Green Book | POPCOKEN



 The castle of glass

Ya he visto ‘Green book’ y… me alegro de que sea esta época del año, porque es cuando se estrenan este tipo de películas. Las buenas quiero decir. El guión de esta, concretamente, está escrito por el hijo del hombre al que interpreta Viggo Mortensen. Así que tenemos entre manos una peli de esas inspiradas en hecho reales. Bueno, salvo que no es una de esas películas basadas en hechos reales.



‘Green book’ ha sido comparada con ‘Paseando a Miss Daisy’ e ‘Intocable’ y tengo que decir que estoy de acuerdo pero al mismo tiempo no. No cala tan hondo como la primera y no llega a ser tan ácida como la segunda, pero, y es un gran pero, ‘Green book’ es estructuralmente estas dos películas —y un pelín de ‘Esencia de Mujer’— pero luego, por un período corto de tiempo tiene una propuesta propia. Realmente son sólo un par de líneas de diálogo, porque el resto del tiempo vive muy cómoda en la anécdota. Con escenas como la del campo de trabajo, que me ha parecido el punto más bajo de la narrativa de la película. No es que esté mal contrastar los tres mundos de todos los presentes así, es que es adoctrinante porque se ve forzado y pobre.



 El coche se estropea, vale, acepto. Y justo, juuuuuusto, ¿tienen que darse de bruces con esa escena? ¿En ese punto exacto del filme? La verdad es que es un tropiezo que bien le puedo pasar por alto a Nick Vallelonga, pero no al director, Peter Farelly. A este señor lo conocemos de pelis como ‘Dos tontos muy tontos’ o ‘Algo pasa con Mary’ y… No es que sea yo de calificar a la gente por su trabajo, veo la oportunidad y la doblo, alguien vio algo en Farelly y está bien. Porque a nivel de ritmo y llevar los mandos sabe entenderse. La estructura no da ningún bandazo, ni se rompe el tono como para sacarle a uno de la película.

Mi problema, es que, sin saber hasta donde llegaba el guión, creo que se podía haber hecho más. Y por favor, que no me venga nadie a estas alturas diciendo que hay que respetar la historia original en el cine.


Lo que le falta a ‘Green book’ es un discurso propio con más tiempo en pantalla. Hay dos escenas brillantes: la del pollo en el coche, que habla con naturalidad y sin necesidad de recurrir a ningún artificio ni narración más allá de la mera imagen (lo cual es cine de nivel) y la discusión bajo la lluvia. Siendo esta última el corazón del filme, es como el rayo verde, es algo que esperas durante horas y luego se va en segundos, pero te marca. Mahershala Ali narra mediante su personaje todas las causas y palos que ha tocado ‘Green book’ antes, y consiguen que suene como algo que su personaje ha aprendido y le ha calado hondo. 

Eso no es artificial, eso es un mérito espectacular, pero acaba siendo la excepción. Sabía que esta peli me iba a hacer echar una lágrima o dos porque ya me lo hizo ‘Paseando a Miss Daisy’, por eso esperaba que ese discurso, ese diálogo entre personaje, causa y espectador cimentará más elementos por venir. Lo malo es que nada de eso ocurre nunca. La discusión bajo la lluvia es la mayor capa de profundidad del filme, y no es que cave muy hondo.



Allá donde vayan los personajes, se colocarán fichas sobre la mesa a las que luego la cámara se limitará a apuntar y con eso les parecerá suficiente exposición del problema. No digo que tuvieran que resolver la guerra de razas en el sur de EEUU, pero al menos si haberle dado otra vuelta más.



¿Que por qué me pico tanto con éste tema? Pues porque la dinámica Viggo Mortensen Mahershala Ali es una MARAVILLA. Aún tengo que ver ‘Captain Fantastic’ por lo que, pese a que me hago una muy buena idea, no puedo hablar al 100% por Viggo. Pero sí vi ‘Moonlight’, y eso te acredita para que hagas lo que quieras con el resto de tu carrera. No os la quiero chafar en este aspecto, pero de verdad, sólo por ellos dos la peli se ve sola. Todo lo que tocan lo convierten en oro, aún cuando se les podía haber soltado mucho más la correa. Pero nuevamente, eso depende de la película en sí y no del talento —brutal— visto en ella.

En definitiva ‘Green book’ pese a ser una película tan encantadoramente carismática, no es la mejor película, ni trae al mejor director —ni mucho menos— consigo, pero los demás premios importantes, no molestaría que cayeran por aquí. Especialmente, sin desmerecer, en el caso de Viggo Mortensen con quien, sinceramente no había contado yo nunca y me encanta verlo así de bien. Por su parte, de seguir así Mahershala Ali va a tener una carrera impresionante, y a nadie sorprendería otra estatuilla. Sólo el tiempo dirá el resto. Por mi parte ha sido un placer verla, por mucho que me haya quedado con ganas de más.



Nota: 7,7


Jorge Tomillo Soto-Jove



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