Jurassic Park | POPCOKEN




—"Welcome, to Jurassic Park"—


Diría que recuerdo cuando se estrenó ‘Jurassic Park’, pero no sería cierto, ya que yo tenía de aquella un par de años. Recuerdo verla a finales de los 90, ya que solía huir hacia la habitación más cercana cuando la pata de la cabra impactaba brutalmente contra el cristal del coche, para después volver y ver el resto tan ricamente. Como a mí, los dinosaurios de Spielberg, han marcado a más de una generación, valor del que no pueden presumir sus secuelas y menos aún sus iteraciones actuales. Aunque ese es otro debate, sobre el cuál hablé en mi artículo comparativo de efectos especiales, que podéis leer aquí. Mientras tanto: hoy toca analizar la que es mi película favorita. 



Todo el mundo suele verla empezada, o no lo recuerda o no le da valor a la primera secuencia del filme, pero realmente sin la muerte de Joffrey (el tipo que trata de abrir la puerta del primer velocirraptor) no habría película, pues es por él por lo que los accionistas exigen a Hamond que someta a una prueba de viabilidad al parque. Aunque este no es su verdadero valor, argumentalmente, la muerte del buen guardia es una excusa, un trampolín para lo que Spielberg y Michael Crichton van a contarnos.



 Pero a nivel narrativo, a nivel de imagen y ritmo; esta escena es la mejor forma de comenzar una película como esta. Muchas pelis de acción o aventuras empiezan en una nota alta; recurso habitual en el cine para impresionar al espectador de primera mano. Es una especie de previa, un anuncio que promete superarse a futuro. Aunque ‘Jurassic World 2’ también hace esto, sin llegar nunca a superar su pistoletazo de salida, que es una de sus pocas escenas de calidad.



Lo que pasa aquí es que Spielberg nos tienta, con sonido y poco más, pues realmente no llegamos a ver nada del dinosaurio en sí, simplemente lo intuimos. Sumamos a esta deliberada provocación, la magistral forma de dirigir la muerte del guardia, estableciendo un contraste entre el dinosaurio y el cazador experto que ve cómo se le escapa la vida del guardia entre sus manos sin poder hacer nada. Lo que realmente estamos viendo, es el primero contraste entre el hombre y su creación, por lo tanto se lanza la causa humanista del hombre contra el hombre. 



Donde la primera figura, el cazador, representa al hombre y la segunda, el dinosaurio, también pues ha sido resucitado por la mano del hombre. O quizá sería más adecuado aproximarse a esta escena, desde una perspectiva más cercana a una revisión moderna de Frankenstein. Al centrar en unos pocos segundos la acción en rasgos humanos y humanizados, la tensión se clava más hondo, pues es empática. Una vez sembrada la semilla del peligro verdadero en el subconsciente del espectador, Spielberg asienta el tono de aventuras mediante un ambiente más agradable, sazonado con algunos chistes que, en frío, resultan un poco anticlimáticos, pero que acaban por funcionar.



Una vez asentados los dos tonos que van a representar la dinámica de la película, comienza de verdad su punto fuerte: su primera hora, desde montana hasta la cerca de la T-Rex. En un principio puede parecer que ‘Jurassic Park’ dedica sus primeros compases a introducir a sus personajes, pero hace algo más que eso. Durante las escenas en las que van apareciendo Alan o los niños, cada personaje va soltando pequeños datos clave sobre la trama.



Es una forma de narración expositiva tan suave que no se puede considerar como un fallo, más bien como una correcta utilización de la misma. Los dinosaurios siempre han fascinado a todo el planeta, por eso mismo es inteligente ir soltando pequeñas dosis de información y reglas internas de la película, porque el público está tremendamente receptivo en el cine de aventuras, así que sumadle a eso el infinito atractivo de los dinosaurios. 



Jurassic Park’ no es narrativamente la obra más compleja, pero su forma está pulida para presentarse de una forma amable y que el público pueda digerir, pues aspira a todo el planeta como espectador, y eso es algo que no todos los blockbuster tienen siempre claro. Así, dentro de esa forma sencilla, la película puede mandar mensajes y sacar temas moderadamente complejos. El núcleo temático del filme orbita en torno a la responsabilidad frente al poder. En este caso el poder genético, para dar a entender que la soberbia de los grandes poderes puede llevar a errores terribles. 



