Spider-Man | POPCOKEN



—“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”—

Personalmente me ha encantado comenzar con esta serie de críticas. Spiderman es mi personaje favorito de cualquier medio, su filosofía ha servido para que la mía se desarrollase. Es una parte tan importante de mi que muchas veces me cuesta ser objetivo con él, como la primera vez que vi 'The Amazing Spiderman' que me pareció una película buena y todo.




Ahora nos toca remontarnos a 2002, a una película de la cual lo único que no me gustaba en aquella tierna edad era el estilo “modernizado” del traje de Spiderman. Supongo que mi yo de ese entonces esperaba algo más literal, sin tanta telaraña plateada en el traje, aunque parece que al cine siempre le ha costado definir estéticamente a Spiderman, menos en 'The Amazing Spiderman 2' donde lo clavaron. Curiosamente, el traje que llevaba Tobey Maguire estaba compuesto únicamente por la máscara y el resto.




 No como el del Duende Verde que, tras elegir a Dafoe como el villano, se confeccionó como una parodia de su rostro. El diseño del duende verde constaba en total de 580 piezas. Todo esto lo supervisó Sam Raimi, tomando el relevo de James Cameron, quien aportó la idea de los lanzaredes orgánicos. Raimi quería que su Spiderman fuese la transición de joven a adulto, a superhéroe, todo junto. Hay que reconocerle que ese punto quedó claro, pero no mucho más de lo que quiera que tratase de hacer con el personaje.




La película mantiene una línea narrativa totalmente errática, dividiéndose en clips con una estructura propia de inicio y fin. Y, de alguna forma, todo esto encaja en conjunto, aunque no se sabe muy bien cómo, ni para qué. No me entendáis mal, me parece una película muy entretenida. Es de esas donde el cine es un servicio, un entretenimiento total, y lo cumple. Se presenta como poco más que un espectáculo para la vista y el oído. Uno de los pocos problemas que le he visto a su simple planteamiento, es que cuesta acostumbrarse al ritmo y voz de Sam Raimi. 




Según empieza el filme, no se sabe muy bien en qué película se está, si en una que se toma en serio a sí misma, o en una de serie B autoparódica. Todo ello rodado intencionalmente en un lenguaje visual terriblemente sencillo y básico, donde los códigos de colores gobiernan cada plano. Si tenemos una escena del duende verde, habrá gama de verdes, si es de Spiderman, azules o colores cálidos; colores que inviten a una actitud relajada y en sintonía con el tono recreado para el personaje. Esa sensación de desagraciado pero tierno, que sólo Peter Parker sabe portar al tiempo que la culpa y el heroicísmo. David Koepp escribe para este filme un acercamiento al Spiderman de los cómics, reflejando perfectamente una versión light de la esencia del trepamuros. Además habrá unas cuantas referencias bien traídas y otras mal utilizadas, como gastar el momento del puente de Brooklyn para Mary Jane.




Hablando de MJ... No recordaba que Kristen Dunst tuviera tan buena presencia como MJ, ni cuánto iba cambiando la gama de colores de su pelirrojo, aunque eso creo que es un problema de edición o de fotografía. La luz va haciendo cosas raras durante toda la película... El caso, me he quedado tremenda sorprendido porque, al menos en esta, Mary Jane no es la típica chica imbécil, empaquetada en un precioso envoltorio y lista para consumir por hombres blancos. 




En su lugar me he encontrado con un personaje que no se conforma con ser una víctima maltratada por su padre, si no con una adolescente que muchas veces se hace la tonta para sobrevivir en el mundo. Pero de pronto da destellos de problemas propios y tira de sexualidad para solventarlos, o como recompensa. Saldar con un desconocido que te haya salvado comiéndole toda la boca, para mi es como para ir a un especialista y charlar sobre por qué Papá pegaba a Mamá.




