Siguiendo la estela de ‘Akira’, Selecta Visión nos brinda la
oportunidad de disfrutar de ‘Millennium Actress’ en 4K en los cines con motivo
de su veinteavo aniversario. Precisamente, antes de lanzarse a la
dirección, Satoshi Kon colaboró con Katsuhiro Otomo en películas como ‘World
Apartment Horror’ y ‘Magnetic Rose’ además de ser su asistente. Resulta casi
poético que la cinta del maestro fallecido en 2010 sea la segunda en ser
reestrenada en la gran pantalla tras la obra más famosa del que fue su padrino.
Mentor y alumno al disfrute de todos los aficionados.
Sin embargo, hay un aspecto en la cual alumno supera al maestro. Debido a su naturaleza como obra original, ‘Millennium Actress’ no tiene barreras ni nada que la ate. Me gustan los animes provenientes de adaptaciones, ya sean manga, novelas ligeras, videojuegos o lo que sea. Pero no puedo cansarme en seguir proclamando mi amor a las creaciones originales. Esta ausencia de material para comparar permite que se eviten de primera mano algunos tópicos que siempre rondan en las adaptaciones, entre otras cosas.
Si hubiera que definir la película en unas pocas palabras, sería una carrera constante. Tanto a nivel narrativo, ya que los momentos vividos por Chiyoko se van sucediendo constantemente durante toda la película. Paralelamente, la propia protagonista no para de correr de un lado para otro en toda su vida. En cuanto a su desaparición del mundo del espectáculo, se ha mencionado que está basada en la historia de la actriz Setsuko Hara, símbolo de la era dorada del cine japonés.
Toda carrera tiene un principio, y esta nos transporta a un paraje nevado. Si bien es cierto que Chiyoko nace en Hongo, prefectura de Kanto, la nieve es una de las características principales de la región de Hokkaido, al norte del país, lugar de nacimiento de Satoshi Kon. Es en este paraje donde Chiyoko se cruzará con el hombre que le marcará toda su vida del cual hay que destacar dos cosas.
La llave que “que abre lo más importante que existe en el mundo“ y la teoría sobre la luna llena y la esperanza. Por partes. Lo primero, la llave, es aquello que inicia el viaje de Chiyoko, pero también aquello que le pone punto final. Es precisamente a que Tachibana le devuelve la llave que es capaz de hacer memoria y poder poner fin a su historia, tras darse cuenta de que es la búsqueda aquello que más amaba.
El viaje emprendido está marcado por varias características notorias. La fusión (y confusión) entre la ficción y la realidad o el análisis de la psique humana por el plano argumental. En el apartado técnico, la película hace un estupendo trabajo en el tema de las transiciones, destacando el uso del match cut, es decir, pasar de una secuencia a otra con una composición prácticamente idéntica. Todo marca de la casa.
Una vez pierde la llave en el set
de rodaje, recuerda aquella conversación con el pintor. Y es aquí donde entra
la teoría de la luna llena y la esperanza. A
los ojos de Chiyoko, entiende que una vez ha estado en lo más alto de su
carrera y se ha podido reencontrar con el pintor, el asunto solo puede ir
cuesta abajo, y es por ello que decide abandonar la vida de actriz. Ha
vivido en ese penúltimo día antes de la luna llena.
En el apartado gráfico la
animación tiene un aura de los noventa con indicios de esa animación que
veríamos más estandarizada a partir de mitad década de los 2000. Mantiene constante ese corte realista que
va un pasito más allá de aquello mostrado por Otomo en Akira. Las
tonalidades algo más oscuras tienen un enorme contraste con la enorme
expresividad que tienen los personajes, más en concreto la protagonista. Esto
hace que resalten más.
Javier Tatay
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