Frozen II | POPCOKEN


—La reina de Arendelle—

He ido al estreno de 'Frozen II' y... esta va a ser una de esas críticas complicadas. Una de esas donde hay cosas buenas desaprovechadas que te hubiera gustado que se mantuvieran fieles a la dimensión de los mitos que las precedieron, pero que no termina siendo el caso. He ido a ver 'Frozen II' y, al salir, no he parado de decir que "cómo una película tan mala, tan basura, puede compensar tanto y ser tan buena", así que, me va a tocar explicarme.




'Frozen', cuya crítica puedes leer aquí, siempre ha sido una peli a la que acudir en busca de otro visionado. Ya sea en inglés o en español, siempre le encuentro un rato. Seis años después, ni si quiera recuerdo realmente la letra de alguna de las canciones. Que no es que diga que son malas, de hecho la película sigue un esquema musical narrativamente muy asociado a sus personajes —lo cual es algo bueno—, pero vive a la sombra de necesitar replicar a su predecesora. Esto es algo que le pasa a todo el filme. Donde 'Frozen' iniciaba con una escena en Arendelle de Ana cantando, su predecesora la replica. Donde Elsa buscaba respuestas en un soliloquio personal y revelador, Elsa vuelve a cantarle al mundo para encontrar respuestas a su propia naturaleza.



 'Frozen IIrepite en su 60% todo el esquema de la primera entrega, lo cual, visto desde un esquema de lógica Disney, es el camino a seguir, pero no en la lógica de la historia, que se ve relegada a un segundo plano por la dimensión de Frozen como marca, como producto. Para mi gusto, haber tenido cerca de seis años, hubiera dado para algo más que esta casi réplica, pero para Disney era mucho más importante renovar la marca con contenido nuevo que sirva para crear una nueva serie de muñecas con vestidos intercambiables.



Que no me malinterprete nadie, es una fantasía retomar a estos personajes. Lo fue en el corto en el que Elsa tenía un catarro y ahora que este mundo trata de expandirse, lo es más aún. Pero el filme es una respuesta directa a una pregunta que la primera no necesitaba contestar porque se daba por entendido ¿De dónde sale Elsa? El saber si es una mutante o un ser maldito, es la excusa para el tercio final del filme —el bueno— y para cuando tienen el momento cumbre, que implique elegir la dirección que tomar, se deciden por un apuesta vaga, pasarle el marrón a otro personaje y acompañarlo de unos fantásticos coros que callen todas esas bocas. 



O meten a Olaf, un Olaf llenísimo de energía y cinismo; uno que habla a un público más adulto esta vez, sacando filo de forma metacinematográfica a cada fallo o situación ridícula a la que la peli se preste, que son... bueno, casi todas. Un personaje que ha pasado de amable inocentón a daga afilada, que incluso llama viejo al público rompiendo la cuarta pared. 



Ahora Olaf —además de no necesitar su nubecita y estar en su mejor momento de comedia— usa como leitmotiv el madurar, el cómo nos cambia el paso del tiempo. Además ve reforzado su vínculo con Ana, cosa que yo no esperaba que respetasen en la uno y que al final acaban usando para clavártela en la frente —hijos de puta—. 



A un nivel estructural 'Frozen II' es un total y completo desastre. Sus directores Chris Buck y Jennifer Lee (repiten igual que en la uno) distribuyen la línea argumental por sketches (incluso han diseñado escenas falsas, com la del grupo en lo alto de una ladera mirando al horizonte, sello de Disney en la última década, los trailers falsos). Ocurre un evento pequeño, con estructura propia interna clásica y, de pronto, alguien suelta una parida que lanza a los personajes hacia delante, sin ningún tipo de rumbo. 



Desde el principio, 'Frozen II' retconea hechos y huecos de la primera entrega, para proponer nuevas incógnitas a resolver, que sirvan de aliciente para rescatar al personaje de Elsa y colocar a los demás a rebufo. ¿Funciona eso? Ni por asomo —a un nivel estrictamente de guión, ya que 'Frozen II' borda constantemente el del entretenimiento, por mucho que a veces roce el absurdo—. Lo peor no es que inserten datos nuevos donde no estaban para reescribir la realidad del filme, lo peor es que se hace todo y siempre a golpe de exposición. 