 Pero la peli lo vende como super romántico y ahí es donde esta versión de MJ ve sus evidentes límites de construcción. Podría haber sido un personaje con mucho más pulso y fuerza propia, pero la limitan a ser la recompensa del héroe por ser “un buen chico” con ella. Luego, sí, entra la elección que le da caladura moral y profundidad a Spiderman, que elige protegerla antes que dejarla decidir si quiere asumir el riesgo de una vida con él, pero... bueno, que todo muy heroico y coronando al hombre como voz absoluta de la razón, al menos hasta que llegué 'Spider-Man 2', pero esa es otra historia.




Me he estirado hablando de la pelirroja por que, primero: me choca que no sea tan cabrona/echada para adelante/mujer todo terreno como en los cómics y segundo:  que el filme no le va a dar más importancia que la de ser un trofeo, aún teniendo material como para sacarla de ese cliché tan horriblemente machista. Pero la película deja muchos más cabos en el aire camuflados bajo su tono infantil. Entiendo que tenga que tener todo tan mascadito visualmente para que su público objetivo la pueda seguir con naturalidad. Pero pasados unos años, sus taras envejecen casi tan mal como sus efectos especiales, que están al nivel y sensación de PS2.




 Dios, el CGI de la época... como con Matrix... ay... Se deja a Harry casi sin construir, para cargarles el muerto a los guionistas de la secuela y delimita a Norman Osborn tan en corto como convenientemente efectivo. Pero lo cierto, es que sin Willem Dafoe bajo la máscara, la película hubiera perdido el cincuenta por ciento de su carisma, viniéndole otro treinta por ciento de la música de Danny Elfman. Para el resto, la distribución la dejo a vuestra imaginación.




Un mérito que tiene en esta cinta Raimi, —además de lo geniales que son todas las escenas de Spiderman balanceándose en la red, cosa que en la época tuvo que ser difícil de rodar— es que sabe darle pulso a las escenas de acción. Especialmente a las que tienen un efecto negativo. Vemos violencia en la pantalla, una poco carismática. Entonces, desaparece la banda sonora, y se acentúan los efectos de sonido. Así la crudeza de la escena reluce y el espectador asimila, sin darse cuenta de la jugada a su tierna edad, que le están presentando un momento duro, dentro de la lógica y tono de una película tan blanca. Toda esta efectividad se multiplica porque Peter Parker cae bien desde el principio. 




Siempre y cuando no pienses mucho la forma obsesiva que tiene Tobey Maguire de mirar a Kristen Dunst, que justifica totalmente ese vídeo que circula por YouTube que plantea 'Spider-Man' como si fuera una peli de terror. Y lo peor es que funciona, hay motivos para verlo así, pero de nuevo, la culpa es de Tobey, no de Peter. Aunque también hay que reconocerle que sabe darle ese candor e ingenuidad al chaval, por mucho que parezca que todos en ese instituto en realidad están haciendo un FP para reducir su condena. Chistes aparte Tobey Maguire funciona excelentemente, y sus “grititos” y ruidos raros me han encantado siempre. Desde niño he agradecido que no doblasen todas sus expresiones con la voz, porque le dan esa personalidad animada y vacilona al personaje, y le sientan de maravilla.




Una cosa que no podemos pasar por alto es el montaje del filme. No sé qué tipo de lógica diabólica sigue, pero no consigo mantener el ritmo de lo que quiera que esté planteando. Algunas veces me parece genial a niveles desproporcionados y otras me hace sentirme confuso y atraído sexualmente por el fuego. Luego recuerdo que Sam Raimi está aquí y me cuadra todo un poco, sin llegar a entender qué ha pasado.




'Spider-Man' es la película de superhéroes de toda una generación, pero tiene tanto del cara de red como de Sam Raimi, y, nuevamente, acostumbrarse al registro tan particular del director, por mainstream que sea esta vez, se hace un poco cuesta arriba. Eso si, cuando se asienta, la película es el divertimento perfecto. Te hace sentir bien, nunca se hace larga y te recompensa con momentos visualmente poderosos si aguantas sus pequeñas salidas de tono y desastroso CGI. Es un gran comienzo para Spiderman en el cine, con una gran secuela y un terrorífico y horrible cierre de trilogía. Aunque por hoy, esa no es nuestra responsabilidad.




Nota: 7

Jorge Tomillo Soto-Jove




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