El
anime vió su estreno allá por 2014, poco después me propuse verlo porque fue de
esas cosas que a todos los fans del anime parece que les arrebata ver y
contarte cuánto les gustó. No la conseguí acabar en su momento y sólo la he
acabado ahora porque estaba en Netflix y en castellano, de haber tenido que
verla en japonés —dedicándole todo mi tiempo y atención— probablemente nunca la
hubiera acabado. No estoy diciendo que sea un mal anime, sólo que casi seguro
que yo no soy su público objetivo. La crítica tiene spoilers para quien no la
haya visto aún.
‘Shigatsu wa kimi no uso’ o ‘Your lie in april’ es un anime de
veintidós capítulos repartidos en dos tandas muy claramente diferenciadas. En
total dura algo menos de ocho horas, aunque bien pudiera haber durado un par de
horas menos como poco. La historia de este melodrama se centra en el joven
Kousei Arima, un niño prodigio del piano que lleva años sin tocar debido al
peso de sus traumas de infancia. Por mucho que traten sus amigos de apoyarlo,
Kousei no podrá soportar la sombra del fantasma de su madre, quien lo
maltrataba a sabiendas para que cumpliera con sus sueños rotos.
Durante la primera tanda de capítulos veremos el duelo interno de Kousei y cómo este trata de sobreponerse a todo lo que su madre le hizo. Y en la segunda el camino hacia una nueva perdida. Su vida triste y gris pronto se verá rebosante de luz por la repentina aparición de Kaori Miyazono y a partir de ahí, justo en ese momento, llegará el color a su vida.
Porque, aunque tarden casi toda la condenada serie en admitirlo abiertamente, justo en ese instante ha surgido el amor. Un amor adolescente, confuso, de esos que no se sabe si esconder o proclamar a los cuatro vientos y con el que la serie no sabe muy bien qué, cómo, o cuando hacer.
Durante la primera tanda de capítulos veremos el duelo interno de Kousei y cómo este trata de sobreponerse a todo lo que su madre le hizo. Y en la segunda el camino hacia una nueva perdida. Su vida triste y gris pronto se verá rebosante de luz por la repentina aparición de Kaori Miyazono y a partir de ahí, justo en ese momento, llegará el color a su vida.
Porque, aunque tarden casi toda la condenada serie en admitirlo abiertamente, justo en ese instante ha surgido el amor. Un amor adolescente, confuso, de esos que no se sabe si esconder o proclamar a los cuatro vientos y con el que la serie no sabe muy bien qué, cómo, o cuando hacer.
Al
llegar a este punto recordé porque la dejé hace años, la serie me resulta
insufrible e interesante a partes iguales. Su animación es correcta y tiene
algunos efectos muy logrados, así como hay que reconocerle su mérito al
representar las manos de los pianistas. De lo mejor del anime es su colorido y la
línea suave que aparenta sencillez. Pero todo eso lo mata su banda sonora
ominosa, que está ahí para guiarte de la mano sin dejarte pensar
por ti mismo.
Con esto no me refiero a las canciones de piano de los recitales o ensayos, me refiero a ese otro piano —de fondo— sensiblero que la serie te cuela para decirte “oh qué dramático todo”. Tendría valor si se usase correctamente, pero no, se usa en cada episodio. Para cuando llega la verdadera tragedia yo ya he sentido que el mundo se acababa veintiún veces, por lo tanto he llegado al final de la serie comprensiblemente cansado y aburrido. ¿Por qué la he acabado entonces? Por los personajes.
Sí, son todos una panda de adolescentes hormonados, pero los cuatro principales tienen puntos muy interesantes, hasta que se desmarcan Kousei y Kaori y los convierten en secundarios ninguneados. Pero incluso entonces, merece la pena quedarse hasta el final, ya sea simplemente por verlo acabar o por que queda poco para el cierre y no duele tanto este desmarcamiento.
Lo malo es que todo lo demás es relleno. Me pueden gustar más o menos algunos secundarios, pero principalmente me sobran, porque para ser el contexto que construya a Kousei, salen demasiado, como si se les fuera a dar un valor real para luego desecharlos con descaro.
Con esto no me refiero a las canciones de piano de los recitales o ensayos, me refiero a ese otro piano —de fondo— sensiblero que la serie te cuela para decirte “oh qué dramático todo”. Tendría valor si se usase correctamente, pero no, se usa en cada episodio. Para cuando llega la verdadera tragedia yo ya he sentido que el mundo se acababa veintiún veces, por lo tanto he llegado al final de la serie comprensiblemente cansado y aburrido. ¿Por qué la he acabado entonces? Por los personajes.
Sí, son todos una panda de adolescentes hormonados, pero los cuatro principales tienen puntos muy interesantes, hasta que se desmarcan Kousei y Kaori y los convierten en secundarios ninguneados. Pero incluso entonces, merece la pena quedarse hasta el final, ya sea simplemente por verlo acabar o por que queda poco para el cierre y no duele tanto este desmarcamiento.
Lo malo es que todo lo demás es relleno. Me pueden gustar más o menos algunos secundarios, pero principalmente me sobran, porque para ser el contexto que construya a Kousei, salen demasiado, como si se les fuera a dar un valor real para luego desecharlos con descaro.