El problema llega cuando, en un análisis como este, se le saca filo a sus temas y propuestas, porque más allá de la escena de la cocina o perfiles de los personajes en ocasiones contadas, ‘Jurassic Park’ decide pasar por encima de lo que eran temas con más calado del que se muestra en el filme. Si, está muy bien ir exponiendo las personalidades de los personajes según aparecen contrastándolos. Pero no sirve de nada si luego sus claves y temas, sólo sirven para otra persecución. Podríamos decir que, al aspirar a todas las audiencias posibles, superpone su naturaleza de blockbuster por encima de su lado reflexivo, cosa que no creo que importunase nunca a ninguno de los implicados.



Después de toda esta agradable construcción, toca derribar el parque, sus temas y su forma. Aquí llega la mejor escena de la película, que ya analicé en este vídeo que dejo a continuación, de modo que no me extenderé en ella.





Esto lo tengo que admitir, para mí ‘Jurassic Park’ al pasar la parte del Rex, pierde un cuarenta por ciento de interés. La veo todos los años y esta parte me da toda la pereza. Aquí la narrativa deja de proponer y contar, para convertirse totalmente en la película de aventuras familiar que tanto le gusta a Spielberg. Todo el tema de el Dr. Grant y los niños, está absurdamente poco construido, y encima te lo presentan como la gran catarsis. Cuando lo único que ha hecho, es ser la persona más cercana con un mínimo de humanidad como para salvar a dos niños de ser devorados. La escena de los huevos y la del árbol, hubieran estado mucho mejor si no se centrasen en los argumentos de la unidad familiar. Para un tema en el que no había que ahondar y va Spielberg y mete bien toda la cabeza. 



Después hay otro par de escenas absurdas como la del cercado eléctrico, que es otra vez Spielberg y su niño interior jugando con el espectador para no sacar tanto dinosaurio en pantalla, que sale muy caro. Por su parte en el libro, además de jugar mucho mejor con la tecnología como elemento de terror, hay una persecución por el río. Grant y los niños descienden por el río y la Rex los persigue. Quitarla fue un acierto, pero añadir en su lugar la escena de la cerca eléctrica…meh. 


De aquí pasamos por escenas de naturaleza cuestionable, pero con claros elementos de tensión que funcionan muy bien, hacia el grandilocuente y absurdo final. Que siempre será mejor que el del libro, donde Grant -de nuevo- se infiltra en una suerte de cavernas subterráneas donde viven los velocirraptores en comunidad. Si, mejor hacer como que eso nunca pasó.


En definitiva, Jurassic Park’  es una de esas películas que no necesita presentación, con la mera mención de su nombre o un vistazo a una de sus camisetas, a todos nos suena la magnífica BSO de John Williams en la cabeza. Si a uno se le enseña la imagen de un T-Rex, peinsa inmediatamente en cómo suena y en cómo torturaba a ese par de niños bobos. Lo que nadie recuerda es cómo pierde fuelle en su segundo tercio o esos dos o tres errores de montaje de novato, pero nada de esto importa pues el icono es demasiado grande como para someterse, en su conjunto a los valores típicos de análisis. 


Eso sí, una vez traspasado el imaginario colectivo, se aprecia en esta cinta el espíritu de aventura de Spielberg y su forma de narrar mediante los ojos de los niños. Una vez leí que Jurassic Park' era "Tiburón en tierra" para él, y es totalmente cierto. Ambas juegan al despiste con el espectador, haciendo de menos más. Solo que los animatronics de Jurassic Park’ funcionaron y del de Tiburón hubo que pasar, reconstruyendo la película para mejor, porque el agua salada mataba al muñeco. Esa esencia la comparte también Jurassic Park’ que pudo haber sido dirigida por Tim Burton y que, una vez comprados los derechos para Spielberg, se iba a haber hecho con muñecos de plastilina y stop motion, así que sí, Jurassic Park’ y 'Tiburón' son el gran hacer de su director, el novelista y un gran equipo de producción detrás, pero son también de esas películas con una leyenda mágica detrás de ellas.


 Eso es lo que define a las grandes películas, esa aura mágica que hoy no se ve tanto, quizás por bajada de calidad o quizás por nostalgia. Pero ahí quedará para siempre Jurassic Park', ese gran icono del cine, con de dinosaurios.

Nota: 7,8

Jorge Tomillo Soto-Jove

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