First man | POPCOKEN


Damien Chazelle, parte III


Antes de nada quiero desmentir un aspecto de esta película que no paro de ver en su publicidad. ‘First Man’ no es un blockbuster, de hecho es justo la cara opuesta de la moneda. Donde todos esperaban —y algunos deseaban— ver una espectacular espace ópera, nos encontramos una película que relata de forma visceral y muy cargante —en un buen sentido— los costes para Neil Armstrong y su familia de llegar a la luna.



De hecho, lo primero que he tenido claro nada más salir de la sala es que esta película no es nada divertida. Es decir, hoy en día cuando la gente va al cine a ver una “gran producción” se la esperan bombástica, con una narración llena de diálogos, muy activa, que te lleve de la mano y al final te haga sentir muy listo por haber pillado sus perdigonazos narrativos a los que llaman pistas. ‘First Man’ no es nada de eso. Tenemos aquí una película que se esfuerza por recalcar que la llegada a la luna tuvo un lado y un coste humano. 



Pero no algo como ‘Apolo 13’ lleno de momentos brillantes y grandilocuencia. Antes de ver esta peli, yo pensaba que Neil Armstrong era una figura iconicamente heroica, ahora empiezo a dudar de lo que sé por el empeño que han puesto aquí en caracterizarlo como una persona tan llena de taras, que a veces parece un psicópata.



En algunos momentos he llegado a pensar que no sabía a qué género vincular esta película, porque no cumple con los tópicos habituales. No recuerdo haber visto una película, sin ser de ciencia ficción, sobre el espacio tan claustrofóbica. Damien Chazelle y los ingenieros de sonido que han diseñado todo el entramado técnico-auditivo de la película se merecen créditos a lo grande por cómo juegan juntos. Para aproximarse al mito de Armstrong el guión contrasta al hombre, con la mujer, al marido con la esposa, constantemente. 



Para esto Chazelle usa casi constantemente la cámara en mano. A mi parecer esto le aporta dos cosas muy útiles: en primer lugar sientes que estás ahí, que te mueves con la acción o que estás sentado a la mesa con ellos, y cuando no lo sientes, da la sensación de que su forma de usar la cámara en mano es una aproximación a los personajes, con el registro y tono muy cercanos al del documental. 



De esta forma únicamente le aporta veracidad a la versión de la historia que nos quieren contar. Porque yo no sé si Neil Armstrong era una especie de loco oscuro y psicótico, ensombrecido por la perdida de su hija, pero la forma de contármelo me da mucho pie a creerlo. Y esto es un enorme punto a favor cuando, antes de entrar al cine pensaba que Ryan Gosling nunca podría ser Neil Armstrong por su abismal diferencia física.


He de admitir que no todo lo que reluce… La película tiene una brillantez innegable y momentos tremendamente poderosos, pero es innegable que sus comienzos con erráticos y confusos. Lo son narrativamente y a nivel de dirección, pero en su mayor parte es por que el filme revela su naturaleza y su atmósfera pausada y muy densa, cargante y terrible. Cuando uno se esperaba embarcar en otra campaña de publicidad sobre la carrera espacial, de pronto nos cruzamos con que estamos mirando la entrada porque no sabemos a ciencia cierta si hemos entrado en la sala que proyectaba nuestra “peli sobre llegar a la luna”. 



Pero es en su planteamiento tan discreto y plomizo donde se crece con fuerza, y ahí es donde  Ryan Gosling es la elección perfecta de casting. ‘First Man’ se crece en sus silencios, en que los espectadores se pierdan en la mirada agridulce de Ryan Gosling y sientan suyos los fracasos y las perdidas, llegando a dudar de que la historia vaya a acabar como sabemos que acaba.



En definitiva me gustaría poder decir que es la peli que todo el mundo tiene que ir a ver ya al cine, pero no creo que sea para todo el mundo. Es una película que opera a muchos niveles y no siempre de una forma agradable o cercana al entretenimiento. Entiendo la idea que tratan de plantear sobre la NASA y la luna, sobretodo para desmarcarse de esa imagen de colores chillones y grandeza pura que tiende a transmitir EEUU, pero el divorcio entre lo establecido y esta versión es crudo, duro y difícil de digerir.


 Así que entenderé que la vaya a ver un público interesado por el espacio pero que disfrute de las causas humanistas y no sólo un  tipo de espectador que esperase volver a ver ‘Gravity’, pero protagonizada por Ryan Gosling y con la atenazante dirección de Chazelle.


Quien quiera ir a verla porque le gusta el cine, se va a llevar una sensación difícil de tramitar, pero con la lectura de haber visto una buena película. Sin embargo para aquellos que el cine entretenimiento es su prioridad, mejor que vayan a otra sala o que esperen a otro estreno para gastar su dinero. Es lo que hay.



Nota: 7,6

Jorge Tomillo Soto-Jove



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