Por
eso dije antes que a esta serie le sobran horas, por eso y porque es
terriblemente redundante y condescendiente con el espectador. Primero,
redundante: no pararemos de repetir los mismos motivos visuales , como el ahogado,
hasta que un buen día ‘Your lie in april’
se decida por dejar avanzar a Kousei para que pueda superar sus traumas. Para
colmo, en ese momento, ni siquiera le dará el valor adecuado. Nos ha torturado
durante media serie con ese argumento y luego lo descarta sin darse uno muy
bien cuenta. Tenemos en un episodio al pianista que no oye su música y en el
siguiente eso ya no existe, y ala a otra cosa.
Y segundo, condescendiente: creo que esto era lo que más me asqueaba de cada capítulo. Esa sensación de que el tono de la narración me da un par de palmaditas en la espalda y me rasca la cabeza mientras me edulcora y suaviza una historia cuyo drama se ve deslavado y poco crudo.
Y segundo, condescendiente: creo que esto era lo que más me asqueaba de cada capítulo. Esa sensación de que el tono de la narración me da un par de palmaditas en la espalda y me rasca la cabeza mientras me edulcora y suaviza una historia cuyo drama se ve deslavado y poco crudo.
Como
extra, y en tercer lugar, predecible hasta el infinito y más allá: Desde el
segundo capítulo ya tenía claro como el agua que iban a tirar de enfermedad
terminal con Kaori. La serie es terriblemente obvia y evidente durante el
noventa por ciento de su metraje y encima te trata como un idiota, esquivando
la verdadera naturaleza de la enfermedad de Kaori hasta que le conviene enfocar
la recta final.
Aún ahí no pondrá las cartas sobre la mesa para no asustar a nadie que todavía no se allá enterado del pastel; No tratará de construir el final de Kaori hasta que no hayan pasado doce capítulos. Con tanto tratar de hacerse los sutiles y evitar decir las verdades en voz alta, han arruinado toda carga dramática que pudiera tener el final de Kaori. Y luego encima está el convertir a Tsubaki en el foco para estirar la historia de Kousei. De verdad, dirección y narración lamentables.
Aún ahí no pondrá las cartas sobre la mesa para no asustar a nadie que todavía no se allá enterado del pastel; No tratará de construir el final de Kaori hasta que no hayan pasado doce capítulos. Con tanto tratar de hacerse los sutiles y evitar decir las verdades en voz alta, han arruinado toda carga dramática que pudiera tener el final de Kaori. Y luego encima está el convertir a Tsubaki en el foco para estirar la historia de Kousei. De verdad, dirección y narración lamentables.
No
os mentiré ‘Your lie in april’ tiene
varios momentos bastante crudos, y la escena del “último vals” tiene buenas
ideas, pero es tan previsible y efectista que pierde casi todo su valor.
Pero claro, luego todo está disperso entre tramas recursivas que orbitan entre las mismas tres secuencias todo el tiempo, y las tramas de relleno para poder estirar y mantener la ilusión de historia costumbrista adolescente. Me gustan mucho personajes que luego la serie no sabe para qué les ha dado todo ese trasfondo y construcción (como Tsubaki o Takeshi, o incluso Ryouta cuyo final es descorazonador y cruel.
Encima a la serie le importa un comino, porque lo va a volver a justificar como si fuera un gag justo en el único momento que el personaje podía brillar de verdad sin ser un payaso) y encima terminan siendo meros vacíos de guión, contexto o metraje prescindible.
Pero claro, luego todo está disperso entre tramas recursivas que orbitan entre las mismas tres secuencias todo el tiempo, y las tramas de relleno para poder estirar y mantener la ilusión de historia costumbrista adolescente. Me gustan mucho personajes que luego la serie no sabe para qué les ha dado todo ese trasfondo y construcción (como Tsubaki o Takeshi, o incluso Ryouta cuyo final es descorazonador y cruel.
Encima a la serie le importa un comino, porque lo va a volver a justificar como si fuera un gag justo en el único momento que el personaje podía brillar de verdad sin ser un payaso) y encima terminan siendo meros vacíos de guión, contexto o metraje prescindible.
‘Your lie in april’ es para mi una serie
que de haber tenido menos episodios (es triste que veintidós de 20mins cada uno
se haga larga) y haber manejado mejor el propósito de sus personajes, así como
la direccionalidad de la trama, hubiera podido hacer algo de mella en un
público más allá de la adolescencia, pero más allá de ligera incomodidad, poco he
sentido gracias a cómo te lo cuentan todo. Seguramente para gente de entre doce
y diecinueve años ‘Your lie in april’
sea totalmente efectiva, pero sacada de su zona de confort es una producción
disfrutable pero prescindible.
Nota: 6,2
Jorge Tomillo Soto-Jove
Aea mano, mira cuan importante fue tu opinión :O
ResponderEliminarBueno esa es tu opinión pero la verdad es que hay cosas que son más subjetivas en tus puntos que objetivas
ResponderEliminarQue comentarios! Realmente no estoy deacuerdo es una hermosa serie es demasiado sutil, la animación te lleva a darte cuenta como logro pasar estos traumas, mire los temas que escoge y el desarrollo de los mismos es una serie para no ver en la superficie
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