Batman returns | POPCOKEN



 —“No sé tú, señorita Kitty, pero yo me siento totalmente deliciosa” 

Tenemos hoy la última película de Michael Keaton como Batman, que renunció por... Bueno, hablemos un poco del contexto de 'Batman returns'. Podemos decir que su propia leyenda mató a Batman. Lo que empezó como “Eh, hagamos pelis de Superman, pero sin Superman” terminó con las asociaciones de padres y protectoras de animales tratando de boicotear la película porque: A) McDonnalds sacó unos juguetes muy de niño en sus Happy Meal, sobre una peli que tenía violencia, varios puntos muy sexuales, poco material para niños de cinco años y... 



B) A mucha gente no le gustó ver pingüinos actores llevando jetpacks y cohetes, qué cosas tiene la gente. Y, si a todo esto le sumamos que, pese a recaudar más que su predecesora, 'Batman returns' costó el doble, entre otras cosas porque Tim Burton quiso volver a hacer todos los escenarios para Gotham, pero esta vez en LA y no en Inglaterra, pues la cosa no mejora.




 Para colmo, el que hizo los primeros decorados falleció tres meses después del estreno, porque se suicidó. Podemos decir que 'Batman returns' es una peli especialita. Ah, y la calificaron para mayores de 13 y no para todos los públicos, así para más inri. Cuando al estudio mayormente lo único que le interesaba era poder hacer juguetes y todo tipo de formas de obtener dinero de ella. Como de su predecesora, de la cual sacaron en merchandising casi el triple de lo obtenido en taquilla.



Ya dentro del espectro de la crítica de cine, 'Batman returns' es la película de Danny Elfman. Osea, es que desde el minuto uno, al tedioso minuto final, se adueña de la película, subyugándola a su carisma y habilidad. Lo notamos desde el primer acto, donde tenemos un prólogo magnífico sobre los orígenes del Pingüino. Lo más divertido es que en esa escena, Elfman se adueña tanto del filme que consigue que el público empiece a ver como lógico el estilo visual de Tim Burton que va a reinar en el resto de la película, una especie de kistch-gótico con mucha fuerza.




 Veremos una escena con poder narrativo, cuyas caracterizaciones, pelucas y otros detalles de producción, que salvando los decorados y la banda sonora, resultan lamentables. Pero el tándem Burton-Elfman funciona tan bien que le da su toque a todo lo demás. Eso, y que se van notando las primeras reminiscencias de estilo y sonido de lo que acabaría siendo 'Pesadilla antes de navidad'. A la par que vemos todo esto, nos intercalarán el principio de Selina Kyle, rubia cómo no.




 Que no sé si lo exigía también la Warner o es que Burton quería ser el nuevo Hitchcock; pero es que personaje que hay con relevancia femenino, personaje con el pelo rubio que cuelan en pantalla. Y Catwoman no iba a ser menos, aunque claro, siendo Michelle Pfeiffer puedes hacer lo que te de la real gana. A todo esto, intentaré decirlo sólo una vez... joder cuánto miedo puede llegar a dar Christopher Walken.



El caso, Selina Kyle como secretaria tímida y torpe es adorable y funciona bien, pero tras su resurrección gatuna es un jodido espectáculo —sin olvidar el truco de iluminación para dibujarle el antifaz con la sombra de las gafas, de lo más guay que recuerdo—. Y no sólo por razones evidentes, su Catwoman, hasta que el final la desperdicia de forma ridícula y triste, es una de las puntas de lanza del filme.




 Tiene tanta presencia, carácter y fuerza —como icono feminista—, que ver a Bruce Wayne con cara de bobo desbordado resulta una delicia. Él, tan machito y seguro de sí mismo, nunca había visto una cosa así, algo como una mujer con carácter y fuerza exhuberantes. Si, luego el guión tira de topicazo, porque Tim Burton + personaje femenino = rubia para Bruce Wayne. Pero todo ese “conveniente” “romanticismo” no afea tanto toda la presencia del personaje y varios diálogos de oro que tiene a lo largo del filme.




Una vez presentados los villanos, llega lo peor de la película: Batman. Igual que con la primera película, aquí el superhéroe que da nombre a la cinta no tiene el protagonismo. Aunque ya a otro nivel. Me gusta imaginarme el diálogo interno tipo; “necesitamos meter otro villano, ¿de dónde quitamos metraje? Bah, si, de Batman” que es una constante en toda la película. En la primera hora debe aparecer una vez, en una secuencia anodina de dos minutos, más tarde aparece ya con algo más de peso, pero tampoco es que Wayne salga mucho más. Cuando lo vemos es mirando hacia una pantalla, poniendo morritos y posiblemente con ropa de señor muy mayor —sin olvidar esas terribles gafas—. Pero son momentos tan cortos que no sirven para posicionarse con ese personaje y mucho menos tratarlo como protagonista.




 Porque ese es el problema del Batman de Tim Burton, el tratamiento. Se da por sentado que es Batman y que, pues... bueno, ¿hace cosas de Batman, no? No hay una construcción de personaje. En estas dos películas Batman es meramente contextual. Pasa por ahí, hace sus cosas porque el publico cree que tienen que ser así y no se explica más. No esperemos de este Batman un trasfondo o un debate interno, porque sus únicas preocupaciones son ponerse bien la sombra de ojos y girar todo el cuerpo bruscamente para mirar hacia arriba, cosa que a mi personalmente me hace mucha gracia. Al menos ahora el traje si se ve bien.




'Batman returns' es en líneas generales una película muy superior a su predecesora, pero claro, superar el impacto cultural que tuvo no era cosa fácil. Aún así, Danny Elfman está mejor que nunca, Michael Keaton pone más morritos que nunca y Michelle Pfeiffer se roba la película entera. Al principio, al verla sin máscara, uno puede pensar —por culpa de la tendencia adolescente de hoy día— que es un poco mayor para el rol. Claro, pero luego ves cómo le queda ese traje de vinilo o cómo patea culos y te callas, porque está espectacular y da igual todo lo demás. Lo malo de esta Catwoman es lo mismo que lo de la película.




 El tercio final es un despropósito a nivel rítmico, y cómo finalizan a personajes tan bien planteados, salvo Batman, da un poco de asco. Al menos 'Batman returns' sólo falla hacia el final, no como 'Batman' que de la mitad para adelante era una caída en picado, pero claro, lo dicho, la leyenda era ya demasiado grande y las cosas caen por su peso. Aún así, esta es una de las películas de Tim Burton donde más se nota al director, por mucho que él diga lo contrario.




 Ese planteamiento paródico de la sociedad y la política o lo histriónico y kistch que puede volver un mundo tan oscuro como el de Gotham, son verdaderas perlas y señas de identidad muy a tener en cuenta. Menos Batman, claro, que sigue teniendo demasiado de Adam West y poco de caballero oscuro. Eso y el jodido Danny Elfman, que no me voy a cansar de decirlo, destacando, por encima de todo un muy buen conjunto, la maravillosa “Birth of a penguin” que adjunto más abajo,a modo de trailer.

Nota: 7,5

Jorge Tomillo Soto-Jove

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