—"He oído que pintas casas"—
Por fin he podido ver 'El Irlandés' en Netflix, en la comodidad de mi casa. Por que sabía que se estrenaba en un cine en el centro (El cine Los Ángeles, una de las 45 salas que la proyectaron en España) pero no me veía capaz de aguantar tres horas y media sentado en una butaca sin poder moverme de ahí —sin perderme nada—. Como dato cabe destacar que es la película más larga estrenada en el circuito comercial en los últimos 20 años, así que es lógico asustarse un poco cuando se pone uno frente a frente con la bestia de Scorsese, pero pensémoslo de otra forma: ¿Cuántas series os han pegado más de cuatro horas a la pantalla y con qué frecuencia? ¿Cuántos videojuegos? ¿Cuántos streamings de partidas de rol? ¿Podcasts? Pues eso, que nadie le de miedo enfrentarse a esto, porque en Netflix se ve muy bien. Quienes por cierto, han costeado los más de 150 millones de dólares de presupuesto del filme.
¿Es 'El Irlandés' esa gran película? Aquí cada uno sacará su particular paleta de colores de opiniones, pero, si nos ceñimos a un análisis no condicionado por su duración o formato, hay que admitir que es una gran película, pero que nunca va a ser para el gran público, por mucho que Scorsese trate de venderlo así. Principalmente, porque el gran público ya no habla este idioma. Cuando uno ve 'El Irlandés' lo primero que siente es ese embriagador aroma del cine de primeros de los 2000 tan influenciado por el de finales de los 80 y principios de los 90. Es como volver a ver una versión mucho más naturista y menos artificial, del primer compás de 'Érase una vez en América' de Sergio Leone.
Una pesada atmósfera se te echa encima, lista para triturarte. Echarle un pulso a 'El Irlandés' no es la tarea más fácil del mundo y, en sus primeras dos horas, casi todo el tiempo está alejada del concepto actual de entretenimiento. Está historia se sostiene en tres cosas: sus personajes, como interaccionan entre ellos —con las lecturas que puedes sacar de cada contraste—y su narrador.
Un narrador que, pudiendo parecer algo paternalista, está ahí para que el público acceda a creer que el relato que se les va contando y remarcando con una voz en off es la total y completa verdad sin adulterar. Lo cual es un truco de magia, pues ese efecto de veracidad total te condiciona a creer una verdad que está adulterada. Pero eso es lo que hace a esta historia tan interesante, el aprender cómo ve cada personaje implicado lo que hacen los demás y cómo se justifica para posicionarse hacia su siguiente jugada.
Una pesada atmósfera se te echa encima, lista para triturarte. Echarle un pulso a 'El Irlandés' no es la tarea más fácil del mundo y, en sus primeras dos horas, casi todo el tiempo está alejada del concepto actual de entretenimiento. Está historia se sostiene en tres cosas: sus personajes, como interaccionan entre ellos —con las lecturas que puedes sacar de cada contraste—y su narrador.
Un narrador que, pudiendo parecer algo paternalista, está ahí para que el público acceda a creer que el relato que se les va contando y remarcando con una voz en off es la total y completa verdad sin adulterar. Lo cual es un truco de magia, pues ese efecto de veracidad total te condiciona a creer una verdad que está adulterada. Pero eso es lo que hace a esta historia tan interesante, el aprender cómo ve cada personaje implicado lo que hacen los demás y cómo se justifica para posicionarse hacia su siguiente jugada.
Sí, 'El Irlandés' es una película de mafia, una de esas que no todo el mundo es capaz de digerir. Pero no por ser una historia de violencia, que lo es, si no por lo negro de su tono. Scorsese siempre ha tratado de tener esta aproximación "cómica" hacia los actos violentos. Una mezcla de adoración y ridiculizar la violencia, con una lectura final que te acaba diciendo que esto es lo que hay. Así es la violencia y los filtros sociales no remediarán eso. Pero por ello le queda tan bien ese tono paródico, porque realza el retrato de los actos violentos hacia un prisma más neutral y expositivo. Lo malo es que, se pasa demasiado tiempo en ese momento del filme, en ese narrador en off.
Es como si desconfiase de que el espectador pueda seguir tantos nombres y caras, con una generación que ya vio El Señor de los Anillos hace casi 20 años. Pero se le puede sacar la lectura que a mi me convence más: para Scorsese controlar al dedillo esta obra es una necesidad. Por eso está siempre encima de la historia, recalcándola —ya sea con el narrador o con movimientos de cámara o con todo el personaje de Anna Paquin—porque ya que hemos llegado hasta aquí, no se va a tomar prisa ninguna o recortar nada que no quiera tener en pantalla.
