Thor: Ragnarok | POPCOKEN


Guardianes de la galaxia vol: World War Thor


Hay películas con las que pagar la entrada te sienta mal o bien. A veces sientes que ha valido la pena y otras que mejor te quedabas en casa. Yo he ido —tarde— a ver ‘Thor: Ragnarok’ al cine y sólo me alegro de haberla visto por tres cosas, en orden de importancia: Porque la he ido a ver con amigos, porque tenía descuentos y por Cate Blanchett. Con un poco más de distancia está el haberla visto fuera del estreno, así puedo hacer SPOILERS en la crítica.



Por los tráilers ya me temía que lo fueran a hacer, pero tras ver la primera media hora de ‘Thor: Ragnarok’ veo —de nuevo— qué es lo que le gusta tanto a Marvel de su universo compartido, el dinero. 



¿Qué tenemos ante nosotros? a la oveja negra de la super familia. Uno piensa en las películas de Thor y le entra una mezcla de sopor y pereza, luego te acuerdas de Loki, te alegras cinco segundos y te vuelves a sentir incómodo. Por lo tanto la jugada de meterle el “filtro” al estilo Guardianes de la galaxia es como cuando un político promete bondades a pares, es sólo eso, una pose. 



Por eso el principio de ‘Thor: Ragnarok’ es tan terrible y errático. De pronto tenemos a todo un comediante dulcemente irreverente en Thor, aka el seco de la casa. Ahora todo es humor, todo. Hagamos la colada, risas, crucemos el umbral, risas y más risas, salvemos el mundo, que mi padre se ha muerto, muchas más risas. Thor: Ragnarok’ ha adoptado el cambio de género de la space ópera de los Guardianes. 



Ahora ya nada es una aventura, casi ni una space ópera, ahora el género es comedia. Comedia family friendly, que juguetee con la idea de rebeldía aparente o incluso, si se pone muy traviesa, de políticamente incorrecta —más risas—. Pero todo eso es parte de su campaña política, porque debajo, jeh, debajo está una sarta de mentiras tan grande como Manhattan.



Bueno; pasamos el gran bache, cameo de gratis de Strange —sin venir a cuento de nada, más allá de justificar la línea temporal de la escena post créditos de ‘Doctor Strange’ y pista—, que hasta se hace pesado y trillado. Vemos a Odín, ya no vemos a Odín y enter Hela —y la pasada de prop que le han puesto como casco—. Y joder que sí enter Hela; Cate Blanchett está impresionante como villana. Posiblemente la única hasta ahora con presencia en todo el MCU.



Su Hela abandona lo que la película le otorga, convirtiendo a golpe de carisma desbordante a su villana genérica a desperdiciar de Marvel, en el maldito centro de la atención. Casi hasta te hace olvidar la poca y pobre destreza con la que se está contando esta historia. Lo malo, es que al igual que Tom Hiddleston en el resto de películas de Thor —y la primera de ‘Los Vengadores’— Hela no puede sola con todo lo que le echan y su personaje no aguanta sola una película coja.



 Loki vuelve a echar un cable pero sus momentos cumbre están llenos de una irracional atención a su terrible peluca y a ¿qué demonios le han hecho en maquillaje y por qué parece que tuviera cincuenta años? Así que nos queda, básicamente el Thor más forzado que hemos visto en el cine y a sus secundarios robándole constantemente la atención. Incluso Jeff Goldblum le roba protagonismo y atención a cada escena que le dan.



La película no avanza bien nunca, todo se plantea a trompicones y con la justificación de “pues por que sí” para explicarte qué o quién está llevando la voz cantante. Todo se tambalea hasta que aparece Hulk en el panorama, aquí ya todo pierde el sentido argumental y se vuelve por fin lo que lleva una hora buscando ser, otro episodio más dentro del MCU. Vale, entiendo que a Hulk no lo pueden meter más que de secundario, pero haber quemado la carta de World War Hulk sólo para hacer un par de escenas de tráiler más, resulta lamentable. 



Eso sí, dejan ahí un vacío narrativo voluntario de dos años por si algún día pudieran hacer esa película, pero, a día de hoy toda la trama de Hulk en ‘Thor: Ragnarok’, si la quitamos del montaje final, no se hubiera notado. Es una total y completa pérdida de tiempo, porque Hulk no tiene el carisma ni la presencia en pantalla de Cate Blanchett o Tom Hiddleston. Así que más bien, la película se los come a él y a Thor en su indecisión narrativa constante y sus trompicones.



Ahora bien, yo al verla entera tengo el siguiente debate interno: ¿Es una buena película? Para nada, como película no funciona. Pero el éxito en crítica y taquilla están ahí como factor a considerar así que ¿funciona como producto de entretenimiento? Pues… a esa pregunta no sé responder bien. ‘Thor: Ragnarok’ tiene unos cuantos momentos donde te lo pasas realmente bien, pero luego cae, y cuando lo hace, cae muy bajo. Su estructura es inexistente, es un episodio de dos horas —y diez— sin estructura alguna de principio, nudo y desenlace. 



Es todo como Hela, que aparece porque a la película le da la gana. Y encima sus escenas post-créditos son otra total y completa perdida de tiempo. Visualmente, bueno, tiene ese aura de novedad y de espectáculo que tan mal va a envejecer, pero Marvel,  al igual que HBO con la última temporada de ‘Juego de Tronos’, ya hace tiempo que no hace sus películas como películas sí. 



Es decir, como un producto imperecedero que funcione hoy, y dentro de diez años. En su lugar, se limitan a diseñar comida rápida que se pueda proyectar en una sala a cuanto más público mejor ¿Qué luego la gente las compra en formato doméstico? Pues genial, más ventas, pero no es lo que les importa. Lo que importa es el día/mes del estreno y hacer la mejor taquilla, así como vender el mayor merchandising posible.



 Y visto el balance que dan películas tan lamentables como las dos de Guardianes de la galaxia —especialmente la segunda—, vamos a tener este “modelo de negocio cinematográfico” —porque es lo que es—, de la manita con Star Wars, por mucho tiempo hasta que deje de funcionar.




Como curiosidad cabe destacar, además de las rarezas de maquillaje —a Loki lo han condenado y a Hela le va cambiando la forma de la cara, sin olvidar el cutre ojo postizo de Thor— que hay un par truquitos de cámara bastante hábiles —Thor rompiendo la cuarta pared, el martillo haciendo la cámara girar al principio y la escena del suelo transparente— pero, igual que en ‘Guardianes de la galaxia vol. 2’ es únicamente para impresionar al principio, luego se olvidan y nos sumimos en una película totalmente indecisa con momentos lamentables —como ese mar CGI de Noruega—. 



Tanto que la sensación de estar viendo dos pelis en una está muy presente; en la capa inferior está la película sobre el conflicto, sobre Asgard, la que puede tener algo de valor. Pero por encima está toda la morralla de humor fácil y simplón con el que han desbordado una película a la que sólo le faltaban risas en lata para coronarse, donde se supone que debía haber una película que diese la sensación de que es la tercera de una trilogía.



Nota: 5,5

Jorge Tomillo Soto-Jove

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