The Dark Knight Rises (El Caballero Oscuro: La leyenda renace) | POPCOKEN



—“Tú sólo adoptaste la oscuridad. Yo nací en ella, fui moldeado por ella.”—



'The Dark Knight Rises' continuó la siniestra racha iniciada por su predecesora cuando, el veinte de julio de 2012, un chico de veinticuatro años hirió a sesenta y una personas, doce de los cuales fallecieron. Fue el mayor tiroteo de EEUU hasta 2016, que el país volvió a hacer lo suyo.




Es la última película en la que participaron Christian Bale y los hermanos Nolan, aunque David S. Goyer fue la única en la que no participó, ya que en preproducción se decantó por 'El hombre de acero', de la cual Nolan fue productor. Todo queda en familia. Nuevamente, gran parte de la película fue filmada con cámaras IMAX, adoradas por el director pero demasiado caras para usarlas en todas las escenas. Tal es el gusto su por el formato que invitó a Edgar Wright, Michael Bay, Bryan Singer, Jon Favreau, Eli Roth, Duncan Jones y Stephen Daldry para mostrarles un pase privado que probase el potencial del formato.




A 'The Dark Knight Rises' le tengo un especial cariño, pues fue incluida en un email de presentación —Junto a 'The Amazing Spiderman' y 'El padrino 3'— que acabaría dándome la oportunidad de ser crítico de cine para un periódico local durante casi cinco años. Así que a su manera, y por muy lamentable que fuera aquella crítica, no estaría aquí sin ella. También he de decir que durante años le he guardado una mezcla de manía y rencor por no cumplir con mis expectativas desorbitadas por el trabajo y fallecimiento de Heath Ledger. Incluso dije que esta saga de películas relegaba al Señor de los anillos al olvido, ¡ojo la estupidez! Pero bueno, espero que, con el paso del tiempo me haya ganado algo más de credibilidad.




La película no es perfecta y en muchos sentidos es muy inferior a su predecesora, ya que cargaba con ser el cierre a la primera dignificación de Batman y la responsabilidad de cumplir con el público y el estudio. Pero es superior en un aspecto, en su ritmo. 'The Dark Knight' es una película imponente, más cercana a un registro de películas “serias”, que o alcanzaban las dos horas y media o no se veían incluidas en esa categoría. Pero claro, una película de esa duración tiene que saber mantener muy bien al público y perdurar más allá de el día de estreno, o estaríamos hablando del cine comida rápida de hoy en día. 




Así que el hecho de que, con el paso de los años me cueste cada vez más verla entera me llevó las manos a la cabeza, alarmado, cuando me puse a ver su secuela. Y me sorprendí, agradado al ver que no sólo no se me hacía pesada, si no que encontré muchas imágenes de gran belleza y calidad en su metraje. Me esperaba el guión tan raro y grandilocuente que tiene, pero no creía que fuera a haber nada más allá de esa atmósfera de complejidad que tanto le gusta sembrar a Christopher Nolan. Y sí que lo hay.
A ver, el guión sigue siendo muy extraño y va dando vueltas en torno a no se sabe muy bien qué propósito, más allá del puro y duro espectáculo. Pero me encontré con una película que, aunque esté totalmente necesitada de Batman como figura clave, lo dosifica rozando el exceso.




La primera aparición del héroe es magnífica; y me apuesto lo que sea a que es una de las secuencias rodadas en IMAX, porque se ve de maravilla. Toda la persecución de la policía a Batman, mientras este persigue a los asaltantes de la bolsa de Gotham, es la forma ideal de reintroducir al personaje. Bueno, la forma ideal teniendo en cuenta que Heath Ledger falleció y no podemos volver a chocarlos en pantalla. Luego poco a poco se va presentando a Bane, cuya primera escena es de lo peor de la película por muy espectacular que sea. El villano toma forma y carácter a medida que va dando los palos de ciego que tiene por gran plan para dominar el mundo.




 Pero eso sí, todo irá acompañado de su dosis de diálogos con rintintin y gran berborrea. Temática que no podía faltar para que su público afincado en la pubertad cite frases antisistema en Facebook y sigan después viviendo su vida como si nada. Pero todo eso me resulta pasable porque la película sabe seguir pese a todo eso. Incluso sabe sobrevivir a que Christian Bale aprenda a teletransportarse sin explicación ninguna de un punto del planeta a otro, en cuestión de un par de escenas. Porque, para cuando esto ocurre, ya estamos tan metidos en su lógica y dinámica que o bien nos asquea aún más o bien nos alegra aún más, pues vamos a tener más Batman. 




Al margen de todas sus tonterías y fotografía, hay que reconocerle otros méritos, como toda la participación de Anne Hathaway, que está de diez en el rol Nolanesco de Catwoman. Es entrar ella en pantalla y yo alegrarme, justo lo contrario que con Joseph Gordon-Levitt, y no ya por su evidente presencia. Más bien porque las escenas que le dan a su personaje, sirven de revulsivo allá donde Batman no está o no se le espera. Y para cuando hace equipo con el caballero oscuro, ya está tan integrada en la saga que no tienes la sensación que acabe de hacer su debut.




En siguiente lugar, como no, la escena de la pelea con Bane. Todo en ella está en su sitio y tratado de la forma adecuada para transmitir ese shock en el espectador. El homenaje perfecto para la saga Knightfall, de la cual saca casi toda su inspiración el guión. En último lugar y no menos importante, está todo lo que haga Alfred, que siempre le sabrá sacar esa luz y esa segunda lectura tanto a Batman como a Bruce Wayne. 




Si no fuera por la escena de “Robin” metida con calzador, el cierre en Florencia hubiera sido el final perfecto para la trilogía. Incluso, para mi personalmente, el final debiera haber sido simplemente Alfred mirando a cámara y asintiendo unos cuantos segundos después, sonriente. Sin mostrar a Bruce Wayne con Selina. La sensación de mito y la lectura propia del espectador hubieran reforzado mucho más la sensación de cierre. Pero supongo que el director quiso ponérselo fácil al público.




En conclusión, desde Tim Burton a los hermanos Nolan, Batman ha sido siempre un agradable personaje al que volver a hacer una vista. Ha habido momentos muy difíciles gracias a Joel Schumacher, pero el trabajo realizado en la última trilogía no sólo relanzó a Batman a la posición de culto que merecía, si no que estableció el tono para toda una saga de películas bajo su ala. 




Eso si, todo sea dicho, malinterpretando el trabajo de los Nolan en casi todas ellas, creyendo que esa seriedad y realismo venían dados de la gama de grises que predominaban en la fotografía de sus películas y no del trabajo de guión o dirección. Al menos, a día de hoy esa moda ya termina y parece que DC puede volver a hacer películas de superhéroes, por mucho que todo el planeta se ponga de acuerdo en que son basura, porque no son Marvel. 




Cuando Warner DC, lo único que está haciendo es lanzar películas palomiteras que únicamente aspiran a la espectacularidad y al entretenimiento más banal y funcional, como único y verdadero fin, que les ayude a ganar todo el dinero posible. Fin del drama. Y por mucho que se hable mal de Ben Affleck por no ser Christian Bale —y tres cuartas de lo mismo para Jared Leto— espero que en unos años, cuando todo se haya reiniciado o venido abajo, alguien en alguna parte trate su Batman con la dignidad que merece.




Nota: 7,9

Jorge Tomillo Soto-Jove

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