Otro factor de peso en todo el filme es el tiempo. Uno que se usará en contra de los personajes pero no para perjudicarlos, si no para hacerlos evolucionar a fuego lento. Es decir, el personaje de Al Pacino, que es básicamente en torno al cual orbita el filme, tarda en aparecer una hora. Hasta entonces lo que tenemos que hacer es aprender sobre el personaje de Robert De Niro. Así cuando se empiece a complicar todo el marrón que se viene por delante, sabremos lo jodido y tenso que se pone, por cómo de bien conocemos a su personaje. Por eso es duro decir que al filme no le sobra demasiado metraje, si es que le sobra alguno.
Si, claro, si buscásemos una experiencia puramente entretenida, le sobra una hora o más. Pero si dejamos que se imponga el relato, toda información será complementaria. ¿Entonces la película es perfecta no? Ni de lejos, porque toda película como esta, una que se esfuerza tanto por aproximarse siempre a lo comercial —sin perder su esencia por el camino— debería balancear mejor sus ritmos para que al espectador no le suponga un desafío acabarla. Sé que es una decisión creativa y, en este punto estoy siendo subjetivo. Para mi que ate todos los flashbacks en torno a un viaje que luego se desdibuja, perdiendo su valor original y cobrando el que le dan los propios flashbacks, es una decisión complicada.
Si, claro, si buscásemos una experiencia puramente entretenida, le sobra una hora o más. Pero si dejamos que se imponga el relato, toda información será complementaria. ¿Entonces la película es perfecta no? Ni de lejos, porque toda película como esta, una que se esfuerza tanto por aproximarse siempre a lo comercial —sin perder su esencia por el camino— debería balancear mejor sus ritmos para que al espectador no le suponga un desafío acabarla. Sé que es una decisión creativa y, en este punto estoy siendo subjetivo. Para mi que ate todos los flashbacks en torno a un viaje que luego se desdibuja, perdiendo su valor original y cobrando el que le dan los propios flashbacks, es una decisión complicada.
En primer lugar porque los tira y afloja hacen que, pasada la primera hora empieces a dejar de prestar atención porque nada parece tener valor. Todo se antoja esta suerte de comedia negra sobre la mafia, hasta que florece la verdad del relato. Pero hasta llegar ahí, uno no sabe muy bien ni siquiera de qué va la película. Por eso digo que Scorsese la ha diseñado tan obsesivamente al detalle, porque da la sensación que 'El Irlandés' es una película que ha hecho para sí mismo y no para salas de cine.
Aunque a veces, todo ese esfuerzo, como el de sus efectos especiales/maquillaje que no siempre cumplen —aunque estén siempre cerca de la excelencia—, sólo terminan por recargar más algo ya de por sí denso. Pero claro, llega el momento de ver relacionarse a Pacino y De Niro y, sabiéndolo, la película juega ahí su mejor carta. Y, creedme que es una tremenda.
Aunque a veces, todo ese esfuerzo, como el de sus efectos especiales/maquillaje que no siempre cumplen —aunque estén siempre cerca de la excelencia—, sólo terminan por recargar más algo ya de por sí denso. Pero claro, llega el momento de ver relacionarse a Pacino y De Niro y, sabiéndolo, la película juega ahí su mejor carta. Y, creedme que es una tremenda.
Tampoco quiero que nadie piense lo que no es, ya que, por ejemplo el guión no es de Scorsese; es una adaptación escrita por Steve Zaillian ('La lista de Schindler') basada en el libro de Charles Brandt. No se debería mirar únicamente hacia Scorsese, aunque se va a hacer por cuánto tiempo ha tirado de este proyecto. Así que ahora, puntos objetivos y subjetivos detrás, me queda desearle a toda la industria de Hollywood unas felices navidades y un dulce que te jodan.
Rechazar esta película durante años, que la pague Netflix y acusarla de destruir la industria, me hace desearle a 'El Irlandés' todos los premios posibles, los merezca o no —que para mi no merece más que nominación a mejor director, y ya premio o nominación para De Niro y Joe Pesci como secundario, así como nominación a mejor fotografía y mejor vestuario— por que con tal de que a más de uno en la industria esto le pique donde no le da el sol, yo seré un día más feliz. Para los demás pues la recomendación de siempre con las buenas películas: un buen sillón o sofá y palomitas y un refresco bien grande, que la tarde va a ser larga.
Rechazar esta película durante años, que la pague Netflix y acusarla de destruir la industria, me hace desearle a 'El Irlandés' todos los premios posibles, los merezca o no —que para mi no merece más que nominación a mejor director, y ya premio o nominación para De Niro y Joe Pesci como secundario, así como nominación a mejor fotografía y mejor vestuario— por que con tal de que a más de uno en la industria esto le pique donde no le da el sol, yo seré un día más feliz. Para los demás pues la recomendación de siempre con las buenas películas: un buen sillón o sofá y palomitas y un refresco bien grande, que la tarde va a ser larga.
Nota: 8
Jorge Tomillo Soto-Jove
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