The Witcher (Netflix) | POPCOKEN



—"Toss a coin to you Witcher, oh valley of plenty, oh valley of plenty, yohoohoo"—

Vista 'The Witcher' sólo queda una cosa por decir: Joder, Netflix ¿dónde está la dichosa segunda temporada?. Ahum! (carraspea) Quiero decir... Jugado —el total y completamente sobrevalorado— The Witcher 3, y trotado unas horas por —el injustamente olvidado— The Witcher 2 he de decir que, entre subtrama y subtrama se ocultan unos personajes bien definidos a los que puedes aferrarte dulcemente. Así que cuando vi el primer episodio de la serie de Netflix... me sentí bastante confuso.


Se ha publicitado en todas las revistas de cine, desesperadas por un click más que justifique sus absurdos titulares, que 'The Witcher' era —y debía ser— el Juego de Tronos de Netflix. Así que, sin llegar a hacer caso del todo, cuando vi el acabado del primer episodio no pude ver satisfecha ni la más baja de mis expectativas. No sólo es un episodio penoso, si no que, a la hora de introducirte a su mundo, formas, tono y normas, falla estrepitosamente en todo. Excepto en Geralt, en quien palpita el ferviente deseo de Henry Cavill por no ser el siguiente Charlie Hunnam.


 Su devoción y dedicación por el personaje se notan a kilómetros. Su forma de modular su voz para imitar la de Geralt, sumadas a la naturaleza inexpresiva y neutra del personaje, dan su hueco y oportunidad al actor. Eso también hay que verlo, Cavill puede adorar al personaje y esforzarse por él, pero —a día de hoy— de haber más talento escondido, le queda mucho por demostrar. En 'The Witcher' es... algo así como el momento y personaje adecuados. 


También hay que admitir que, aunque este piloto parezca una versión porno —más— de The Witcher, tiene una gema pura dentro. Me refiero al virtuosismo del duelo de espada entre Geralt y Renfri. Que tiene la mejor coreografía y dirección de combate con espadas de la televisión. Está bien planteado, tiene buen uso de cámara y ves a los actores implicados en cada golpe. No como en otras ficciones, como Star Wars donde se termina buscando más el lucimiento y no el propio duelo. 


O de lo contrario, no sé, Obi Wan y Anakin igual apuntaban alguna vez a algún punto vital en lugar de simplemente chocar los sables para que sea espectacularmente hueco. Al menos la serie, sabe ser lo bastante inteligente como para sacar pronto a Jaskier, quien con su temazo y chistes, le saca diferentes lecturas a Geralt —introduciéndolo así, realmente en el espectador—y aligera el tono una barbaridad. Así al tomarse un poco menos en serio  a sí misma, 'The Witcher' consigue realmente que prestes atención.



Pasado este mal trago la serie no para de crecer. En las siguientes subtramas y presentaciones de personajes protagonistas (hasta tres: Geralt, Yennefer y Ciri, en orden de importancia en esta temporada) uno se pregunta si realmente tiene que escuchar estas sandeces, cuando el diseño de producción en su totalidad (pelucas, lentillas, maquillaje, escenarios y, sobretodo, el penoso diseño de vestuario) no hace más que sacarte de la ficción de la serie. Y, bueno, aunque cuesta un poco, si consigues dejarte llevar, hay una trama que merece la pena ahí dentro. 


En mitad de toda esa... sensación de mal gusto y de una producción poco meditada... esa sensación de barato y vago. En mitad de ese cenagal hay un corazón, una decisión inteligente que le da valor a una serie que apuntaba a ser la versión ligeramente sofisticada de la peli de los 90s, 'Dragones y mazmorras'.


Lo que rescata a 'The Witcher' es que, al empezar con Geralt, asumimos que esa es la línea temporal por defecto. Con el peso y atención que se le da al personaje, todos tiramos millas allá donde nos lleve. Hasta que vemos que, al margen de la historia de Ciri, todas las demás no son el presente. No os diré cual es cual, pero partiendo cada una de momentos tan diferentes y distanciados en el tiempo, cuando se cruzan es como ver un cameo de otra peli en el MCU. 


Es decir, es completamente satisfactorio: crees que estas perdiendo el tiempo escuchando estas subtramas absurdas, y de pronto tienes tres personajes bien definidos cuyas apariciones en las historias de los otros introducen cambios muy bestias a nivel de tono y ponen rumbos muy diferenciados en el futuro de dichas tramas.


No os puedo asegurar si es mérito de la serie o de los libros ya que no he leído, ni tengo intención de leer ninguno. Hace tiempo que los libros de fantasía, con cientos de nombres rebuscados, localizaciones inventadas y lores absurdamente ambiciosos, piden demasiado de mi con el tiempo que tengo disponible. Así que quiero creer que el hecho de haber redistribuído las líneas temporales de esta forma —tan fantástica e ingeniosa— es un mérito a añadir en esta serie, que necesita alguno más para crecer en los términos de la ambición que exhibe.


Ahora bien, una vez sacadas las luces y las sombras hay que decirlo. 'The Witcher' no es una gran serie. De hecho, ni si quiera es una buena, si no eres fan de la franquicia. No ahora mismo, donde haber sobrevivido a sus propias fallas le ha costado casi toda su credibilidad. Pero, dentro de todas esas escenas vacías y esos diálogos que no llegan a ser más que paja y minutos de relleno, 'The Witcher' se alza con más que dignidad. Pero, cuidado, el haber logrado esto ha creado una expectativa de que, ahora que es su momento, debe mejorar en su producción y diseño o tendremos una serie mediocre y pretenciosa entre manos.


 'The Witcher' nunca va a ser Juego de Tronos (que por mucho que acabase por todo lo bajo, sigue siendo el titan de la televisión en diseño de producción que muchos ya han olvidado). Pero no lo necesita. Netflix tiene que encontrar su The Witcher, ahora que lo ha sacado a la luz y olvidarse de lo que se supone que debería ser una serie de esta forma y fondo, dudas que le pesan mucho en esta temporada y que debería dejar atrás en sus próximas temporadas.

Nota: 6

Jorge Tomillo Soto-Jove


















Respecto a las polémicas sobre las elecciones de casting de los personajes femeninos sólo diré una cosa: Esto no era lo que esperábais ¿eh, pajeros?

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