Sin que nadie se lo pida, un personaje detiene la acción y suelta un dato que no debería saber, pero que el guionista necesita que diga para justificar la nueva trama. Y esto... esto es TODO el rato. Entre sketch y sketch sin sentido, que más bien parecen cortos mal hilados, surge una conversación, un dato, un parche del lore, que hace que todo se fuerce hacia delante. Y es que esta narrativa no contempla otras capas de profundidad ni una mirada bidireccional, mete el estupidizador y tira para adelante.



Pero, y este es un gran pero... 'Frozen II' compensa, y vuelve a compensar, esta total falta de dirección y pobre guión, con una fotografía como para —mínimo— nominar a una película de animación a mejor fotografía. Aunque, en un mundo justo se lo darían sin ningún miramiento. No es que el diseño de vestuario sea bueno, pese a que esté evidentemente orientado a vender muñecas. No es que Elsa esté espectacularmente guapa o que cada detalle en cada modelo 3D tenga tanta profundidad como para permitirse las tres P de primerísimo primer plano, sin que pierda NADA de calidad. O que el mundo sea absurdamente ambicioso. 



No, es que su fotografía y composición visual de la escena es una sacada de polla constante. 'Frozen II' compone cada plano, sobretodo desde que le vuelven a soltar la coleta —metafórica— a Elsa, en una completa y perfecta sacada de polla fotográfica. Además de estar rodeados de bebés y algunos adultos escondidos entre más bebés, no podíamos cerrar la boca con cada jodido plano. Es algo que es difícil de explicar con palabras, pero que es de esas técnicas suman puntos donde nadie los esperaba. Por cómo sitúa los elementos en cada imagen y cómo usa las mismas para, mediante la direccioanlidad de la escena, reforzar la carga narrativa y dinámica de la misma.



Por cosas como esta, se corona como mejor escena la de Elsa en la playa oscura caminando por el mar. Escena de tal poder visual, que, por cómo la vendieron con uno de los primeros trailers, da la sensación de que es un test visual que se salió de madre. Un test que acabó yendo a más y en torno al cual construyeron una excusa de trama con tal de poderlo llevar a cabo. Siendo el combate en el agua fascinante. Lo malo es que luego esto no paga la cuenta. No hay una reconciliación con la talla de su propia iconicidad. Por mucho que la única que vuelva a sobrevivir como icono sea Elsa, y de mucha menos dimensión esta vez. 



Porque, cuando llega el momento de arriesgar, se da un tratamiento pobre a la escena, y pista. Eso sí, Elsa lleva a un filme que no lo parecía a un tono extrañamente sombrío para el Disney actual. ¿Es 'Frozen II' una buena película? Pues, la respuesta es complicada. Si vas al cine por ese poder del entretenimiento, por el cine como servicio, pues sirve completamente a ese propósito. Pero si vas a buscar un balance entre diversión y un componente de varias lecturas cerca de un punto artístico... 


Ahí verás cómo 'Frozen II' va tomando decisiones de deliberada pereza en pos de respuestas pobres y sencillas, que bajan la edad ideal para ver el filme a un sólo dígito. Pasamos de esa sensación de propuesta tan entonada en forma de cuento clásico, con un lenguaje más de hoy, a la comedia y el divertimento faciloide. Y eso es duro de ver, porque hace muchas cosas bien y su diseño, puesta en escena —y sobretodo su increíble fotografía—son muy buenos, e incluso se permite nuevos usos y recursos de trabajo de cámara. 

Pero todo ello con un centro hueco, por mucho que haya un par de paralelísmos bonitos entre Elsa y Ana, ahora que hay dos películas y no sólo una. Eso sí, si tengo que esperar otros seis años para la 3, lo haré de buena gana. Pero para esta ocasión que usen más de un trimestre para escribir el guión, por favor.

Nota: 7,3

Jorge Tomillo Soto-Jove

BSO: All is found - Evan Rachel Wood


Para mi esta era la línea a seguir, pero la mitad de lo que sale aquí no ha pasado el corte final y el tono, al igual que el fantástico montaje de banda sonora con las pisadas —mientras asciende la canción— también se ha perdido en la versión final, siendo aún así la mejor escena del filme. 

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