Shimoneta to iu gainen ga sonzai shinai taikutsu na sekai | POPCOKEN ANIME



— “Desenfunden sus “sexcalibur” es algo que deberíamos usar más a menudo” —
'Shimoneta to Iu Gainen ga Sonzai Shinai Taikutsu na Sekai' (Shimoneta a partir de ahora para entendernos mejor) no es un anime especialmente popular. No encaja en el gusto de todo el mundo, ya sea por el humor absurdo o los temas que se tratan.  “¿Cuál es el punto de las bromas sucias si no están “mal”? (…) Porque son obscenas, brillan. Porque son retorcidas, nos atraen”. De una manera que nos recuerda a 1984, donde el gobierno controla prácticamente todos los movimientos de la población para mantenerla pura, un grupo cuanto menos esperpéntico alza su voz en contra.


La censura es el tema principal de 'Shimoneta'. Como si de 'Farenheit 451' se tratara, casi todo el material erótico de Japón ha sido quemado y sus cenizas han sido esparcidas. Es cierto que esta ha sido extensamente usada en el anime y manga, no estamos hablando de algo nuevo, esta es una opinión que verás en cualquier reseña de 'Shimoneta'. Sin embargo, cuidado, no dejemos que se vuelva un discurso de doble rasero para aquellos que suelen abogar por la “apoliticidad” del anime y sus semejantes, pues no hay nada que no tenga detrás ideología. Libertad de expresión no significa dejar libres a discursos llenos de odio y que son verdaderamente peligrosos para parte de la sociedad. ¿Políticamente incorrecto? 99% de posibilidades de que vaya a soltar nada más que tonterías.


Algo que hay que reconocer a 'Shimoneta' es la originalidad. En el momento de presentar una distopía en ficción, un mundo donde existe la prohibición de bromas sucias es probablemente de lo último que se te viene a la cabeza. El diálogo sumado al espectacular trabajo de las seiyuus acaba siendo bastante notable. Centrándome en el apartado técnico, la animación de J.C. STAFF se mantiene bastante sólida durante toda la serie y nos deja algunas escenas sin nada que envidiar a los shonen de hoy en día, especialmente si es Anna repartiendo leña.  


El elenco de personajes cumple con bastantes “tropos” clásicos, como por ejemplo el Cool People Rebel Against Authority entre otros y como viene siendo usual en la animación japonesa recientemente, la serie se centra más en la atmósfera que en el desarrollo narrativo. Si miramos la serie al completo, no hay casi diferencia entre la situación actual y la final: las leyes de moralidad pública siguen vigentes, SOX es un grupo más consolidado, pero con una estructura y recursos pequeños mientras que el desarrollo de personajes no progresa tanto como para notar un cambio sustancial en ellos. Que este desarrollo sea mínimo no quiere decir para nada que los personajes no destaquen, al contrario, son el verdadero gancho de la serie. Hijas e hijos de su sociedad, otra de las características que destacan es lo poco llamativo que resulta el personaje principal en comparación con el resto, siendo esto otro de los rasgos cada vez más comunes.

Es una parada obligatoria el cuarto capítulo. Alejándonos totalmente del jiji-jajá vergonzoso de “ojalá ser Okuma esta escena”, es posible ver proyectado en el personaje de Anna las consecuencias de la omisión total de educación sexual en los jóvenes de la serie. Incapaz de diferenciar entre amor y lujuria tras su beso accidental con Tanukichi, debido a la presión constante de la sociedad moldeada por su madre, concluye que llevando al extremo sus instintos logrará que sus sentimientos sean correspondidos por Okuma. Nada más lejos de la realidad.

Toda esta persecución de Anna a Tanukichi es mostrada en un tono burlón por la serie: “jajaja a Okuma le agreden sexualmente y es gracioso porque él es un chico y Anna es una chica”. Pienso que, como espectadores, no debemos quedarnos con esta lectura superficial que se muestra, sino que lo que deberíamos sacar es que, si no existe educación sexual y afectiva, cualquiera puede acabar haciendo daño al resto sin ser consciente de ello. Ya sabéis qué pasaría si se aceptara el pin parental.

Por otro lado, Goriki, quien es el prototipo de personaje masculino musculoso y poco inteligente, acaba resultando en ser alguien que se ocupa de las labores de la casa y tiene una intención realmente genuina de querer ayudar a Anna y Tanukichi. De la misma manera que la presión de la sociedad ha vuelto a Anna en una yandere-predadora, el arquetipo más macho acaba siendo quién más corazón tiene y… bueno, lleva ropa interior de su hermana. No se puede ver ningún lado alternativo a eso, eso sí que es por la broma. No está bien, se dice y ya está.

La guerra a tres bandas entre SOX, Gathered Fabric y la Unidad de Moralidad, nos lleva a una situación donde la lucha ideológica adquiere una importancia central desde una perspectiva de “convencer para vencer”. Mientras que SOX centra su discurso en la promoción de la educación sexual GF secuestra a gente para cumplir los deseos de su líder para obtener cuenta más ropa interior mejor. Ayame busca la confrontación con GF precisamente porque arruinan la imagen de su revolución.

Identifico a Kosuri como esa persona joven, sin experiencia que quiere ser más revolucionaria que nadie. Su motivación principal es porque, desde su posición inicialmente privilegiada, lo encuentra entretenido y es capaz de abusar emocionalmente a sus víctimas para conseguir sus objetivos. Y tal y como sucede en la vida real, se deja embaucar por vendehumos que con un discurso que realmente no tiene trasfondo. “Pero si nos quedamos aquí, solo es cuestión de tiempo que el comité de moralidad nos capture. Sí, esa es la razón por la cual debemos atesorar cada segundo ahora mismo”.

—SOX vive, la lucha sigue.—

Voy a ser sincero, ver 'Shimoneta' es una de esas “guilty pleasure” para mí, al igual que 'Seitokai Yakuindomo'. La absurdidad de sus situaciones y el humor, aunque a veces repetitivo, consigue sacarme una carcajada por la imaginación que desborda. La sátira y las lecturas dobles enriquecen a esta obra para que destaque dentro del género ecchi, superando ampliamente a aquellos animes de humor malo y tetas por doquier, porque patatas. Okuma se enamora de Ayame por quién es y no porque vaya semi desnuda cuando es Blue Snow. And I think that’s beautiful.
Nota: 7,2

Javier Tatay


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