Cruella | POPCOKEN

 


-Stella who?-

No tenía pensado hacer esta crítica, de hecho eso fue también lo que me dije al salir del cine el día del estreno, seguido de profusos suspiros. Como muchos sabréis Emma Stone es mi musa y figura del cine favorita, así que, de una forma u otra esta era una cita a la que no podía faltar, para mi puta mala suerte.

Si algo hay que dejar claro desde el principio es que esta no es una buena película. 'Cruella' cae en ese dique seco y rancio del Disney de este siglo que trata desesperada y pobremente de rediseñar y readaptar sus mitos y figuras clásicas a lo que ellos creen que es la mirada de los tiempos que corren. ¿Y quién les va a decir que no tienen razón? ¿tú y yo que hemos ido como unos idiotas a ver esta porquería de revisiones, pagando por taquilla? Bueno, ahí entra un factor a tener en cuenta. Uno que es la vara de medir de este amago de blockbuster: El entrenamiento. Ahí es donde Disney pone el tope. Toda estructura o narración quedan total y completamente supeditadas al más vacío de los entretenimientos. Y, sí, 'Cruella' es una película entretenida... pero a qué precio.

De primeras empezamos tan mal que dan ganas de salirse del cine. El prólogo, por mucho que esté narrado en un tono y perspectiva infantil, no cumple con ningún mínimo que no sea ofender de tanta estupidez que gasta. Por suerte no dura mucho y nos meten descaradamente y con ninguna justificación entre actrices a Emma Stone en pantalla.

Es curioso que, siendo esta una película cuyo supuesto público objetivo son los menores de la casa, lo que mejor se le de sea esquivar juuustamente a ese sector. Las formas y deformaciones de la realidad, para generar estímulos a un público joven son pocas y fallidas, quedando en una rara y, totalmente desviada de su objetivo, mala imitación de Roald Dahl. Al margen de eso, 'Cruella' huele excesivamente a productora, concretamente a lo que decíamos antes sobre la perspectiva de Disney de los tiempos que corren. Para mi esta peste está en su obsesión de retratar a Estella como esta suerte de misfit grunge, este underdog de bajos fondos, que tiene una mente de genio y que bla bla bla, ganas de potar.

Donde Disney dice "inadaptados, alzaos y comprad mi merchandising de mierda" yo digo, aprovecha tu figura antiheroica para criticar, con algo de acidez, al sistema de clases británico. Pero no, el tratamiento es completamente genérico y tiene toda la prisa del mundo por salir de ese marco para llegar al que interesa, el que todos queríamos: ser una "El diablo viste de Prada" pero sin cinismo y de una forma completamente esperpéntica y fantástica. Aquí es donde yo he disfrutado como un hijo de puta, en su melena desatada y naturaleza performática. A pesar de ser totalmente blanca.

Llega un punto donde, sucumbiendo ante expectativas, ego y sociedad; Estella se ve en la necesidad de ser la reina de la colina. Para eso, adopta por completo su naturaleza agresiva y se convierte en una diva de la performance llamada Cruella (léase con la voz de Ter). Aquí, reventando evento de moda tras reventar evento de moda, veremos todo tipo de outfits, maquillaje y diseño de vestuario que sólo se puede definir como total fantasía. Y ojalá supiera más de moda para analizarlos joder. Pero eh, no me malentendáis, el diseño de vestuario es lo mejor de toda la película, con o sin Cruella en pantalla, pero dios santo cuando le desatan la melena y comienzan las incursiones.

El problema es que, pese a la orgásmica sensación de outfit perfecto, tras outfit perfecto (y una poso de discurso de contracultura desaprovechado), se siguen notando unas costuras terriblemente molestas. Unas que destacan en sus mayores miserias con el trabajo de cámara y su necesidad de demostrar que no es una peli aburrida. Expliquémonos por partes: Cámara.

No sé realmente si es una cámara virtual, si está pegada a un estabilizador o si pensaban que podían hacer planos secuencias de constantes giros sobre el eje natural de la cámara sin destruir la retina del espectador o sin generar nauseas. Pero, no contentos con ese dolor de ojos, cuando realmente necesitábamos planos estables y compensados con pesos o estabilizadores, van y lo hacen al revés. Cuando tenemos planos medios de diálogo sólo habrá cámara en mano, quedando todo el plano inestable y tembloroso. Cosa bastante impropia de alguien con tanta pasta y preparación como disney. 

¿A nadie se le podía ocurrir poner esa cámara en un trípode para grabar los diálogos? Nah, si la shaky cam no molesta nada, ni rompe la desesperante estética digital de toda la película. Nah, que todo sea caos joder. Y luego está su inseguridad constante.

Disney no confía en 'Cruella' como obra. De hecho está en la punta contraria a confiar. Cada vez que hay una escena donde no hay un ominoso narrador en off que te lleve de la manita, te inflarán todo de canciones pop que, ni cuadran entre sí, ni dicen nada del personaje o de la escena. De hecho, cuando tienen la oportunidad de que cuadre con el personaje, que sería haciendo que la propia Estella canturree cutremente la canción, van y también meten la versión de estudio. Es como si dijeran a gritos: espera espera, estos dos segundos no cuentan, no te aburras, ahora te pongo música pop y no tienes que preocuparte de nada. Y de esto no hay más que un culpable, si tú, tú Zack Snyder, tú.

Pero eso no sería un dolor si fuese una peli de música y no de moda, o si contribuyera a la escena o si la BSO fuese terrible. Pero es que para cuando se ponen serios y dejan de meter musiquitas guays, sale a relucir una banda sonora bien. Una que construye mucho mejor desde la discreción, que esta suerte de discurso bombástico de playlist cool, que (como todo lo demás) no justifica pagar por ver esto y menos en Disney+, donde roza la estafa (aún con amigos).

Al final del día las Emmas reinan por encima de la colina (y, sin sentirlo decir Thompson muy por encima de Stone) (pero muy muy), tanto que la película se les queda pequeña y se nota, aunque también se puede palpar de lejos lo mucho que han disfrutado ambas siendo la versión malvada de sus propios personajes.

 Ahora bien... si alguien saca al sol 'Cruella' como ejemplo de gran historia de orígenes o reivindicadora de "inserte tema", a esa persona la bloquearemos en todas partes. 'Cruella' no reivindica a nadie ni nada. Ni a la moda, ni a la mujer, ni a las figuras antiheroicas o a las villanas de Disney. Aquí se reivindican las necesidades palpitantes de casito y pasta de Disney. 'Cruella' es una mala película, con la que casi todo el tiempo te tienes que esforzar por entretenerte y que de no haber desbordado carisma y talento sus actrices (y el puto diseño de vestuario), sería un señor truño para esquivar al hacer zapping. 

Es un poco irónico que esta película junte tanto mal gusto y tan buen gusto, conviviendo al tiempo. Al menos la escena post créditos es un homenaje a las películas originales y una gran reconstrucción de un momento icónico de 101 Dálmatas, le pique a quien le pique.

Jorge Tomillo Soto-Jove

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