que el típico trhiller detectivesco. Eso se podría entender si el primer capítulo no nos atrapa con su presencia y textura tan evidentes, pero entonces llegamos al segundo episodio donde el concepto de las entrevistas con asesinos ya ha tomado forma. Es en esta primera entrevista donde la serie te atrapa de pleno.
No es sólo el tremendo parecido con el verdadero asesino, es la tensión que se palpa en el ambiente y el irrefrenable deseo morboso de querer saber mas y más. Y en última instancia, de quién va ganando sobre quién. ¿Domina Holden o es Ed Kemper quien lleva la batuta y está manipulando al agente del FBI para que crea lo que el considera? Lo verdaderamente morboso y divertido sería saber hasta qué punto tiene veracidad la serie, para eso tendríamos que leer el libro en el que se basó: “Mind Hunter: Inside FBI's elite serial crime unit” de Mark Olshaker y John E. Douglas. Pero me limitaré a la serie diciendo que son Mark y John los que inspiraron los personajes de los protagonistas.
Ese pulso tan tenso y crudo, junto a esos tonos de gris y esos encuadres fijos que sólo se mueven en líneas rectas —o casi—. Fincher es de lo poco bueno que tiene ‘Seven’ y otro de los méritos de ‘El club de la lucha’. Aquí estamos con Holden sí, pero estamos también en torno a Holden, ya que no pararemos de recibir pequeñas píldoras de contexto para exponer el clima social y cómo lo sienten los personajes.
Tanto los protagonistas como los que se sitúan en torno a ellos. Aún con ese aliciente, parece que la serie, de entrada, no va a apuntar mucho más alto que el típico trhiller detectivesco. Eso se podría entender si el primer capítulo no nos atrapa con su presencia y textura tan evidentes, pero entonces llegamos al segundo episodio donde el concepto de las entrevistas con asesinos ya ha tomado forma. Es en esta primera entrevista donde la serie te atrapa de pleno.
No es sólo el tremendo parecido con el verdadero asesino, es la tensión que se palpa en el ambiente y el irrefrenable deseo morboso de querer saber mas y más. Y en última instancia, de quién va ganando sobre quién. ¿Domina Holden o es Ed Kemper quien lleva la batuta y está manipulando al agente del FBI para que crea lo que el considera? Lo verdaderamente morboso y divertido sería saber hasta qué punto tiene veracidad la serie, para eso tendríamos que leer el libro en el que se basó: “Mind Hunter: Inside FBI's elite serial crime unit” de Mark Olshaker y John E. Douglas. Pero me limitaré a la serie diciendo que son Mark y John los que inspiraron los personajes de los protagonistas.
La
serie tiene su punto álgido cuando se realizan las entrevistas con los
asesinos, resulta visceral, funcional y absorbente, lo malo, son las subtramas,
que las hay y a patadas. La serie se baja del burro de los asesinos de masas y
se convierte en lo que temí sumergirme al inicio de la misma, una serie de
thriller detectivesco pura y dura. Se disipa la cortina de la excelencia y de
pronto encontramos a Holden y a Bill, en mitad de la nada de EEUU, resolviendo
asesinatos de los que la policía se podría encargar perfectamente.
Incluso nos meten toda la trama del director de colegio para definir la personalidad creciente de Holden y ahí llegan las dudas. Estas subtramas construyen a los personajes, si, pero les lleva varios valiosos episodios que no acaban de probar del todo su valía. Al final tendremos a los protagonistas medianamente definidos siempre en cuanto orbiten en torno a Holden y a él, como protagonista absoluto sin un futuro muy claro por delante. Por que no sé en qué temporada les convendría quemar la carta de Manson y otros criminales de su nivel, pero antes de que llegue eso, espero que le encuentren una motivación mejor a Holden y su equipo especial entre los especiales.
Incluso nos meten toda la trama del director de colegio para definir la personalidad creciente de Holden y ahí llegan las dudas. Estas subtramas construyen a los personajes, si, pero les lleva varios valiosos episodios que no acaban de probar del todo su valía. Al final tendremos a los protagonistas medianamente definidos siempre en cuanto orbiten en torno a Holden y a él, como protagonista absoluto sin un futuro muy claro por delante. Por que no sé en qué temporada les convendría quemar la carta de Manson y otros criminales de su nivel, pero antes de que llegue eso, espero que le encuentren una motivación mejor a Holden y su equipo especial entre los especiales.
En
resumidas cuentas ‘Mindhunter’ es una
de las series de la temporada, de eso no cabe duda, su realización, puesta en
escena y correcto guión lo dicen, pero de ahí en adelante puede costarle ser
una serie de largo recorrido a menos que den con la fórmula para que se
sostenga sin quemar la coherencia de los personajes y cuánto puedan soportar
estos. Hasta entonces tendremos una primera temporada muy adictiva y
disfrutable que además cuenta con una total presencia cinematográfica, unos
picos narrativos abrumadores y algún que otro bajón entre medias, ya que nadie
es perfecto.
Nota: 7,8
Jorge Tomillo Soto-Jove
No hay comentarios:
Publicar un comentario